El próximo 19 de julio, el gobierno del Reino Unido tiene previsto levantar algunas restricciones para reducir la circulación del coronavirus. Esa liberación de las medidas permitirían que gran parte del país regresara a una relativa normalidad. Sin embargo, los casos de contagios están subiendo en ese país. El 5 de julio, el Reino Unido registró 27.334 nuevos casos de COVID-19. Fueron 4.466 más que la semana anterior. La curva de contagios aumenta sin cesar en todo el país desde finales de mayo, impulsada por la variante de preocupación Delta.
Para la médica argentina Marta Cohen, quien trabaja en el Hospital de Sheffield, como Directora Clínica de Farmacia, Diagnóstico y Genética en Inglaterra, la posibilidad de que se liberen las restricciones el próximo 19 de julio implicará un impacto negativo en la salud pública de ese país. “Observo esto con gran preocupación”, sostuvo la doctora Cohen, que aumentaría “la circulación del virus, con más contagios, más internaciones y más muertes. Se incrementaría la demora en atender pacientes con otras patologías también”.
Las discotecas inglesas reabrirán sus puertas, el distanciamiento social ya no será obligatorio, los eventos sociales dejarán de tener límite de invitados e incluso el porte de mascarillas será opcional, según anunció el primer ministro británico, Boris Johnson.
“Se esperan como mínimo 100.000 infecciones diarias”, afirmó en relación a la situación que se desarrollaría en Inglaterra. “Sin embargo, sabemos que todas las vacunas son menos eficientes para Delta, que es la circulante en Reino Unido y en Europa”, advirtió.
De acuerdo con la especialista, de cada 100 personas que están inmunizadas con la vacuna de Oxford/AstraZeneca, 33 personas no tendrán inmunidad ante la circulación de la variante Delta del coronavirus. La vacuna de Oxford-AstraZeneca tiene un 67 % de eficacia ante la variante Delta. Por lo que un 33% de los vacunados con dos dosis no adquieren la inmunidad. Esto explicaría por qué un 25% de los pocos fallecidos a pesar de haber recibido las dos dosis. En tanto, de cada 100 personas inmunizadas con la vacuna de ARN mensajero de Pfizer/BioNTech, 22 no tendrán inmunidad, según Cohen.
Se observa que hasta un cuarto de las personas que fallecen diariamente por la variante Delta tenían las dos dosis de la vacuna, mencionó Cohen. “Mi preocupación es que de las 100.000 personas infectadas diariamente, van a aumentar muchísimo las internaciones. Estimo que serían alrededor de 1.400 internaciones diarias como mínimo. Van a aumentar los fallecimientos en personas tanto vacunadas como no vacunadas”.
Además, precisó Cohen, el alto índice de infección por el coronavirus expondrá a personas que no se han vacunado por cuestiones de salud específicas o porque aún no asistieron a aplicarse las dosis. “No por eso se los puede castigar al exponerlos a más al virus”, opinó.
En este momento, en el Reino Unido hay 4,7 millones de personas en lista de espera en hospitales, que no han podido ser atendidas. Con el aumento de los casos de COVID-19 y las internaciones, se puede saturar el sistema de salud y no se los podrá atender a los pacientes. Porque los hospitales estarán dedicados a atender a los enfermos con el coronavirus.
“La lista de espera aumentará y asimismo el número de exceso de muertes: esto corresponde a las muertes que no son por covid-19, pero son la consecuencia de no haber podido atender a estos pacientes. En el 2020, las muertes fueron un 50% superior a lo habitual”, recordó.
La reapertura del país es de gran preocupación, insistió Cohen. “Los niños aún no están vacunados. Hay menores de 12 años que no pueden vacunarse”. La infección está produciendo un alto número de casos de COVID-19 en niños y jóvenes en el país.
De las 100.000 personas que tendrán los casos de COVID-19 diarios que se pronostican tras la reapertura, el 30% podría tener el COVID prolongado o Post Covid. “Son síntomas que duran varios meses, como cansancio, tos, pérdida del olfato, dolor de cabeza, dolor muscular, y problemas de salud mental”. Por todas las situaciones que se anticipan tras la reapertura, la doctora Cohen subrayó que la situación epidemiológica será preocupante.
El Reino Unido fue el primer país en autorizar una vacuna de emergencia y en comenzar a aplicarla de manera masiva. Según los datos de la agencia sanitaria Public Health England, hubo 117 muertes entre los 92.000 casos de Delta registrados hasta el 21 de junio. Cincuenta de ellos, el 43%, habían recibido ya las dos dosis de alguna de las vacunas disponibles en el país. Esto significó que del total de las personas infectadas por la variante que genera preocupación a nivel mundial, sólo murió el 0,12%, y el 0,05% estaba completamente vacunado.
Las variantes “de preocupación” como Delta son aquellas en que, entre otras cosas, se presenta evidencia de una mayor capacidad de contagio y produce una enfermedad más severa. Por ejemplo, producen más hospitalizaciones o muertes. Son menos neutralizadas por anticuerpos generados durante una infección natural o por vacunación previa.
Cuando se detectan variantes “de preocupación”, se requiere de acciones firmes de la salud pública, tales como la notificación ante la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a los CDC, esfuerzos locales o regionales para controlar la propagación, y desarrollo de nuevas vacunas o pruebas diagnósticas.
La variante Delta es la responsable de más del 90% de los casos de COVID-19 en el Reino Unido, y hasta el 13 de junio se la encontró en el 10,3% de los casos de COVID-19 en los Estados Unidos. La principal característica de la variante Delta: es 40 a 60% más contagiosa que la variante Alpha, descubierta inicialmente en el Reino Unido.
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