Al fuerte debate en el que está sumido EEUU en torno de las personas que se niegan a vacunar y provocan aumentos importantes del número de casos de COVID-19 en sus comunidades, se sumó el incremento en los contagios de niños, cuando las estadísticas indicaban que en meses anteriores habían descendido. Los niños sin comorbilidades suelen cursar la enfermedad sin síntomas graves, aunque son un foco de propagación del virus que los expertos ven con preocupación. Ahora, además, los expertos llamaron a tomar con mayor seriedad el tema y evitar que los menores de edad se enfermen.
La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP por sus siglas en inglés) dijo ayer que se informaron más de 23.550 casos de COVID en menores de edad entre el 8 y el 15 de julio, casi el doble de lo que se informó a fines de junio.
Según la misma fuente, los rango de edad entre los nuevos contagiados varía y revelaron dificultades en el relevamiento de datos, ya que existen estados que incluye a personas menores de 19 años y otros a menores de 14.
La AAP recordó que es poco habitual que los niños contraigan COVID-19 grave, pero se quejaron porque existe retraso en asistir a las personas de esa franja de edades con las vacunas disponibles. El único inoculante autorizado hasta el momento para aplicarse en menores de entre 12 y 17 años es el fabricado por Pfizer-BionTech.
Los expertos advirtieron que la muy contagiosa variante Delta podría agravar los cuadros para los más jóvenes, muchos de los cuales aún no tienen edad para aplicarse la vacuna.
“Tantas personas, individuos no vacunados, están contagiándose de Delta que los niños están siendo arrastrados con ella, y creo que esto hará las cosas muy difíciles a medida que comienza el año escolar”, dijo el médico Peter Hotez, decano de la Escuela Nacional de Medicina Tropical en el Baylor College of Medicine.
La directora de los Centros para el control y Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC, por sus siglas en inglés), Rochelle Walensky, dijo en una audiencia de la Comisión de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones del Senado de ese país se debe tomar con mayor seriedad el riesgo que corren los niños ante la amenaza de contraer COVID-19.
“Creo que caemos en este pensamiento erróneo de decir que solo 400 de estas 600.000 muertes por COVID-19 han sido en niños”, advirtió. “Se supone que los niños no deben morir. Por lo tanto, 400 es una cantidad enorme para la temporada respiratoria”, manifestó. Aún no existe en ningún país una vacuna autorizada para ser aplicada en menores de 12 años, pero las farmacéuticas Pfizer y Moderna están realizando ensayos clínicos. En el caso del primero de estos laboratorios sus directivos estimaron que, si los ensayos avanzan tal lo previsto, se podrían comenzar a utilizar los incoculantes a fines de este año o en los primeros meses del año próximo.
Es “muy probable” que los datos de las vacunas de COVID-19 en niños menores de 12 años estén disponibles a fines del otoño o principios del invierno, dijo Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, en la misma audiencia de la comisión del Senado. “Pero no significa que de repente se permitirá que suceda”, aclaró, porque “esa será una decisión regulatoria que tendrá que tomar la FDA”.
Voceros de Pfizer dijeron a CNN que los datos de su estudio de vacunas sobre niños de 5 a 11 años podrían llegar en algún momento de septiembre próximo y ese mismo pediría su autorización a la agencia de control de medicamentos de EEUU, FDA.
En tanto, los estudios que se llevan adelante en niños de 2 a 5 años estarían listos uno poco después y los practicados en bebés de 6 meses a 2 años posiblemente estén listos en octubre o noviembre para solicitar entonces la autorización de emergencia a la FDA.
Moderna, por su parte, no adelantó una estimación sobre la finalización de los análisis de su vacuna en chicos de 6 meses a 11 años.
La AAP publicó una nueva guía recomendando el uso universal de mascarillas en las escuelas para todas las personas de 2 años o más, aún para los adolescentes que hayan sido vacunados. En cambio los CDC recomendaron a principios de este mes que deben usar tapabocas en espacios cerrados las persona de 2 años que no estén completamente vacunada.
“Creo que es de vital importancia que nuestras escuelas estén abiertas para el aprendizaje presencial completo en el otoño”, dijo Walensky en la audiencia del martes. E insistió en que lo “más importante” es que todas las personas se vacunen.
“Lo mejor sería vacunar a todos los que puedan ser vacunados”, agregó. “Rodear a los niños no vacunados que aún no son elegibles (para la vacunación) con personas que estén vacunadas para protegerlos”, manifestó.
Los datos oficiales indican que de aproximadamente 25 millones de adolescentes de 12 a 17 años en Estados Unidos, aproximadamente 8,9 millones han comenzado con su esquema de vacunación contra el COVID-19, según datos de los CDC.
Paul Offit, director del Centro de Educación sobre Vacunas del Hospital Infantil de Filadelfia, consideró que “los niños están en riesgo” porque hay “muchos niños menores de 12 años que ni siquiera tienen la opción de vacunarse”. “Si yo fuera el padre de un niño de esa edad (hasta 11 años), me gustaría que todos esos niños usaran máscaras”, opinó.
Aún con las recomendaciones de los expertos sobre la necesidad de la vacunación y del uso de tapabocas, algunos estados de EEUU prohibieron por ley obligar a los ciudadanos en ese sentido.
“Lo que eso me está diciendo que va a suceder es la cantidad de cierres de guarderías que se han producido debido a los brotes, y las exposiciones y cierres de campamentos que están ocurriendo”, dijo el José Romero, secretario de salud del Departamento de Salud de Arkansas en un evento de US News and World Report sobre la inequidad y la desinformación en las vacunas. “Lo que estoy tratando de hacer pública y privadamente con mis propios pacientes es enfatizar la importancia de la mascarilla”. Arkansas es uno de los estados que sancionó leyes contra la obligatoriedad de las vacunas.
Ese estado, reveló, tiene un hospital infantil importante que ya ha tenido un “número significativo” de niños con COVID-19, dijo Romero, lo que, junto con los casos de otros virus respiratorios, ha agotado los recursos de la instalación. “En tres semanas, cuando empecemos la escuela, esto se agravará, y eso es lo que me preocupa mucho, mucho”, aseguró.
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