Después de varias idas y vueltas, la agencia regulatoria de medicamentos de los Estados Unidos, conocida como FDA, por sus siglas en inglés, anunció hoy que autorizó por vía rápida el uso de una nueva droga para tratar la enfermedad de Alzheimer en su estadío inicial, pero le pidió al laboratorio Biogen -que lidera el desrrollo- que investigue más para tener más datos sobre su eficacia.
El fármaco se llama aducanumab. Su nombre comercial es Aduhelm. Organizaciones de pacientes y familiares habían reclamado por la investigación y la aprobación de tratamientos más eficaces, como aducanumab, pero hay expertos en demencias que han expresado objeciones. Esos expertos no están de acuerdo en la manera en la que se llevaron adelante los ensayos clínicos y señalan que aún existe incertidumbre sobre su verdadera eficacia para contrarrestar la enfermedad.
La aprobación de la droga viene con una salvedad, ya que la FDA exige a Biogen que lleve a cabo un estudio adicional controlado con placebo del fármaco para verificar su eficacia para mejorar la memoria y los síntomas cognitivos de las personas.
Esa solicitud surge en gran parte de la conclusión de un panel de expertos que decidió casi por unanimidad que la evidencia presentada por los desarrolladores del medicamento no justificaba la aprobación.
El fármaco fue desarrollado por el laboratorio Biogen en colaboración con Eisai. La empresa había terminado dos ensayos de fase 3 antes de tiempo diciendo que el fármaco había fracasado. Sin embargo, tras reexaminar sus datos, la empresa determinó que en uno de esos estudios, los pacientes que recibieron una dosis alta de aducanumab durante un período prolongado se beneficiaron. Al contar con esos datos, presentó el pedido para que la FDA aprobara la droga.
Según informó Patrizia Cavazzoni, directora del Centro de Evaluación e Investigación de Medicamentos de la agencia regulatoria de EE.UU., se aprobó el uso de Aduhelm (aducanumab) para el tratamiento de pacientes con la enfermedad de Alzheimer utilizando la vía de aprobación acelerada. Se utilizó ese mecanismo al considerar que se trata de “un medicamento para una enfermedad grave o potencialmente mortal que puede aportar un beneficio terapéutico significativo con respecto a los tratamientos existentes cuando se demuestra que el medicamento tiene un efecto sobre un criterio de valoración sustitutivo que tiene una probabilidad razonable de predecir un beneficio clínico para los pacientes y sigue habiendo cierta incertidumbre sobre el beneficio clínico del medicamento”.
En el comunicado de prensa, la doctora Cavazzoni argumentó: “Esta aprobación es significativa en muchos sentidos. Aduhelm es la primera terapia novedosa aprobada para la enfermedad de Alzheimer desde 2003. Y lo que es más significativo, Aduhelm es el primer tratamiento dirigido a la fisiopatología subyacente de la enfermedad de Alzheimer, la presencia de placas de beta amiloide en el cerebro. Los ensayos clínicos de Aduhelm fueron los primeros en demostrar que la reducción de estas placas -un hallazgo distintivo en el cerebro de los pacientes con Alzheimer- se espera que conduzca a una reducción del deterioro clínico de esta devastadora forma de demencia”.
La droga sería indicada para las personas con Alzheimer en fase inicial. Podría tener un impacto en millones de personas que padecen la enfermedad en EEUU. También la aprobación de hoy será una decisión clave para que agencias regulatorias de otros países también la aprueben. Hasta ahora los tratamientos que se indican para Alzheimer solo tratan los síntomas.
El Alzheimer es una enfermedad neurológica progresiva que afecta el pensamiento y la independencia de millones de personas en todo el mundo. Actualmente, más de 40 millones de personas en todo el mundo viven con Alzheimer. Pero también es la tercera causa de mortalidad en personas mayores de 65 años, después del cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
Generalmente, la enfermedad de Alzheimer se diagnostica más en personas mayores de 65 años, pero comienza antes con cambios neurológicos sutiles que ocurren durante años o incluso décadas antes de que aparezcan los síntomas. Muchas personas experimentan los signos tempranos, frecuentemente no identificados, del deterioro cognitivo leve.
