Lejos de atenuarse la propagación del coronavirus y la de sus nuevas variantes con la puesta en marcha de los distintos planes de vacunación a lo largo y ancho del planeta, la tendencia alcista de contagios se agudiza y hoy son más de 170 millones las personas que contrajeron la enfermedad. Desde que se conoció el primer caso en diciembre de 2019, cuando China alertó sobre la situación, la pandemia se cobró la vida de más de 3,5 millones de personas.
Mientras América Latina entra en la fase más crítica de la segunda ola de la pandemia de coronavirus, en Europa ya se habla de una tercera, Estados Unidos se prepara para un cuarto pico de contagios y, en Asia, sorprende el contraste entre países que sufren una cuarta ola y otros que empiezan a volver a la normalidad como China.
Mientras tanto, el camino hacia la inmunidad global frente al coronavirus está encaminado: la vacunación frente al coronavirus superó el 10% de la población con al menos una dosis el pasado 26 de mayo, un hito que se ha conseguido en torno a mes y medio después de que se alcanzara el 5%. Actualmente, la inoculación alcanza a más de 840 millones de personas, después de que el 30 de mayo se superaran los 1.900 millones de inyecciones administradas, según los datos recogidos por Our World in Data.
Aun así, a medida que avanzan los programas de vacunación en distintos países, especialmente en los más ricos, el mundo podría quedar dividido a final de año por zonas de riesgo. Según los especialistas, se espera que las naciones europeas, las de Oceanía, Israel y partes de Asia como Singapur y Corea del Sur, restablezcan el comercio, el turismo y los viajes entre estos territorios desde mediados de año, posibilitando que sus economías vuelvan a funcionar. Los países que no completen la vacunación de la población y no controlen la aparición de nuevas variantes pueden terminar aislados del resto del mundo y clasificados de manera oficial o informal como zonas de riesgo “amarillas” o “rojas”.
En este contexto, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés) publicaron una guía que contempla las medidas más importantes para desacelerar la propagación del coronavirus entre los no vacunados.
1. Usar mascarillas
- Todas las personas de 2 años de edad o más deben usar mascarillas en público.
- Las mascarillas se deben usar además de mantener una distancia de al menos 2 metros, especialmente si está con personas que no viven con usted.
- Si un integrante de su hogar se infecta, el resto de los miembros de su hogar deberían tomar precauciones, como el uso de mascarillas, para evitar transmitir el virus a otras personas.
- Lávese las manos o use un desinfectante de manos antes de colocarse la mascarilla.
- Use la mascarilla de tal manera que le cubra la nariz y la boca, y asegúrela por debajo del mentón.
- Ajuste la mascarilla contra los lados de su cara con las tiras detrás de las orejas, o ate los lazos detrás de su cabeza.
- Si se tiene que acomodar la mascarilla constantemente, quiere decir que no ajusta correctamente y quizá deba buscar otro tipo o marca de mascarilla.
- Debe poder respirar fácilmente.
2. Mantener una distancia de dos metros de los demás
- Dentro de su casa: evite el contacto cercano con las personas que están enfermas. De ser posible, mantenga una distancia de 2 metros entre la persona enferma y otros miembros de su hogar.
- Fuera de su casa: mantenga una distancia de 2 metros de las personas que no viven en su hogar. Recuerde que algunas personas que no tienen síntomas pueden propagar el virus. Mantener distancia con los demás es especialmente importante para las personas que tienen mayor riesgo de enfermarse gravemente.
3. Vacunarse cuando sea posible
- Las vacunas autorizadas contra el COVID-19 pueden ayudar a protegerlo del COVID-19.
- Debería aplicarse la vacuna contra el COVID-19 cuando esta esté disponible para usted.
4. Evitar las grandes aglomeraciones y los espacios mal ventilados
- Estar en espacios con aglomeraciones como restaurantes, bares, gimnasios o cines aumenta su riesgo de contraer COVID-19.
- En lo posible, evite los espacios cerrados donde no hay circulación de aire fresco del exterior.
- Si está en interiores, abra las puertas y ventanas para que ingrese aire fresco, si es posible.
5. Lavarse las manos frecuentemente
- Lávese las manos con frecuencia con agua y jabón por al menos 20 segundos, especialmente después de haber estado en un lugar público, o después de sonarse la nariz, toser o estornudar.
- Es de suma importancia que se lave: antes de comer o preparar la comida, antes de tocarse la cara, después de ir al baño, después de salir de lugares públicos, después de sonarse la nariz, toser o estornudar, después de manipular su mascarilla, después de cambiar pañales, después de cuidar a una persona enferma y después de tocar animales o mascotas.
- Si no dispone de agua y jabón, use un desinfectante de manos que contenga al menos un 60% de alcohol. Cubra toda la superficie de las manos y frótelas hasta que las sienta secas.
- Evite tocarse los ojos, la nariz y la boca sin antes lavarse las manos.
6. Cubrirse la nariz y la boca al toser y estornudar
- Si tiene una mascarilla puesta: puede toser o estornudar en su mascarilla. Colóquese una mascarilla nueva y limpia lo antes posible y lávese las manos.
- Si no tiene puesta una mascarilla: siempre cúbrase la boca y la nariz con un pañuelo desechable al toser o estornudar, o hágalo en la parte interna del codo y no escupa. Bote los pañuelos desechables usados a la basura.
- Lávese las manos inmediatamente con agua y jabón por al menos 20 segundos. Si no dispone de agua y jabón, límpiese las manos con un desinfectante de manos que contenga al menos un 60% de alcohol.
