Rusia desarrolló una versión en aerosol nasal de su vacuna Sputnik V para usar en niños a partir de los 8 años

Se espera que esté lista para distribuir el próximo 15 de septiembre

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Sputnik V prepara una versión en aerosol para aplicar a niños de 8 a 12 años
Sputnik V prepara una versión en aerosol para aplicar a niños de 8 a 12 años

Rusia probó una forma de aerosol nasal de su vacuna COVID-19 que es adecuada para niños de 8 a 12 años, y planea lanzar el nuevo producto en septiembre, dijo el sábado el científico que dirigió el desarrollo de la vacuna Sputnik V.

Alexander Gintsburg, quien dirige el Instituto Gamaleya, que desarrolló Sputnik V, dijo que el aerosol para niños usa la misma vacuna, “solo que en lugar de una aguja, se coloca una boquilla”, informó la agencia de noticias TASS.

Se espera que la vacuna infantil esté lista para su distribución el 15 de septiembre, dijo Gintsburg durante una reunión con el presidente Vladimir Putin.

Los investigadores probaron la vacuna en niños de entre ocho y 12 años y no hallaron efectos secundarios entre el grupo de prueba, ni siquiera aumentos de la temperatura corporal, dijo Gintsburg, según TASS. “Estamos inoculando a nuestros pequeños (pacientes) por vía nasal, solo estamos administrando la misma vacuna como un aerosol nasal”, dijo Gintsburg, sin dar más detalles sobre el estudio, como cuántos niños participaron.

Imagen de archivo de Alexander Gintsburg, director del Instituto Gamaleya, muestra viales de la vacuna Sputnik-V contra el coronavirus en Moscú, Rusia. 24 septiembre 2020 (REUTERS)
Imagen de archivo de Alexander Gintsburg, director del Instituto Gamaleya, muestra viales de la vacuna Sputnik-V contra el coronavirus en Moscú, Rusia. 24 septiembre 2020 (REUTERS)

La vacunación de niños

A medida que la población adulta comienza a estar inmunizada, el interés de las autoridades -y de los laboratorios- se centra en los niños. Y aunque muchos insisten en que hay países con adultos mayores o personal sanitario todavía sin vacunas, otros afirman que su aplicación en menores podría mejorar su salud mental y facilitar el regreso a la normalidad, incluida la reanudación de la educación y las interacciones sociales importantes para el desarrollo infantil.

Es que en muchas partes del mundo, los niños y adolescentes contribuyen a una proporción cada vez mayor del total de casos. Se cree que este cambio en la distribución de edad se debe a la aparición de variantes altamente transmisibles, el aumento de las pruebas entre los niños en edad escolar, la baja adherencia a las intervenciones no farmacéuticas, el aumento de las interacciones sociales a medida que se eliminan las restricciones y el aumento de la inmunidad entre los grupos de mayor edad después lanzamiento de vacunas.

Elias Israelsen, de 12 años, recibe su primera vacuna contra el COVID-19 el jueves 13 de mayo de 2021, en el Community Health Center, Inc. en East Hartford, Conn.(Christopher Capozziello/The New York Times)
Elias Israelsen, de 12 años, recibe su primera vacuna contra el COVID-19 el jueves 13 de mayo de 2021, en el Community Health Center, Inc. en East Hartford, Conn.(Christopher Capozziello/The New York Times)

Por lo tanto, podría ayudar al contexto general de la pandemia la vacunación de los niños. Sin embargo, si en la actualidad se debe dar prioridad a la vacunación de los niños de los países de ingresos altos sobre los adultos vulnerables en los países de ingresos bajos y medianos, es un tema que debe debatirse seriamente desde la ética y la práctica.

Premiación

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, otorgó hoy el Premio Estatal de Ciencia y Tecnología de 2020 a los creadores de la vacuna Sputnik V en ocasión del Día de Rusia. “El poderío de la ciencia rusa se reveló claramente el año pasado, cuando personas de todo el mundo esperaban de los científicos la salvación de la pandemia de coronavirus. Y nuestros investigadores lograron crear en tiempo récord la vacuna anticovid Sputnik V, segura y efectiva”, afirmó durante la entrega de premios.

Putin premió al director del Centro de Epidemiología y Microbiología Gamaleya, Alexandr Guintsburg; el subdirector científico del centro, Denís Logunóf, y al jefe del Centro de Investigaciones de Defensa Radioquímica de las Fuerzas Armadas de Rusia, Serguéi Borisévich.

Este logro, calificado por el mandatario como un “triunfo”, permitió a Rusia no solo garantizar a los ciudadanos rusos el acceso a las vacunas, sino también ayudar a otros países. “Y esto es una responsabilidad de nuestro país ante todo el mundo como una de las principales potencias científicas”, afirmó, al destacar que esto fue posible gracias a “los conocimientos únicos recopilados durante la creación de otras vacunas”, como el fármaco ruso contra el ébola.

Según el presidente ruso, los desarrollos de los científicos rusos “abren el camino hacia la creación de otras vacunas, largamente esperadas, contra muchas enfermedades virales peligrosas”.

Con información de Reuters y EFE

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