Los asesores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) están analizando estudios en busca de determinar rápidamente la conveniencia de una tercera dosis de las vacunas contra el COVID-19 para proteger de forma más eficaz a los pacientes inmunodeprimidos, como es el caso de personas que han sido sometidas a trasplantes de órganos, y con diversas patologías que debilitan el sistema inmunológico.
Las autoridades sanitarias de Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) y los CDC habían aclarado a comienzos del mes de julio que no se requiere una nueva tercera dosis de la vacuna para evitar el coronavirus. “Las personas que están completamente vacunadas están protegidas de enfermedades graves y la muerte, incluso de las variantes que circulan actualmente en el país, como Delta”, dijeron la FDA y los CDC en una declaración conjunta. Tres semanas más tarde, al menos los asesores principales del organismo de control de enfermedades parecen estar evaluando esa postura.
Los funcionarios revisaron algunos estudios pequeños que insinúan, pero no prueban, que una tercera dosis podría ayudar al menos a algunos pacientes inmunodeprimidos. Ese equipo de especialistas no tiene la potestad de recomendar formalmente una dosis adicional sin el permiso de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), pero varios asesores preguntaron si el gobierno podría permitir que los pacientes preocupados se inscriban en un registro como parte de un estudio.
En los primeros días de julio surgió un debate mundial sobre las dosis de refuerzo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y los grupos que defienden el derecho humano a la salud afirmaron que la atención debe seguir centrándose en administrar las primeras dosis a los más vulnerables del mundo. Hasta ahora, solo el 25,4% de la población mundial accedió a una sola dosis de la vacuna COVID-19. En los países con menores ingresos, solo el 1% de la población recibió una dosis. “La brecha mundial en el suministro de vacunas es enormemente desigual e inequitativa”, dijo el director general de OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
La OMS ha solicitado a los Estados miembros que sean “extremadamente cautos” y “no se vean tentados” a comenzar a administrar un tercer pinchazo, dado que esta medida no ayudará a equilibrar el reparto global de sueros. Pero en países desarrollados la aparición de nuevas variantes del coronavirus, especialmente Delta que ganó predominio desde abril pasado, y el desconocimiento de la duración de la protección de la vacuna han llevado a algunos científicos a investigar más la posibilidad de aplicar la dosis de refuerzo.
Pese a las recomendaciones de la OMS, países como Israel siguen adelante con su intención de reforzar la protección entre sus ciudadanos más vulnerables. Así lo confirmó Emilia Anis, jefa de la unidad epidemiológica del Ministerio de Sanidad del país. “Hay evidencia acumulada de que los pacientes con debilidad inmunológica no desarrollan una respuesta satisfactoria de anticuerpos después de dos dosis de la vacuna, y algunos de ellos pueden desarrollar anticuerpos tras una tercera dosis”, señaló.
La variante Delta del coronavirus, que fue detectada en India el año pasado y es más transmisible, sería una de las razones por las cuales se está produciendo un repunte de casos de COVID-19 en Israel. Este cambio en la situación epidemiológica hizo que el gobierno del primer ministro Naftali Bennett adoptara una nueva estrategia como respuesta a la pandemia.
El lunes pasado, representantes de la empresa Pfizer se reunieron con altos funcionarios federales de salud de los Estados Unidos para defender la aplicación de una tercera dosis en algunas personas, especialmente a los mayores de 60 y a los inmunodeprimidos, entre seis y doce meses después de recibir el régimen de dos dosis. Esa reunión se produjo después de que el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos reprochara públicamente a las dos empresas que planearan solicitar una autorización de uso de emergencia para la dosis de refuerzo. La autoridad sanitaria dijo que los estadounidenses totalmente vacunados no necesitan un refuerzo por ahora.
Pfizer y su socio alemán BioNTech anunciaron que en agosto solicitarán a las autoridades sanitarias estadounidenses autorización para una tercera dosis a fin de impulsar la producción de anticuerpos y así proteger al organismo de las nuevas variantes. Pfizer y BioNTech sugieren que las dosis de refuerzo serán necesarias este año, pero los funcionarios del gobierno dicen que la ciencia dictará cuándo será el momento adecuado. Algunos funcionarios sanitarios estadounidenses están preocupados porque consideran que, si el gobierno de EEUU tarda demasiado en tomar una decisión sobre la dosis de refuerzo, la variante Delta podría provocar otra oleada del virus en setiembre entre los no vacunados y pueda infectar a los vulnerables que están vacunados.
Si bien las vacunas son muy efectivas en la mayoría de las personas, muchas personas con problemas de salud inmunosupresores permanecen en el limbo después de la vacunación, sin saber qué tan protegidos están realmente. Francia e Israel ya han comenzado a ofrecer una dosis adicional a los receptores de trasplantes y otras personas inmunodeprimidas. En los EE. UU., Esos pacientes están presionando cada vez más para obtener otra inyección, incluso mienten para obtenerla.
El jueves 22 de julio, los asesores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades revisaron algunos estudios pequeños que insinúan, pero no prueban, que una tercera dosis podría ayudar al menos a algunos pacientes inmunodeprimidos. El panel no puede recomendar formalmente una dosis adicional sin el permiso de la Administración de Alimentos y Medicamentos, pero varios asesores preguntaron si el gobierno podría permitir que los pacientes preocupados se inscriban en una como parte de un estudio.
“Estamos buscando activamente formas de hacerlo”, respondió Amanda Cohn de los CDC. “Manténganse al tanto. Estamos trabajando en esos problemas “, dijo.
La variante delta representa el 83 por ciento de los casos de virus que circulan en EEUU, recordó Rochelle Walensky, directora de los CDC, y agregó que es uno de los virus respiratorios más transmisibles que hemos visto. Incluso si los estadounidenses ya se han enfermado con COVID-19″, dijo Walensky e instó a las personas a vacunarse porque dijo que ofrece una protección más sólida y duradera contra el virus.
“Estas vacunas son algunas de las más efectivas que tenemos en la medicina moderna”, dijo Walensky, y agregó que estas vacunas funcionan muy bien contra la variante delta. “Ya sea que esté vacunado o no, sepa que juntos todavía no estamos fuera de peligro”, agregó.
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