Hasta el momento, hay dos vacunas de ARN mensajero contra el COVID-19 autorizadas en el mundo. Una de ellas fue desarrollada por las empresas BioNTech de Alemania y Pfizer de los Estados Unidos. La otra inmunización fue elaborada a partir de investigaciones de científicos de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos y es comercializada por la empresa biotecnológica Moderna. Ese tipo de vacunas enseñan a las células del organismo humano a producir una proteína, o incluso solo una porción de una proteína, que puede desencadenar una respuesta inmune si la persona queda expuesta a la infección por el coronavirus.
La vacuna de Moderna ya fue autorizada en 54 países en el mundo. El Gobierno de Argentina firmará el lunes próximo un acuerdo con ese laboratorio para comprar dosis, según anunció ayer el jefe de Gabinete de Ministros de la Nación, Santiago Cafiero, aunque se deberá contar el visto bueno de la agencia regulatoria ANMAT antes de ser aplicadas en la población. En los ensayos clínicos del año pasado, la vacuna de Moderna demostró que daba una alta protección contra el coronavirus para reducir el riesgo de complicaciones y muerte. Ahora se conocieron más datos sobre esa inmunización ante la aparición de las variantes de preocupación.
La vacuna Moderna fue 100% efectiva contra la variante Alfa del coronavirus, que había sido detectada en septiembre del año pasado en el Reino Unido. También se descubrió que esa vacuna es 96% efectiva contra la variante Beta a los 14 días de la aplicación de la segunda dosis, según un estudio de personas vacunadas residentes en Qatar. El estudio fue publicado este viernes 9 de julio en la revista especializada Nature Medicine.
La primera inmunización con la vacuna Moderna en Qatar, un país con 2,6 millones de habitantes, se había realizado el 28 de diciembre de 2020. Pero la vacunación masiva no comenzó hasta finales de febrero de 2021. A medida que la campaña de vacunación se extendía, Qatar experimentó dos olas consecutivas de infecciones por el coronavirus que fueron desencadenadas por la introducción y expansión de las variantes Alfa y Beta, que han sido clasificadas como variantes de preocupación por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En junio, el gobierno de Qatar anunció que prohibirá el ingreso a aficionados no vacunados en el Mundial de Fútbol en 2022.
En ese contexto, investigadores de diferentes instituciones de Qatar y los Estados Unidos se pusieron a estudiar qué pasaba con el impacto en tiempo de la vacuna. Participaron científicos del Grupo de Epidemiología de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Cornell, la Ciudad de la Educación de la Fundación Qatar, el Centro Colaborador de la Organización Mundial de la Salud para el Análisis de Epidemiología de Enfermedades sobre VIH/SIDA, entre otras instituciones. Las dos olas de COVID-19 implicaron una oportunidad única para evaluar la eficacia en el mundo real de la vacuna Moderna contra la infección por estas variantes.
El equipo de Hiam Chemaitelly, Laith Abu-Raddad y sus colaboradores analizaron los datos de 256.037 personas en Qatar que habían recibido al menos una dosis de la vacuna y 181.304 que habían completado el régimen de dos dosis entre el 28 de diciembre de 2020 y el 10 de mayo de 2021.
Qatar tiene una población joven y diversa en la que solo el 9% de los residentes son mayores de 50 años y el 89% son expatriados de más de 150 países. La edad media de la cohorte para estimar la eficacia de la vacuna contra la variante Alfa fue de 31 años. En tanto la edad media para la variante Beta fue de 32 años.
Los autores descubrieron que la vacuna era un 88% efectiva contra la variante Alfa a los 14 días de la primera dosis y un 100% efectiva después de la segunda dosis (a los 14 días). Para la variante Beta, la vacuna era un 61% efectiva a los 14 días de la primera dosis y un 96% efectiva tras la segunda dosis (después de 14 días). La variante Beta (que se le llamaba popularmente “variante sudafricana”) fue detectada por primera vez en el área metropolitana de la Bahía Nelson Mandela, en Sudáfrica en octubre de 2020 y fue reportada por el departamento de salud del país el 18 de diciembre de 2020.
