El estudio de embriones humanos ha permitido contar con nuevo conocimiento científico que sirve para la comprensión de enfermedades y nuevos tratamientos. Dentro de ellos se encuentran células madre que aún no se han diferenciado para cumplir un rol en alguna parte del organismo. Algunos de esos embriones provienen de clínicas de fertilidad que cuentan con el consentimiento de parejas donantes. En otros casos, los embriones son producidos a propósito en el laboratorio con fines científicos. En algunos países, el uso de los embriones humanos está regulado por ley. En otros, como en la mayoría de los países de América Latina, aún hay un vacío legal en cuanto a los límites.
Ahora, la Sociedad Internacional para la Investigación con Células Madre, una organización sin fines de lucro que agrupa a más de 4.000 investigadores y médicos del mundo, ha salido a plantear que debería permitirse la investigación con embriones humanos más allá del plazo de los 14 días.
La entidad científica sostuvo que proponía la extensión del plazo al tener en cuenta “los avances en el cultivo de embriones humanos y el potencial de esa investigación para obtener conocimientos beneficiosos que promuevan la salud y el bienestar de los seres humanos”. Con ese argumento, pidió a las academias nacionales de ciencias, las sociedades académicas, los financiadores y los reguladores que dirijan las conversaciones públicas sobre la importancia científica y las cuestiones sociales y éticas que plantea la autorización de esa investigación.
“Si se consigue un amplio apoyo público en una jurisdicción, y si las políticas y normativas locales lo permiten, un proceso especializado de supervisión científica y ética podría sopesar si los objetivos científicos necesitan y justifican el tiempo de cultivo más allá de los 14 días, garantizando que sólo se utilice un número mínimo de embriones para alcanzar los objetivos de la investigación”, expresan las nuevas directrices de la Sociedad Internacional para la Investigación con Células Madre. Es decir, flexibilizó la regla de los 14 días.
La nueva pauta actualiza un debate que se generó hace décadas. Desde el primer nacimiento con éxito a través de la tecnología de la fertilización in vitro a finales de los años 70, la investigación con embriones humanos estuvo sujeta a límites de tiempo y puntos de referencia de desarrollo.
“Diversas directrices nacionales, las leyes y las normas internacionales han prohibido a los científicos cultivar embriones para la investigación más allá de 14 días consecutivos, o más allá de la aparición de una estructura llamada línea primitiva, que define el inicio de la formación de los principales tejidos del cuerpo y el final del periodo en que un embrión puede dividirse en gemelos idénticos”, contaron en marzo pasado los científicos Insoo Hyun y Sigal Klipstein, de los Estados Unidos, Annelien Bredenoord, de Países Bajos; James Briscoe, del Reino Unido; y Tao Tan, de China en un artículo en la revista Science.
El límite de los 14 días se estableció hace 40 años cuando no había métodos para cultivar embriones en una placa durante un tiempo cercano a las dos semanas. “Pero las investigaciones realizadas desde 2016 demuestran que es posible cultivar embriones humanos de investigación más allá del límite de dos semanas y sugieren que al hacerlo se obtendrán conocimientos científicos que podrían ser importantes para la salud y la fertilidad humanas”, habían escrito los científicos, quienes también pedían en marzo que las directrices se actualizaran con un enfoque prudente y gradual para la exploración científica más allá del límite de 14 días. Finalmente, la Sociedad Internacional les siguió su postura y ahora la aceptó.
Hasta ahora, los científicos no han sobrepasado ese límite de los 14 días no solo por razones legales y éticas, sino también por razones técnicas: no se podían mantener los embriones creciendo en placas de laboratorio durante tanto tiempo. Sin embargo, recientemente los científicos han perfeccionado sus técnicas de cultivo celular y han encontrado formas de mantener los embriones todo ese tiempo.
Estos avances -junto con otros hitos en el mundo de la investigación con células madre, con científicos que ahora transforman las células en gotas que se asemejan a los embriones tempranos o inyectan células humanas en animales- han complicado los debates éticos sobre hasta dónde debe llegar la investigación biomédica en su búsqueda de conocimientos y posibles tratamientos.
“Hemos relajado las directrices en este sentido, pero no las hemos abandonado”, reconoció en una rueda de prensa la bióloga del desarrollo Robin Lovell-Badge, del Instituto Francis Crick en Inglaterra. Esta científica presidió el grupo de trabajo sobre directrices. No se espera que el cambio desate un montón de investigaciones con embriones humanos. Pero en algunos países, como Australia y el Reino Unido, implementar el cambio en el plazo del uso de embriones requeriría un cambio en la legislación.
Consultada por Infobae, la coordinadora de la Comisión interministerial de Investigaciones y Medicamentos de Terapias Avanzadas, Fabiana Arzuaga, comentó: “En la Argentina, hay solo una norma relacionada con la fertilización asistida como parte de una práctica médica. Pero no se reguló sobre el uso de embriones para investigación. En algunas clínicas de fertilidad tienen códigos voluntarios sobre el uso de los embriones”.
Para la doctora Arzuaga, la nueva pauta de la Sociedad Internacional para la Investigación en Células Madre “abre una ventana a la investigación con embriones más allá de los 14 días, pero no es una norma obligatoria. Dependerá de los poderes legislativos de los países para decidir. Igualmente, la pauta de la Sociedad se recomienda en contextos en los que haya un comité de ética y una justificación de una investigación con valor social”.
“Esto no es una luz verde para que los grupos sigan adelante con la ampliación de los cultivos humanos más allá de los 14 días”, dijo la bióloga Kathy Niakan, de la Universidad de Cambridge, una de las expertas que trabajó en las directrices. “Sería irresponsable, y en muchas jurisdicciones sería ilegal, hacerlo. Lo que hacemos, en cambio, es que las directrices son un llamamiento a entablar de forma proactiva un diálogo bidireccional con el público para revisar el límite de 14 días de cultivo de embriones humanos”.
Las directrices de la Sociedad Internacional no profundizan sobre cómo deben ser esos debates públicos ni qué niveles de apoyo público deben exigirse antes de autorizar un experimento. Pero Niakan dijo que el proceso podría ser diferente en cada país dependiendo de las perspectivas locales sobre este tipo de investigación. “No debería estar dirigido por la comodidad de un país con esto”, dijo.
Los científicos afirman que estudiar los embriones humanos un poco más de tiempo podría permitirles asomarse a la “caja negra” de los días 14 a 28 del desarrollo, un momento en el que surgen diferentes tipos de células, los tejidos del cuerpo se inclinan hacia la especialización y la placenta empieza a tomar forma. Podría ayudar a los investigadores a entender qué es lo que falla en los abortos espontáneos o qué causa las anomalías congénitas. También podría validar si los modelos que los científicos utilizan para imitar el desarrollo embrionario humano, como los embriones animales, son sustitutos legítimos y, si no lo son, en qué aspectos carecen de ellos.
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