Luna llena, superluna y eclipse de luna de sangre: los tres fenómenos coincidieron en una noche única

El eclipse total, el primero desde enero de 2019, fue visible especialmente en el oeste continental de Estados Unidos y Canadá, todo México, la mayor parte de América Central y Ecuador, el oeste de Perú y el sur de Chile y Argentina

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La señal del Griffith Observatory (Los Ángeles, California, EEUU)

Una luna llena, además en su punto más cercano a la Tierra, y para completar con un eclipse lunar total coincidió este miércoles en la llamada superluna roja, un espectáculo hermoso, que además acerca a los terrícolas a la exploración espacial y sus logros, como explicó a EFE el científico planetario de la NASA Lucas Paganini.

Esta rara trifecta lunar, que enrojece la luna por “una decena de minutos”, no ocurría desde hace unos seis años, detalló en una entrevista Paganini, un argentino de Mendoza que aprecia la oportunidad que brinda este fenómeno natural para “compartir la belleza de nuestros cielos”.

La señal del Lowell Observatory (Flagstaff, Arizona, EEUU)

Además, la superluna roja permite a la comunidad científica acercar al público en general a las misiones espaciales, especialmente al programa Artemis, que planea volver a la Luna en 2024, esta vez con la primera mujer, y además establecer una presencia permanente en el satélite de la Tierra.

La primera imagen del eclipse
La primera imagen del eclipse parcial en Sídney, Australia (Saeed Khan/ AFP)

Este miércoles, la luna llena llegó al punto más cercano a la Tierra durante este año, lo cual se conoce como “superluna”. Esta cercanía la hace parecer más grande y un 15% más brillante que en otros momentos, precisó Paganini.

(Foto: Jovani Pérez/Infobae México)
(Foto: Jovani Pérez/Infobae México)

El eclipse lunar total, que ocurre cuando el satélite atraviesa completamente la sombra de la Tierra, comenzó a las 08:46 GMT del miércoles, con la Luna entrando en la parte más oscura de la sombra a las 09:45 GMT, informó la NASA.

La sombra de la Tierra oscurece así la Luna, pero gradualmente el satélite va adquiriendo un color oxidado o rojo sangre por los reflejos de los rayos del Sol, al igual que sucede con algunas madrugadas y atardeceres en el planeta.

La superluna roja fue visible
La superluna roja fue visible desde el oeste de América, y toda las costas del océano Pacífico (Reuters/ Marco García)
Así se vio el eclipse
Así se vio el eclipse en Auckland, Nueva Zelanda (Phil Walter/ Getty Images)

Las etapas del eclipse, que dura de una a dos horas, ocurren simultáneamente para todos los que pueden ver la Luna, pero los tiempos reales del reloj dependen de su zona horaria.’

El eclipse total, el primero desde enero de 2019, es visible especialmente en el oeste continental de Estados Unidos y Canadá, todo México, la mayor parte de América Central y Ecuador, el oeste de Perú y el sur de Chile y Argentina, según la agencia aeroespacial NASA.

También se puede ver en su totalidad en el este de Australia, Nueva Zelanda y las islas del Pacífico, incluida Hawaii.

Sin necesidad de gafas especiales como en los eclipses solares, la “superluna roja” está al alcance de una gran porción de la población, que puede equiparse con telescopios o binoculares para verla mejor.

Desde más cerca, el Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO, por su sigla en inglés) ha estado recolectando información de la Luna desde hace cerca de 12 años para preparar el terreno para las nuevas misiones tripuladas, recordó Paganini.

El científico del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA destacó que el LRO, entre muchos otros logros, ha sido capaz de confirmar que hay agua en la Luna.

Igualmente destacó que ha llevado a la elaboración de “mapas de temperatura” que han permitido entender “la gran amplitud térmica”, que incluyen las temperaturas más frías del Sistema Solar, de unos menos 250 grados centígrados hasta 130 grados, las más calientes.

Resaltó, además, las fotos de alta resolución que ha llegado a recopilar el LRO, que muestran con gran detalle la superficie lunar e incluso han detectado la presencia de huellas e instrumentos dejados hace unos cincuenta años por los astronautas de las misiones del Apolo 11 y 17.

El LRO, que además se alistó para la trifecta de este miércoles, en la que perderá comunicaciones con la Tierra porque tendrá a la Luna de por medio, está así preparando el terreno para el regreso del hombre a la Luna.

El experto planetario recordó que la Luna, además de ser la compañera celestial de la Tierra, se formó hace 4.500 millones de años, cuando lo hizo el Sistema Solar.

“Entender la composición de la Luna nos puede dar información de su formación planetaria, de la formación de nuestro Sistema Solar y también de la Tierra”, enfatizó.

(Con información de EFE)

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