Los autores también constataron en el estudio publicado en Nature Medicine que la vacuna era muy eficaz contra la enfermedad grave, crítica o mortal por COVID-19: 82% de eficacia y 96% de eficacia tras la primera dosis y la segunda, respectivamente. Como la población de Qatar tiene una alta proporción de jóvenes, los científicos señalaron que falta aún determinar la eficacia estimada de la vacuna Moderna en otras poblaciones de mayor edad.
Además, los investigadores comentaron que si bien se puede decidir la postergación de la aplicación de la segunda dosis en casos de escasez por suministro, “el momento óptimo de la segunda dosis se determina mejor formalmente a través de ensayos clínicos aleatorios y también podría depender tanto del nivel de incidencia como de las variantes circulantes, que son factores que pueden variar de un entorno a otro”, afirmaron.
La vacuna que estudiaron en tiempo real en Qatar había sido desarrollada por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, la Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédico Avanzado, ambas instituciones federales de los Estados Unidos de América, y la empresa Moderna. La agencia regulatoria de los Estados Unidos, la FDA, le dio su autorización para uso de emergencia el 23 de diciembre pasado. Días atrás, se había descubierto que la vacuna de Moderna es también efectiva frente a la variante Lambda, que se originó en Sudamérica.
Estudios anteriores habían demostrado que dos dosis de la vacuna de BioNTech y Pfizer ofrecen un 88% de protección contra la variante Delta, en comparación con el 93% de protección contra la Alfa. La vacuna de Moderna ha obtenido resultados similares a los de Pfizer en otros estudios, por lo que se espera que ofrezca un nivel de protección similar contra la variante Delta.
El 30 de abril, la OMS había incluido a la vacuna de Moderna en la lista de uso en emergencias. La inclusión se decidió tras evaluar su calidad, su seguridad y su eficacia, es indispensable para suministrarla a través del Mecanismo COVAX. La agencia regulatoria de medicamentos en Europa, más conocida por sus siglas como EMA, había también evaluado exhaustivamente los datos sobre la calidad, seguridad y eficacia de la vacuna de Moderna contra la COVID-19 y la autorizó en toda la Unión Europea.
El Grupo SAGE de la OMS recomendó tras dar el aval a la vacuna de Moderna que se observe a todas las personas vacunadas durante al menos 15 minutos tras la inoculación. “Quienes experimenten una reacción alérgica fuerte inmediatamente después de la primera dosis no deberían recibir más dosis”, señaló. También había informado que la vacuna de Moderna tiene una eficacia de aproximadamente el 94,1% en la protección contra la COVID-19, desde 14 días después de la primera dosis.
La vacuna de Moderna ya fue evaluada en adolescentes. En mayo, se conocieron los resultados de un estudio de la eficacia de la vacuna en niños de 12 a 18 años, con un tamaño de la muestra de 3700 sujetos. Encontraron que esa vacuna era un 100% eficaz a la hora de prevenir los síntomas de COVID-19 en la población adolescente. El estudio no encontró efectos secundarios severos. Solo se registraron casos de síntomas leves similares a los ocurridos en adultos como fatiga, dolor de cabeza, dolor muscular y escalofríos. Días atrás, la titular de la cartera de Salud de Argentina, Carla Vizzotti, informó que había un mayor interés en los “ensayos clínicos en los menores de 18 años y en particular niños, niñas y adolescentes con comorbilidades”.
Ante el mayor impacto de la variante Delta del coronavirus, que se detecta en más del 90% de los casos en Inglaterra desde mayo pasado, los funcionarios de la Organización Mundial de la Salud salieron el jueves a advertir que las personas ya vacunadas contra el coronavirus deben seguir utilizando barbijos o mascarillas y adhiriendo a otras medidas de prevención.
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