La mayoría de los niños infectados con COVID-19 no muestran síntomas típicos de la enfermedad, sugiere un nuevo estudio de la prestigiosa revista científica Nature.
La investigación, llevada a cabo por investigadores de la Universidad de Alabama en Birmingham, Reino Unido, muestra que los niños con coronavirus pueden no mostrar síntomas típicos como fiebre, tos y dificultad para respirar, por lo que se requieren más exámenes de detección y vigilancia.
Los científicos también hallaron que los niños con COVID-19 pueden desarrollar resultados clínicos deficientes, como requerir hospitalización, servicios de cuidados intensivos y ventilación mecánica.
En los Estados Unidos, los niños y adolescentes representan casi el 13 por ciento de todos los casos de COVID-19. Esto ha resultado en la reapertura cautelosa de escuelas y otras instituciones educativas con un riesgo de transmisión potencialmente mayor. Existe una comprensión limitada de cómo los niños en los Estados Unidos presentan coronavirus y el impacto que tiene la infección entre los niños.
Este estudio tuvo como objetivo comprender mejor el impacto de COVID-19 en los niños, explicó Vibhu Parcha, doctor en medicina, investigador clínico en la División de Enfermedades Cardiovasculares. Parcha y su equipo utilizaron los recursos bioinformáticos del Centro de Ciencias Clínicas y Traslacionales de la Universidad de Alabama para evaluar los datos del mundo real de múltiples centros en los Estados Unidos que atienden a pacientes con la enfermedad pandémica.
Para llegar a estas conclusiones, analizaron la base de datos de la red de investigación TriNetX e identificaron a 12.306 pacientes pediátricos con COVID-19. El equipo descubrió que los síntomas más comunes incluían tos y dificultad para respirar, molestias gastrointestinales como náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal, y síntomas inespecíficos como fiebre, cansancio, dolor muscular y alteraciones del gusto y el olfato.
Con la ayuda de los recursos del Instituto de Informática de Medicina de la Universidad de Alabama dirigido por el doctor James Cimino, los investigadores han podido investigar el impacto de la pandemia en niños infectados en varios centros hospitalarios.
“Durante este estudio, encontramos que la mayoría de la población no mostraba ninguno de los síntomas típicos del COVID-19, como fiebre, tos y dificultad para respirar”, dijo Parcha. “Si bien las tasas de resultados clínicos deficientes son relativamente más bajas en los niños en comparación con los adultos, el 5-6 por ciento aún requirió hospitalización. Entre los hospitalizados, el 18 por ciento requirió cuidados intensivos y el 4 por ciento necesitó un ventilador para respirar“, amplió.
Los investigadores también notaron que los niños negros no hispanos y los niños hispanos tenían un mayor riesgo de hospitalización por COVID-19 en comparación con los niños blancos. Sin embargo, el riesgo de requerir cuidados intensivos o ventilación mecánica fue similar entre los niños de todos los grupos raciales.
“Un punto clave de este estudio es que los niños con COVID requieren mejores medidas de detección y prevención que incluyen un umbral bajo para la detección, facilidad de acceso a las instalaciones de prueba y vacunación de adolescentes elegibles”, dijo el autor principal Pankaj Arora, médico científico de la División de Enfermedades Cardiovasculares de la UAB. “Las disparidades raciales en la atención médica también fueron evidentes en el mayor riesgo de hospitalización entre los niños de poblaciones minoritarias desatendidas. A medida que las vacunas estén disponibles para los adolescentes, debemos asegurarnos de que la vacuna esté disponible para todos los niños elegibles, especialmente los de poblaciones minoritarias y hogares de alto riesgo”, concluyó.
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