El anunció se produce cuando los datos del mundo real plantean varias preguntas sobre la eficacia de las vacunas chinas. Algunos países sufren actualmente nuevos brotes de COVID-19 a pesar de mantener unas altas tasas de inoculación de vacunas mayoritariamente fabricadas en China, lo que sugiere que estos preparados pueden no ser tan eficaces en la lucha contra el coronavirus y sus nuevas variantes, aseguró este miércoles The New York Times.
Ahora, es probable que China tenga que vacunar completamente entre el 80% al 85% de su población para alcanzar la inmunidad colectiva, según un alto funcionario de salud de China. La estimación es un aumento significativo de las proyecciones anteriores, lo que sugiere que derrotar a COVID-19 está resultando más difícil de lo que esperaba China.
Shao Yiming, portavoz del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de China, hizo el anuncio el lunes pasado después de que China administrara más de mil millones de dosis de vacuna, informó el South China Morning Post
Se necesitarían más de 2.200 millones de dosis para alcanzar ese nivel de cobertura en China, según Shao. La noticia se produce cuando los casos de COVID-19 han aumentado en países fuertemente vacunados con las vacunas chinas Sinopharm y Sinovac, lo que genera una serie de dudas sobre qué tan bien funcionan las inoculaciones. China dijo anteriormente que la cobertura del 70% de la población debería vacunarse para alcanzar la inmunidad colectiva, informó a su vez The New York Times .
Los expertos coinciden en general en que del 70% al 85% de la población debe vacunarse para alcanzar la inmunidad colectiva. Lo cierto es que China ha aprobado cuatro vacunas, todas de desarrollo nacional. Dos han recibido la aprobación de emergencia de la Organización Mundial de la Salud.
Estos son los niveles de eficacias reportados para cada vacuna contra la enfermedad sintomática:
Sinovac Coronavac: 51%, dijo la OMS .
Sinopharm BIBP: 79%, dijo la OMS
Sinopharm WIV04: 72%, mostraron los datos publicados en un estudio en la revista JAMA
Vacuna de CanSino Biologics: 68%, mostró datos provisionales que no habían sido revisados por pares, de acuerdo consigna la agencia Reuters.
The New York Times ha desarrollado una investigación basada en datos de contagio de COVID-19 en algunos países que han usado de forma mayoritaria vacunas chinas como las islas Seychelles, Mongolia o Chile.
Mongolia prometió a su gente un “verano sin COVID”. Bahrein dijo que habría un “regreso a la vida normal”. La pequeña nación insular de las Seychelles tenía como objetivo reactivar su economía. Los tres depositaron su fe, al menos en parte, en las vacunas de fabricación china de fácil acceso, que les permitirían implementar ambiciosos programas de vacunación cuando gran parte del mundo no las tenía. Pero en lugar de estar libres del coronavirus, los tres países han sufrido repuntes de las infecciones.
China inició su campaña de diplomacia de vacunas el año pasado al comprometerse a proporcionar una inyección que sería segura y eficaz para prevenir casos graves de COVID-19. En ese momento, era menos seguro el éxito que tendrían esta y otras vacunas para frenar la transmisión. Ahora, ejemplos de varios países sugieren que las vacunas chinas pueden no ser muy efectivas para prevenir la propagación del virus, particularmente de las nuevas variantes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobó a comienzos de mes el uso de emergencia de la vacuna contra el COVID-19 llamada CoronaVac, del laboratorio chino Sinovac, segunda de fabricación china que obtiene esta luz verde después de que a principios de mayo lo consiguiera la desarrollada por Sinopharm.
Se trata del sexto fabricante que logra entrar en la lista de uso de emergencia, después de que antes lo consiguieran las vacunas de Pfizer (primera en hacerlo), Moderna, AstraZeneca, Johnson & Johnson y Sinopharm.
Al igual que su par de Sinopharm, la vacuna de Sinovac utiliza todo el virus SARS-CoV2, mientras que las otras aprobadas por la OMS usan sólo usan un gen. CoronaVac, como se denomina comercialmente la vacuna, utiliza el propio virus inactivado (muerto) a través de un proceso químico con beta-propiolactona en el que al virus se lo hace crecer en células vero, de forma masiva, en laboratorio. En ese proceso, se lo inactiva para garantizar que no sea capaz de replicarse.
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