Japón quiere desarrollar naves espaciales intercontinentales para pasajeros

La Agencia de Exploración Aeroespacial planea utilizar cohetes para viajar de un punto a otro de la superficie terrestre y tiene dos modelos en desarrollo para principios de 2040

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Una estela de luz dejada por un cohete H2B brilla sobre el monte Sakurajima en Kagoshima, al suroeste de Japón, en esta foto de larga exposición tomada por Kyodo el 21 de mayo de 2020. Crédito obligatorio Kyodo/vía REUTERS
Una estela de luz dejada por un cohete H2B brilla sobre el monte Sakurajima en Kagoshima, al suroeste de Japón, en esta foto de larga exposición tomada por Kyodo el 21 de mayo de 2020. Crédito obligatorio Kyodo/vía REUTERS

El auge de la industria espacial facilita más que nunca la puesta en órbita, pero Japón apuesta por revolucionar también los viajes terrestres. El Ministerio de Ciencia del país anunció que planea desarrollar naves espaciales intercontinentales de pasajeros para principios de la década de 2040.

La idea de utilizar naves espaciales para viajar de un punto a otro de la superficie terrestre existe desde hace décadas, pero el costo y la complejidad de la idea vienen postergando el sueño de manera sistemática. Ahora Japón cree que puede lograrlo.

En la práctica, advierten los especialistas, la idea es utilizar un sistema similar a los misiles balísticos intercontinentales: usar un cohete para lanzar la carga útil, en este caso una nave espacial de pasajeros, hacia el espacio para que vuelva a entrar en la atmósfera al otro lado del planeta.

Según detalla la web especializada Singularityhub, este método podría permitir viajar entre continentes en menos de una hora, y ahora Japón ha esbozado su visión de cómo hacer realidad la idea. En una hoja de ruta presentada en un panel de expertos a principios de este mes, el Ministerio de Ciencia presentó un plan en dos fases que prevé que podría sustentar un mercado de 5 billones de yenes (46.000 millones de dólares) para las naves espaciales que salgan y lleguen a Japón.

La idea es que la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) logre reducir drásticamente el costo del lanzamiento de vehículos al espacio.

El cohete H3 de nueva generación del país, cuyo vuelo inaugural está previsto para este año, cuesta aproximadamente 5.000 millones de yenes (USD 46 millones), y la hoja de ruta prevé que tácticas como la reutilización de piezas de cohetes les permitirán reducir ese costo a la mitad para 2030, y bajarlo hasta el 10% a principios de la década de 2040.

El lanzamiento del satélite de Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (Jaxa)
El lanzamiento del satélite de Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (Jaxa)

Así, con la ayuda de empresas privadas, prevén dos tipos diferentes de naves espaciales: un avión espacial similar a un transbordador que pueda aterrizar en una pista como un avión normal, y otro que aterrice verticalmente como los cohetes reutilizables de SpaceX.

Los japoneses no son los únicos que se muestran cada vez más entusiasmados con la perspectiva de los vuelos espaciales intercontinentales. Ya en 2017 Elon Musk sugirió que la Starship de SpaceX podría utilizarse para viajar a cualquier parte del planeta en menos de una hora, y en 2019 especuló que el vehículo podría transportar hasta 1.000 pasajeros por viaje.

La NASA también anunció recientemente una asociación con Virgin Galactic para desarrollar un nuevo vehículo para viajes aéreos civiles de alta velocidad, lo que probablemente se refiera al objetivo de la empresa, tantas veces declarado, de utilizar sus aviones espaciales suborbitales para transportar personas por todo el mundo.

¿Fantasía o realidad?

Singularityhub advierte que si estas ideas se ponen en marcha, es probable que sean increíblemente caras y poco lujosas: “Musk comparó el enfoque con un misil balístico intercontinental y dijo que los vuelos probablemente serán todos en clase turista, sin baños ni comida y con el tipo de restricciones que uno podría esperar en una montaña rusa”.

Otros, agregó el sitio especializado en ciencia y tecnología, creen que los problemas irán más allá de la falta de un trato VIP. “Los humanos simplemente no están hechos para el tipo de aceleración y fuerza G que sufre un misil balístico intercontinental”, dijo Brian Weeden, de la organización de defensa del espacio Secure World Foundation, a The Verge, “y podrían morir fácilmente en el lanzamiento o la reentrada”.

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