El pionero en el desarrollo de una vacuna basada en ARN mensajero fue derrotado en la carrera por sus competidores de Pfizer, BioNTech y Moderna. Es que cuando se produjo la pandemia de coronavirus, se suponía que el laboratorio alemán CureVac sería el primero en llevar al mercado una tecnología de vacuna revolucionaria.
Sin embargo, una serie de reveses en el desarrollo llevaron a retrasos, lo que dejó a la empresa meses atrás de sus rivales, y fueron la estadounidense Moderna y la empresa alemana BioNTech, luego de una alianza con Pfizer, quienes se llevaron la gloria de entregar las primeras formulaciones de ARN mensajero en diciembre de 2020.
Finalmente, cuando a fines de junio se conocieron los resultados de Fase III que revelaron una eficacia del 48%, las ambiciones de CureVac se frustraron ante un valor muy por debajo del límite requerido para la autorización regulatoria de emergencia.
Basado en la alta protección de su inyección contra la hospitalización en casos graves de COVID-19 y muerte, CureVac todavía espera ganar una forma modificada de aprobación de la Agencia Europea de Medicamentos para la prevención de estas situaciones.
A la hora de analizar las razones de los resultados inesperados del ensayo, desde el laboratorio alemán mencionan la llegada de variantes nuevas y más infecciosas, que su vacuna enfrentó en 2021 debido al retraso del ensayo de Fase III. Por el contrario, los rivales Moderna y BioNTech lidiaron en gran medida con la cepa de coronavirus original cuando probaron sus vacunas en 2020. Ambos registraron cifras de eficacia de más del 90%.
“Por supuesto, todos ven primero el 48% frente al 91, pero medio año y decenas de variantes después, eso es sólo una parte de la verdad”, opinó el inversor y miembro de la junta de CureVac Friedrich von Bohlen und Halbach, quien amplió: “No diré que sé el resto de la verdad. Todo lo que digo es que hay mucho más por entender”.
Algunos expertos sospechan que la raíz del problema se remonta a la fundación de la empresa en 2000, cuando CureVac decidió trabajar con ARN mensajero sin modificarlo.
Ocurre que todas las vacunas de ARN mensajero funcionan colocando el código genético de la proteína del pico del virus en una burbuja de grasa llamada nanopartícula lipídica. Una vez inyectadas, las células del cuerpo traducen el código genético en la proteína, enseñando al sistema inmunológico a reconocerlo.
Según explicó el investigador especializado en ARN mensajero de la Universidad de Ghent Rein Verbeke, Pfizer/BioNTech y Moderna modificaron uno de los componentes básicos del ARN mensajero llamado uridina. Y lo hicieron por dos razones: para permitirle producir más proteína y para asegurarse de que el sistema inmunológico no reaccionara de forma exagerada, provocando efectos secundarios negativos.
Sin embargo, CureVac decidió no modificar la uridina, posiblemente para no tener que comprar la patente de la modificación, opinó Verbeke.
Para Drew Weismann, quien desarrolló la modificación patentada del ARN mensajero junto con su ex colega Katalin Kariko, dijo que el ARNm sin modificar había mostrado previamente respuestas robustas de las células T, una parte importante del sistema inmunológico que es más difícil de medir que los anticuerpos.
“Supongo que la esperanza era que el ARN no modificado pudiera tener mejores respuestas de las células T y brindar una mejor protección. Pero los datos de la Fase III no muestran eso”, dijo Weismann, profesor de investigación de vacunas en la Universidad de Pensilvania.
La esperanza en la próxima generación
CureVac tiene otra oportunidad de volver a la carrera, y está centrada en su desarrollo de una vacuna de segunda generación en colaboración con GlaxoSmithKline (GSK), que parece producir diez veces más anticuerpos que la primera.
Aunque todavía no están modificando el ARNm, los científicos de CureVac tienen esta vez secuencias adjuntas en la cabeza y la cola de la cadena de ARN mensajero que aumentan la cantidad de proteína que produce, sin aumentar la dosis y potencialmente tener problemas con los efectos secundarios.
Haas dijo que tales ajustes formaban parte del proceso de desarrollo.
Sin embargo, continuar usando ARNm sin modificar también significa que CureVac tiene que administrar una dosis más baja para evitar efectos adversos. Cada inyección de Moderna contiene 100 mcg de vacuna, BioNTech usa 30 mcg, mientras que CureVac usa sólo 12 mcg, según publicó Financial Times.
Philip Santangelo es profesor de Georgia Tech, que se centra en los virus de ARN, y señaló que 12 mcg estaba solo ligeramente por encima de la dosis de 5 o 10 mcg que podría usarse en un experimento con ratones. “Me preocupa que sea insuficiente para los humanos”, opinó.
Otro de los posibles errores de los que CureVac parece haber aprendido es de la necesidad de contar con un socio. La asociación de CureVac con GSK recién comenzó en julio pasado, mientras que BioNTech estableció una asociación con Pfizer en marzo de 2020. Moderna, por su parte, si bien no tiene ningún socio, se benefició de más de mil millones de dólares en fondos del gobierno de los Estados Unidos para desarrollar su vacuna.
Verbeke confía en que CureVac aprenderá de sus decepcionantes resultados en la primera ronda. Y sumó un plus a la segunda generación de CureVac, en caso de que tuviera éxito: podría convertirse en la opción más rentable y atractiva para los países en desarrollo, dado que no es necesario congelarla.
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