En 1987, se puso en marcha el primer ensayo clínico sobre la enfermedad. Desde 1998, se han estudiado 100 medicamentos, incluyendo una vacuna en ratones. Pero solo se han autorizado 5 medicamentos que pueden ayudar a controlar algunos de los síntomas. Existen numerosos tratamientos y tests de diagnósticos que se están investigando y se encuentran en diversas etapas de los ensayos clínicos.
La investigación y el desarrollo de mejores tratamientos para frenar, desacelerar o incluso prevenir ha pasado a ser prioridad para muchos científicos en el mundo al considerar que para el año 2030 el número de personas con Alzheimer podría alcanzar a 65 millones y para 2050, podría superar los 100 millones.
En noviembre pasado, un comité de asesores de la FDA votó por mayoría en contra de recomendar la aprobación de aducanumab. Argumentaron que los datos no demostraban de forma convincente que el fármaco desacelerara el deterioro cognitivo. Más tarde, tres miembros del comité asesor escribieron una crítica punto por punto de las pruebas. Otros científicos, y un grupo de expertos independientes, afirman que el aducanumab no ha demostrado un beneficio convincente que supere sus riesgos de seguridad.
Más allá de la situación del fármaco para Alzheimer en particular, algunos expertos están preocupados porque la aprobación podría bajar los estándares para otros fármacos en el futuro, una cuestión especialmente importante en un momento en el que la confianza del público en la ciencia se tambalea.
Uno de los investigadores en Alzheimer, que ha participado en la realización de ensayos clínicos para diferentes empresas, Jason Karlawish, profesor de medicina, ética y política de salud pública en la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos, escribió que lleva 18 años contestando a pacientes y familiares que no hay nada nuevo para Alzheimer.
“Los pocos tratamientos farmacológicos que prescribo son solo modestamente eficaces para aliviar los problemas cognitivos de la enfermedad”, escribió días atrás en Stat. Y anticipó que no recomendaría el medicamento aducanumab a sus pacientes si lo aprueba la FDA. El costo de la droga sería entre 20.000 y 50.000 dólares por persona y año.
“Creo que la empresa se equivoca, y estoy de acuerdo con los análisis del Instituto para la Revisión Clínica y Económica; los datos para argumentar este caso son turbios y, aunque estuvieran claros, los beneficios del medicamento son ambiguos en el mejor de los casos y no merecen este coste”, sostuvo.
Además, Karlawish consideró “si se aprueba el aducanumab, los pacientes y sus familias tendrán que luchar para saber si es adecuado para ellos. Uno de sus riesgos son las pequeñas hemorragias cerebrales, un riesgo que se acentúa en quienes tienen el gen APOE4, un gen asociado a la enfermedad de Alzheimer de aparición tardía. Las familias se verán arrastradas a estas discusiones sobre riesgos y beneficios, ya que tratar el Alzheimer de uno de los padres con aducanumab puede significar que sus hijos conozcan su riesgo genético de desarrollar la enfermedad”. Opinó que no se ha estudiado adecuadamente, por lo que la FDA dispone de datos incompletos para formarse un juicio.
Tras la aprobación de hoy, la directora de la FDA reconoció que hubo debate sobre la droga. Pero salió a defender la decisión. “El programa de desarrollo de Aduhelm en su fase final consistió en dos ensayos clínicos de fase 3. Un estudio cumplió el criterio de valoración primario, mostrando una reducción del deterioro clínico. El segundo ensayo no cumplió el criterio de valoración primario. Sin embargo, en todos los estudios en los que se evaluó, Aduhelm redujo de forma consistente y muy convincente el nivel de placas amiloides en el cerebro de forma dependiente de la dosis y del tiempo. Se espera que la reducción de la placa amiloide se traduzca en una reducción del deterioro clínico.
La FDA avisió que seguirá supervisando Aduhelm a medida que llegue al mercado y, en última instancia, a la cabecera del paciente. Además, le exigió a Biogen que realice un ensayo clínico posterior a la aprobación para verificar el beneficio clínico del medicamento. “Si el fármaco no funciona como se pretende, podemos tomar medidas para retirarlo del mercado. Pero es de esperar que veamos más pruebas del beneficio en el ensayo clínico y a medida que un mayor número de personas reciba Aduhelm. Como agencia, también seguiremos trabajando para fomentar el desarrollo de medicamentos para esta enfermedad catastrófica”, concluyeron.
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