Con el avance de la pandemia por el coronavirus por el mundo, la gente pasó a quedarse más en los hogares como una medida de prevención. Las actividades sociales cambiaron y pasaron a realizarse de manera virtual a través de las computadoras, tablets o celulares. A partir de ese cambio, aumentó el tiempo que los chicos pasan frente a las pantallas tanto para tomar clases como para jugar o encontrarse con amigos. Pero la ventaja de la virtualidad tendría su limitación: muchos niños están teniendo problemas de visión, advierten los especialistas en oftalmología.
Los oftalmólogos dicen que están observando que más casos de niños -muchos de los cuales participaban en la escuela virtual- con miopía. En otros casos, se empeora el cuadro de miopía que ya se había detectado. Por esta afección, que es un trastorno del enfoque de los ojos, los objetos que están cerca se ven con claridad, pero los objetos distantes se ven borrosos.
Los índices de miopía en los niños ya estaba aumentando en todo el mundo antes de la pandemia, pero algunas investigaciones sugieren que el año pasado se agravó el problema. Los médicos también informan de más casos de fatiga visual digital en los niños.
Una de las principales hipótesis que explica el aumento de las tasas de miopía es que, cuando los niños miran pantallas o libros durante periodos prolongados, el ojo se ajusta para adaptarse a un enfoque cercano. Esa actividad por tanto tiempo puede cambiar y alargar la forma del ojo, provocando miopía. Además, la disminución del tiempo al aire libre puede aumentar y empeorar la miopía, ya que las personas tienden a mirar más lejos cuando están fuera. La luz natural y la actividad física al aire libre también pueden influir.
En un estudio publicado en la revista JAMA Ophthalmology, investigadores de China analizaron las tasas de miopía de más de 120.000 niños confinados en casa durante la pandemia y descubrieron que la prevalencia en niños de 6 a 8 años se había multiplicado hasta por tres en comparación con los cinco años anteriores.
Los médicos de EEUU informan aumentos similares. Allison Babiuch, oftalmóloga pediátrica de la Clínica Cleveland de Ohio, contó que muchos niños que llegan con una visión peor a la consulta. “Estamos viendo un gran salto en sus prescripciones”, dice de sus pacientes. En la Argentina, también especialistas en oftalmología han advertido que el problema crece en los niños tras el inicio de la pandemia.
“Más que en el uso de los aparatos electrónicos, el problema reside en la cantidad de tiempo que pasan frente a ellos”, alertó Pablo Daponte, médico oftalmólogo y presidente del Consejo Argentino de Oftalmología, en marzo pasado.
Algunos niños están avanzando hacia la miopía alta, que es cuando la prescripción o el error de refracción es de seis dioptrías o más. Los niños y los adultos con miopía alta corren un mayor riesgo de desarrollar agujeros o desgarros en la retina, así como afecciones como el glaucoma y las cataratas. “Hay razones por las que no queremos que la gente tenga miopía alta”, dice la doctora Babiuch.
Existen algunos tratamientos para los niños que están progresando hacia la miopía alta, o que tienen antecedentes familiares, que implican el uso de lentes de contacto especiales, así como un tratamiento experimental que utiliza gotas dilatadoras de baja dosis, señaló la doctora Babiuch. Pero los tratamientos no detienen la progresión de la miopía sino que solo la desaceleran.
Megan Collins, oftalmóloga pediátrica del Instituto Oftalmológico Johns Hopkins Wilmer de Baltimore, dice que los niños que está viendo con miopía nueva o peor son a menudo los que están en la escuela virtual. “He visto algunos niños más pequeños que el año pasado, cuando los vi, no tenían ningún error de refracción significativo”, comentó la doctora Collins. Pero en un año hubo un cambio sustancial en la visión de esos niños.
Cuanto antes se desarrolle la miopía, mayor será el riesgo de desarrollar posteriormente enfermedades oculares que pongan en peligro la visión. Una recomendación para frenar la progresión de la miopía es que los niños pasen al menos una hora al día realizando una actividad física al aire libre. “Esto puede ralentizar la rapidez con la que progresa la miopía”, dice la doctora Collins.
Además de la miopía, los oftalmólogos también informan de más casos de fatiga ocular digital en los niños. Los síntomas pueden incluir visión borrosa, dolores de cabeza y fatiga ocular. Los síntomas suelen remitir al cabo de unas horas, pero no está claro si hay consecuencias a más largo plazo, según Judith Lavrich, profesora clínica adjunta del Wills Eye Hospital de Filadelfia.
Lavrich y sus colegas encuestaron a 110 niños en los primeros cinco meses de este año. Los niños, de edades comprendidas entre los 10 y los 17 años, que no habían tenido problemas de visión anteriormente, tenían una escuela virtual de entre tres y diez horas al día. “La mayoría de los niños tenían síntomas oculares agudos”, dijo. “Eso es preocupante”.
Los síntomas incluían dolores oculares, dolores de cabeza, palabras que se desplazaban por la página, visión borrosa y doble, y pérdida del lugar cuando leían. Alrededor de la mitad de los niños también dijeron tener otros síntomas oculares, como lagrimeo y ardor, frotarse los ojos con más frecuencia, sequedad y sensación de cuerpo extraño en el ojo. Los datos son preliminares y se están revisando para su publicación.
Como una manera de prevenir la progresión de la miopía, los oftalmólogos recomiendan la regla de hacer una pausa de 20 segundos por cada 20 minutos de pantalla mirando a 6 metros de distancia. También recuerda que hay que parpadear más, ya que los estudios han demostrado que la mayoría de las personas parpadean a menos de la mitad de lo normal cuando miran fijamente una pantalla. Esto hace que los ojos se cansen y se resequen. Si los síntomas de sequedad ocular son especialmente intensos, se sugiere el uso de gotas de lágrimas artificiales, aunque antes hay que consultar a un oculista.
Como medidas para reducir los riesgos de miopía en los niños, el Consejo Oftalmológico Argentino recomendó las siguientes claves:
-No estudiar, leer, ni pasar más de dos horas seguidas frente a las pantallas digitales y hacer descansos de al menos 10 minutos cada hora.
-Para todos los dispositivos es esencial prestar especial atención a la distancia de uso. La distancia debe ser de entre 35 y 40 centímetros y de mínimo 50 cuando se trata de un dispositivo portátil. También es importante mantener una postura correcta.
-En cuanto a la iluminación del ambiente, es importante que la luz venga desde arriba, evitar que produzca reflejos o sombras en la pantalla y que sea una luz fría, neutra y de calidad.
-Evitar usar formatos de letras muy pequeños y ajustar convenientemente el contraste de la pantalla. Cuando se usa excesivo brillo, lo único que se logra es forzar la vista y generar daños a largo plazo.
-Consultar con el oftalmólogo sobre los productos disponibles en el mercado. En interiores, filtran la luz azul dañina emitida por fuentes artificiales, tales como las luces led y las pantallas de los dispositivos digitales. En exteriores, se oscurecen para ayudar a proporcionar aún más protección contra la luz azul nociva, el brillo intenso y los rayos UV del sol.
-Aumentar el tiempo en el exterior. Pasar al menos una hora al día realizando una actividad al aire libre puede ayudar a reducir el riesgo de tener miopía o a que ésta progrese a un ritmo mucho más lento.
SEGUIR LEYENDO: