Como parte de las estrategias sanitarias para contener el avance del COVID-19 ante el surgimiento de variantes más contagiosas, la inmunización de la mayor parte de la población se vuelve una prioridad.
Ante la importancia de contar con ensayos que respalden al fármaco para comenzar con la vacunación en menores de edad y controlar la pandemia, llegó la noticia brindada por el director del Centro Nacional Gamaleya, Alexander Gintsburg. El directivo precisó que la vacuna Sputnik V comenzó a ser estudiada en menores de entre 12 y 17 años la brindó
El director del instituto estatal que desarrolló el fármaco, que también es usado y está siendo producido en la Argentina, dijo a la agencia de noticias rusa Ria Novosti que la vacunación en ese grupo etario empezará cuando terminen las pruebas que se realizan desde el comienzo de este mes sobre voluntarios.
De los 100 participantes del estudio, 21 chicos y chicas recibieron el primer componente de la fórmula y sólo dos “levantaron una fiebre de más de 37 grados”, dijo Gintsburg e informó Ria Novosti.
“Esta es una reacción normal, lo que significa que no se inyectan solución salina, si no la vacuna. Si no la hubieran medido, probablemente no se habrían dado cuenta”, dijo Gunzburg sobre el progreso de las pruebas.
En ese sentido, estimó que “la vacunación contra el COVID-19 de los adolescentes debe comenzar antes del 20 de septiembre”.
El ensayo comenzó el 5 de julio en el hospital infantil ZA Bashlyaeva y el hospital infantil Morozov de Moscú. Los voluntarios se sometieron a pruebas de PCR para confirmar que no estuvieran cursando la enfermedad y luego se les aplicó una dosis menor a la Sputnik V que se utiliza para adultos.
En medio de un fuerte rebrote en Rusia causado por la variante delta del coronavirus, que es más contagiosa, el científico enfatizó que recientemente aumentó el número de niños con un curso más severo de la enfermedad que antes, y es por eso que “necesitan protección”.
Días atrás, el Servicio Federal de Supervisión de la Protección y el Bienestar del Consumidor ruso o Rospotrebnadzor, advirtió que la población de adolescentes y preadolescentes es la más susceptible a la variante delta, de allí la relevancia de contar con estudios robustos y confiables en esa población de cara a pensar en una futura inmunización.
Consultada por Infobae, la médica epidemióloga pediatra Ángela Gentile (MN 49908) consideró que “la vacunación en pediatría, empezando por los adolescentes de 12 a 17 años es fundamental, primero obviamente dando prioridad a los pacientes con enfermedades de base que son los que se han complicado al contraer la enfermedad, y esto es algo que debe atenderse con cierta rapidez”.
“Por otra parte sabemos que el grupo de adolescentes, luego que cumplimentemos los de mayor edad que son obviamente los de mayor riesgo, tiene que ser vacunado porque tienen un rol en la transmisión al igual que los adultos jóvenes”, destacó la la jefa del Departamento de Epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, para quien “luego tendrá que vacunarse a los más pequeños porque se necesita que los chicos contribuyan a la inmunidad de rebaño, que es un logro realmente desafiante”.
Y tras resaltar que “antes se decía que la inmunidad de rebaño se lograba con el 70% de la población vacunada”, Gentile señaló que “cada vez es más exigente la situación y las nuevas variantes son muy transmisibles, por lo que probablemente dependa del grado con vacunas el R0 de los contagios con las nuevas variantes”. Esto es, que cuanto más transmisible se vuelve el virus, más elevado es el porcentaje de población vacunada que se necesita para cortar la transmisión y por ende controlar la pandemia.
Hasta el momento, la única vacuna de las autorizadas de emergencia que tiene evidencia científica de seguridad y eficacia en menores de edad es la de ARN mensajero producida por el laboratorio estadounidense Pfizer. Se espera que, en el transcurso de este mes, la farmacéutica Moderna también consiga la autorización para aplicar su vacuna a este grupo (la empresa ya elevó el pedido de aprobación a la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos, a la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y a las autoridades suizas y canadienses).
En el caso de la vacuna de AstraZeneca, otra de las aplicadas en la Argentina, al igual que Sputnik V, aún no cuenta con evidencia publicada sobre la seguridad en niños y adolescentes.
Con información de Télam
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