La vacunación es una forma sencilla, inocua y eficaz para protegerse contra enfermedades que pueden dañar al organismo humano. Activan las defensas naturales del organismo para que aprenda a resistir a infecciones específicas, y fortalecen el sistema inmunitario. Desde la vacuna contra la viruela en adelante, ya se han desarrollado diferentes inmunizaciones contra al menos 20 enfermedades, entre ellas la difteria, el tétanos, la tos ferina, la gripe o el sarampión. En su conjunto, esas vacunas salvan cada año tres millones de vidas, según la estimación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, todavía hay personas que vacilan o se niegan a sus beneficios.
Las últimas en sumarse a la lista han sido las vacunas COVID-19 que se desarrollaron en menos de un año y ya están siendo aplicadas en diferentes países del mundo para un mejor control de la pandemia. La gran mayoría de la gente quiere recibirlas y protegerse para reducir el riesgo de complicaciones y muerte si se contagia el coronavirus. Pero aún hay un grupo que duda o se niega a aplicarse la vacunas y preocupa a los expertos porque si no consigue una cobertura alta, será difícil conseguir la inmunidad de rebaño, que permitiría una reducción significativa de la circulación del coronavirus en ese país.
Sin embargo, las actitudes hacia las vacunas COVID-19 parecen estar mejorando en algunas partes del mundo, según una encuesta a miles de personas en 15 países publicada la prestigiosa revista científica The British Medical Journal. Los investigadores acogen con satisfacción los resultados, que sugieren que una proporción cada vez mayor de personas están dispuestas a vacunarse. Pero advierten que persisten algunos problemas, como las preocupaciones sobre la seguridad de las vacunas.
Según los hallazgos de la investigación realizada por Imperial College London y YouGov entre marzo y mayo de 2021, el Reino Unido tuvo la mayor proporción de encuestados que informó confianza en las vacunas COVID-19 (87%), mientras que Japón tuvo la más baja (47%). En todos los países pero dos (Corea del Sur y Japón), más del 50% de los encuestados informaron que confían en COVID-19 vacunas.
La encuesta que incluyó a más de 68000 personas de Australia, Canadá, Dinamarca, Francia, Alemania, Israel, Italia, Japón, Noruega, Singapur, Corea del Sur, España, Suecia, Reino Unido y Estados Unidos, encontró que en 13 de los 15 países más del 50% de las personas confiaban en las vacunas COVID-19 y en 10 países más del 50% confiaban en que sus autoridades sanitarias les proporcionarían una vacuna eficaz. Casi 9 de cada 10 personas en el Reino Unido (87%) dijeron que confiaban en las vacunas, mientras que el 83% dijo lo mismo en Israel. Pero en Corea del Sur y Japón, solo el 47% dijo que confiaba en las vacunas.
La confianza en las diferentes marcas de vacunas también varió, siendo la vacuna Pfizer y BioNTech la más confiable en todos los grupos de edad en 9 de los 15 países y también en los menores de 65 años en tres países adicionales: Canadá, Singapur y Suecia. Estados Unidos mostró la menor confianza en marcas específicas y tuvo la mayor proporción de personas de todas las edades que dijeron que no confiaban en ninguna de ellas (AstraZeneca-Oxford, Pfizer-BioNTech, Moderna, Sinopharm, Sputnik V). En el Reino Unido, la vacuna Oxford-AstraZeneca fue la más confiable para las personas menores de 65 años en marzo, aunque la confianza ha disminuido con el tiempo en todos los grupos de edad. En la mayoría de los demás países, la confianza en la vacuna Oxford-AstraZeneca era baja, como fue el caso de las vacunas Sputnik V y Sinopharm.
Las preocupaciones más notificadas se referían a los efectos secundarios y que las vacunas no se habían probado lo suficiente. Existe una variación en la proporción de encuestados en cada país encuestado que ya ha sido vacunado. En todos los países donde las vacunas aún no están ampliamente disponibles, la principal razón para no haber recibido una vacuna todavía fue “no soy elegible para recibir una”. Excluyendo esta razón, las principales razones en los 15 países encuestados fueron “preocupaciones sobre los efectos secundarios y/o preocupaciones de que no ha habido suficientes pruebas de vacunas”.
Existe una oportunidad para que los gobiernos y las autoridades sanitarias aborden las preocupaciones del público en torno a estas dos áreas. En esta línea, la codirectora del proyecto en el Imperial College de Londres, Sarah Jones, dijo: “Nuestro programa ha estado rastreando las actitudes de las personas hacia las vacunas COVID-19 desde noviembre, y es alentador ver que la confianza ha ido aumentando constantemente”.
“Sin embargo, nuestros hallazgos muestran que aún queda mucho trabajo por hacer para tranquilizar al público sobre la seguridad y eficacia de las vacunas contra el coronavirus. Esperamos que compartir las preocupaciones que la gente ha planteado impulse respuestas oportunas y específicas de los gobiernos que informen y eduquen al público sobre la importancia de la vacunación”, concluyó.
Caso Argentina: el 70% está dispuesto a inmunizarse
Mientras se lleva adelante el “Plan Estratégico para la vacunación contra el COVID-19 en la República Argentina”, consultoras que miden la opinión pública realizaron un relevamiento para conocer el nivel de confianza de los argentinos en las vacunas.
De los resultados de la última medición de febrero, se desprende que la predisposición de la población a inocularse contra el COVID-19 aumentó de forma considerable. En el mismo sentido, indican, se redujo la cifra de entrevistados que cree que es poco o nada probable el hecho de inmunizarse.
Según las encuestas, la suba en la muestra de confianza se desprende del dato que indica que la proporción de la población dispuesta a vacunarse trepó de 53% en noviembre 2020 a 70% en febrero 2021.
De acuerdo con la última medición de la consultora Julio Aurelio-Aresco, por ejemplo, en febrero el 71,1% de los entrevistados se vacunaría sin dudar, con un salto de casi 15 puntos porcentuales con respecto a enero (56,4%). En cambio, sólo el 22,3% considera que es poco o nada probable su aplicación, representando una caída similar (37,4% en enero).
En la publicación de la consultora Zuban, Córdoba y Asociados, el porcentaje de personas que se darían la vacuna contra el COVID-19 se incrementó del 49,9 % en enero al 69,2% en febrero. Al mismo tiempo, el de quienes no se la aplicarían cayó de 27,6 al 16,4%.
A su vez, una encuesta de Ricardo Rouvier & Asociados que indaga sobre el nivel de confianza en las vacunas contra el COVID-19 para controlar la pandemia arroja un crecimiento de 6,4 puntos porcentuales en febrero al alcanzar el 52,2% desde el 45,8 registrado en enero.
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