Dos universidades estadounidenses se unieron para crear un ‘robot lombriz’ capaz de desplazarse por entornos subterráneos, alcanzando una nueva frontera para la robótica, la cual ya ha conquistado el aire, el agua, y la superficie de la tierra.
Para hacerlo, los ingenieros de la UC Santa Bárbara y el Instituto de Tecnología de Georgia siguieron las señales de los animales y las plantas que han evolucionado para navegar por espacios subterráneos, y con eso diseñaron un robot blando, rápido y controlable que puede excavar en la arena.
Esta tecnología no solo permite nuevas aplicaciones para movimientos subterráneos rápidos, precisos y mínimamente invasivos, sino que también sienta las bases mecánicas para nuevos tipos de robots.
“Los mayores desafíos para moverse por el suelo son simplemente las fuerzas involucradas”, dijo Nicholas Naclerio, un estudiante de posgrado investigador en el laboratorio del profesor de ingeniería mecánica de UC Santa Bárbara Elliot Hawkes. Mientras que el aire y el agua ofrecen poca resistencia a los objetos que se mueven a través de ellos, explicó, el mundo subterráneo es otra historia.
“Si estás tratando de moverte por el suelo, tienes que empujar el suelo, la arena u otro medio fuera del camino”, dijo Naclerio.
Afortunadamente, el mundo natural proporciona numerosos ejemplos de navegación subterránea en forma de plantas y hongos que construyen redes subterráneas y animales que han dominado la capacidad de hacer túneles directamente a través de medios granulares. Obtener una comprensión mecánica de cómo las plantas y los animales han dominado la navegación subterránea abre muchas posibilidades para la ciencia y la tecnología, según Daniel Goldman, profesor de física de la familia Dunn en Georgia Tech.
“El descubrimiento de principios mediante los cuales diversos organismos nadan y excavan con éxito dentro de medios granulares puede conducir al desarrollo de nuevos tipos de mecanismos y robots que puedan aprovechar tales principios”, dijo, y agregó: “Y, recíprocamente, el desarrollo de un robot con tales capacidades puede inspirar nuevos estudios con animales y señalar nuevos fenómenos en la física de sustratos granulares”.
Según sus desarrolladores, este robot gusano, tiene una gran variedad de aplicaciones, incluso en la robótica extraterrestre, pues se puede usar en tareas que requieren excavación poco profunda a través de medios granulares secos, como muestras de suelo, instalación subterránea de servicios públicos y control de erosión.
Para eso, el equipo de científicos ya está trabajando en un proyecto con la NASA para desarrollar madrigueras en la luna y en cuerpos celestes más distantes. “Creemos que excavar tiene el potencial de abrir nuevas vías y habilitar nuevas capacidades para la robótica extraterrestre”, afirmó el autor principal del estudio, Elliot Hawkes.
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