“Da un hombro” es el lema de la campaña de vacunación contra el COVID-19 que se lanzó en Israel el 19 de diciembre pasado. A fin de diciembre, ya se había vacunado al 10% de la población. Hasta el 9 de junio se había vacunado al 63,2% de la población. El plan avanzó en Israel y ya demostró que al poner el hombro para inmunizarse no sólo se reducen las infecciones de las personas que acceden a las dosis y bajan las muertes sino que también se ayuda a los niños y adolescentes que no habían recibido las vacunas.
El impacto positivo de la vacunación en personas que aún no están inmunizadas fue demostrado a través de un estudio realizado por científicos del Instituto de Tecnología Technion–Israel, el Centro de Innovación e Investigación Maccabi, y la Universidad de Tel Aviv, en Israel, que accedieron a hablar con Infobae. El estudio fue publicado en la revista Nature Medicine del 10 de junio.
“Nuestro estudio demuestra que la vacunación contra el COVID-19 es importante para reducir la transmisión de la enfermedad en la comunidad y que cuantas más personas se vacunen, más se protegerá a las personas no vacunadas”, dijo a Infobae el científico Roy Kishony, quien con su equipo se dedicaba a investigar la evolución microbiana y el problema de la resistencia a los antibióticos antes de la pandemia, y ahora está enfocado en estudiar el impacto de la vacunación contra el coronavirus.
En Israel, que tiene 9,3 millones de habitantes, el primer caso de COVID-19 se había diagnosticado el 21 de febrero del año pasado. Desde entonces se reportaron más de 840.000 casos de COVID-19 y más de 6.400 muertes. Se aplicaron allí las dosis de vacunas de ARN mensajero, elaboradas por Pfizer de los Estados Unidos y BioNTech de Alemania.
En marzo pasado, el equipo de Kishony había publicado otro trabajo en la revista Nature Medicine. Allí se informó que las personas vacunadas tienen una carga viral cuatro veces más baja que las personas no vacunadas. Siguieron trabajando para responder más preguntas.
Los investigadores indagaron cuál había sido el impacto de la vacunación teniendo en cuenta que la plan se centró primero en las personas mayores de 16 años. Descubrieron que, por cada 20 puntos porcentuales de aumento en la proporción de personas de entre 16 y 50 años que se vacunaban en una comunidad, la proporción de menores de 16 años no vacunados que daban positivo en las pruebas del virus se reducía a la mitad. Es decir que la vacuna no solo daba beneficios de protección a los que la recibieron sino que ayudó también a personas cercanas.
Para hacer el estudio, usaron las bases de datos de salud anónimos de los miembros de Maccabi Healthcare Services. Analizaron los registros de vacunación y los resultados de los testeos a la población para COVID-19 entre el 6 de diciembre de 2020 y el 9 de marzo de 2021. Los registros cubren 177 áreas geográficas del país, que tenían tasas variables de vacunación y aceptación de la vacuna.
Además, en cada comunidad, se calculó cuál era la proporción de adultos, entre las edades de 16 y 50 años, que fueron vacunados. También calcularon la fracción de pruebas de RCP de niños menores de 16 años que dieron positivas. Con esa metodología, los científicos encontraron entonces que a medida que más y más adultos de una comunidad se vacunaban, se reducía después la proporción de niños que daban positivo.
El estudio también tuvo en cuenta que se hizo un tercer confinamiento en el país a partir de diciembre que se hizo para reducir la circulación del coronavirus y fue simultáneo al plan de vacunación. Si bien esa medida habría reducido los casos de COVID-19, la vacunación también contribuyó a la prevención. “Nos fijamos en la diferencia de reducción entre las comunidades, excluyendo así los efectos globales nacionales como el confinamiento”, explicó el doctor Kishony.
Se sabe que las personas vacunadas tienen menos probabilidades de infectarse con el virus, aunque la protección no es total. Pero cuando las personas vacunadas contraen el virus, su una carga viral es menor. Esta característica hace que si aun se contagia, la persona vacunada tiene menos capacidad de contagiar. Entonces, a medida que más personas se vacunan en cada país, las personas aún no vacunadas tienen menos probabilidades de encontrarse con personas infectadas y que se contagien.
Los resultados indican que Israel podría llegar pronto a conseguir la inmunidad de rebaño por vacunación, aunque los científicos fueron cautelosos y escribieron en el trabajo: “Identificamos una fuerte asociación negativa entre la tasa de vacunación a nivel comunitario y el riesgo de infección para los miembros no vacunados de la comunidad. Encontramos que las altas de vacunación se asociaron con menores tasas de infección en momentos posteriores de infección en momentos posteriores entre la cohorte no vacunada. Aunque la protección protección asociada a la vacuna en la población no vacunada es alentadora, se necesitan más estudios para apoyar la perspectiva de la inmunidad de grupo y la erradicación de la enfermedad”.
En Finlandia, un grupo de investigadores también ha encontrado un impacto similar de la vacunación al analizar recientemente a la población de trabajadores de la salud que se han inmunizado contra el COVID-19. Allí se aplicaron tanto las vacunas de Pfizer y BioNTech como las dosis de Moderna. Se detectó que los convivientes con los trabajadores vacunados tenían menos riesgo de contagiarse.
“Nuestras estimaciones implican una eficacia indirecta del 8,7% a las dos semanas y del 42,9% en 10 semanas después de la primera dosis. Las estimaciones de eficacia para los miembros de la familia no vacunados son sustanciales, pero menores que el efecto directo y se producen de forma más gradual entre los miembros de la familia no vacunados que entre los individuos vacunados”, aclaró en un trabajo que aún espera revisión de pares Lauri Sääksvuori, de la Universidad Turku de Finlandia que trabajó en colaboración con otros investigadores de su país.
“Cuando en un país hay una población importante inmunizada, la circulación del virus se reduce. Al circular menos, se protegen los que aún no están vacunados. Por eso, cuanto más contagiosa es una enfermedad, más personas tienen que estar vacunadas”, explicó a Infobae Liliana Vázquez, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología y médica de la Clínica Maternidad Suizo Argentina y del Sanatorio Finochietto.
Hay otros casos de enfermedades en los que la vacunación sobre un grupo de personas ya ayudó a los no inmunizados.
“En el caso de varicela, se necesita tener a más del 95% de la población objetivo con cobertura de vacunas. En los Estados Unidos, se puso años atrás una dosis de refuerzo en la infancia. Si bien una dosis protegía contra la enfermedad grave, los chicos podían tener un cuadro leve y contagiar a otras personas que no se habían vacunado. Por esto, se puso el refuerzo para varicela”, recordó la doctora Vázquez.
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