7. Limpiar y desinfectar
- Limpie las superficies de alto contacto a diario. Esto incluye las mesas, las manijas de las puertas, los interruptores de luz, los mesones, las barandas, los escritorios, los teléfonos, los teclados, los inodoros, los grifos, los lavamanos y los lavaplatos.
- Si hay una persona enferma o tiene un resultado positivo en la prueba de detección del COVID-19, desinfecte las superficies que se tocan con frecuencia. Use un producto desinfectante de uso doméstico siguiendo las instrucciones del fabricante que figuran en la etiqueta. Si las superficies están sucias, límpielas con detergente o agua y jabón antes de desinfectarlas.
8. Monitorearse la salud todos los días
- Esté atento a los síntomas. Esté atento a la aparición de fiebre, tos, dificultad para respirar u otros síntomas del COVID-19.
- Controle su temperatura si presenta síntomas. No controle su temperatura dentro de los 30 minutos posteriores a ejercitarse o después de tomar medicamentos que podrían reducir su temperatura, como el acetaminofeno.
- Siga la guía de los CDC si presenta síntomas.
El ranking de las actividades con más y menos riesgo de contagio frente al COVID-19
La Asociación Médica de Texas elaboró un listado con las actividades que conllevan un mayor riesgo a la hora de entrar en contacto con el virus SARS-CoV-2, responsable de causar la enfermedad COVID-19, que tiene hace ocho meses en vilo al mundo entero.
De acuerdo a las conclusiones a las que arribaron los especialistas, asistir a conciertos masivos, estadios deportivos, ir a un bar y participar de una celebración religiosa representan los eventos que encabezan el mayor riesgo frente al nuevo coronavirus.
El ranking consta de actividades clasificadas según el riesgo de contagio, ordenadas en una escala del 1 al 9, que ubica de menor a mayor la posibilidad de infectarse dependiendo la acción. El listado de la Asociación Médica de Texas incluye 37 actividades que realizamos de manera regular todas las personas: trabajo, recreación, trámites y deporte. Contempla prácticamente todo lo que hacemos usualmente o, debido a la cuarentena, anhelamos hacer.
El ranking establece cinco grandes grupos: riesgo bajo, bajo-moderado, moderado, moderado-alto y alto. Abrir el correo es la acción de menor riesgo de todas, luego ubica –también en este primer grupo pero un pequeño peldaño más peligroso– pedir comida para llevar en un restaurante, cargar combustible, jugar al tenis y acampar. En el grupo de “moderado-alto”, los médicos norteamericanos ubican la visita a la peluquería, comer en un restaurante (interior), asistir a una boda o a un funeral, viajar en avión, jugar al básquet o al fútbol y abrazar o saludar con un apretón de manos a un amigo.
Y finalmente establecen como “riesgo alto” comer en un buffet, ir al gimnasio, a un parque de diversiones, al cine, al teatro, asistir a un concierto masivo, a un estadio deportivo, participar de un servicio religioso con más de 500 personas o ir a un bar. Esta última actividad tiene un riesgo de 9 sobre 9. Días atrás, de hecho, se conoció una investigación científica que explicaba que los bares son un gran foco de transmisión de coronavirus. Allí convergen los miedos de todos los infectólogos: nulo distanciamiento social, nadie usa mascarilla, no suele haber ventilación y el consumo de bebidas hace que la gente pierda el control y no cumpla con las medidas de prevención básicas.
Mejorar la ventilación, clave para frenar al coronavirus
Originariamente se creía que el coronavirus se propagaba por gotículas de flush despedidas por las personas infectadas a través de la tos y o estornudos y por los fómites o contacto con el virus a través de las superficies. Es decir, cuando alguien por ejemplo tocaba un picaportes o un objeto que previamente había sido impactado por partículas del SARS-CoV-2 y se llevaba la mano a la boca y/o ojos, sería un causal de contagio. Pero con el correr de los meses, e incluso pasado un año de convivencia con el COVID-19, ahora sabemos que la transmisión más común y probable es por aerosoles.
“Recomiendo esta revisión fantástica de la transmisión de aerosoles con SARS-CoV-2 y cómo se necesitan esfuerzos enérgicos para mejorar la ventilación”, escribió en su Twitter el reconocido cardiólogo, investigador y genetista estadounidense Eric Topol, uno de los científicos más respetados en ese país y a nivel mundial, en relación a la vía de transmisión aérea del COVID-19, uno de los puntos más controversiales y discutidos desde la irrupción de la pandemia.
¿Qué son los aerosoles? Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) son partículas virales que están suspendidas en el aire. Cuando los humanos respiran, hablan, cantan, tosen o estornudan, las gotitas respiratorias emitidas se mezclan en el aire circundante y forman un aerosol. Debido a que las gotas más grandes caen rápidamente al suelo, los aerosoles respiratorios a menudo se describen como formados por gotas más pequeñas de menos de 5 micras, o aproximadamente una décima parte del ancho de un cabello humano.
Es por ello que estos contagios tienden a darse en eventos de superprogación, que se definen a partir de cuando una sola persona infecta a muchas otras en un corto espacio de tiempo y en un espacio limitado. Ya se han registrado más de 2.000 casos —en lugares tan variados como mataderos, mega iglesias, gimnasios y clubes nocturnos— y muchos científicos argumentan que es el principal medio por el cual se transmite la enfermedad pandémica que nos atraviesa.
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