Científicos del gobierno británico concluyeron en diferentes investigaciones que no hay pruebas de que los salones de belleza aumenten el riesgo de contraer COVID-19.
Para ello analizaron el riesgo de transmisión en peluquerías, en complejos de hostelería, el comercio minorista y el ocio y revelaron que “no hay evidencia estadística” de que los ambientes de cuidado personal estuvieran asociados con un mayor riesgo de contraer el virus SARS-CoV-2.
El documento, que es un resumen de la “mejor evidencia disponible”, halló que todos los grupos de peluqueros y barberos eran “relativamente pequeños” en cuanto a cantidad de personas y riesgo de exposición, si los participantes respetaban las pautas de cuidado sanitario: uso de mascarilla y correcta ventilación en los locales.
Los investigadores desglosaron diferentes eventos y actividades junto con sus riesgos relativos. Si bien ciertas situaciones, como salir a comer o ir a un bar, parecían tener una mayor probabilidad de contraer el virus, los estudios encontraron que no existía tal vínculo para los entornos de cuidado personal. El análisis se centró en cuatro estudios separados que se llevaron a cabo entre agosto y septiembre del año pasado, en pleno pico de casos en la nación europea.
El estudio dice: “Los cuatro metaanálisis no proporcionaron evidencia estadística de que los entornos de cuidado personal estuvieran asociados con mayores probabilidades de contagio por COVID-19”.
Sin embargo, el escrito advirtió que trabajar en servicios de contacto cercano, como barberos o peluqueros, conllevaba un ‘riesgo mayor que el general’ de contraer COVID en entornos de ocio, pero que esto se basó en sólo 41 grupos observados.
Los cierres recurrentes afectaron duramente a la industria de la belleza durante el último año, con altos precios de alquiler que obligaron a algunos a cerrar sus puertas para siempre. Según la Fellowship for British Hairdressing, hasta 5.000 de los 40.000 salones de belleza del sector cerraron sus puertas de forma permanente en el Reino Unido. Según el testimonio de una peluquera local, las deudas se acumulaban hasta 1,000 euros por día mientras su cadena de salones estaba cerrada. Ahora que los denominados “servicios de contacto cercano” están nuevamente abiertos, los clientes reservan citas en masa.
Algunas peluquerías han reabierto con jornadas de 18 horas, mientras que otras están completamente reservadas hasta junio para hacer frente a la acumulación de clientes.
El gobierno inglés publicó pautas para los servicios de contacto cercano después de la flexibilización del encierro, que incluyen el uso de cubiertas para la cara, la implementación del distanciamiento social y la ventilación adecuada.
En la Argentina, a partir de las últimas medidas de restricciones anunciadas por el Presidente, las peluquerías estarán habilitadas en todo el país en los mismos horarios que el resto de los comercios. En el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), por ejemplo, deben cerrar a las 19.
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