Expertos de The Aerospace Corporation redujeron en su última predicción la zona en la que podría impactar el cohete chino sin control que se espera caiga en la Tierra este domingo.
El cohete (un Long March 5B) fue utilizado la pasada semana por China para lanzar al espacio uno de los módulos de su futura estación espacial, y se espera que a lo largo del fin de semana impacte contra la atmósfera terrestre, lo que ha provocado preocupación ante la probable caída a la Tierra de algunos de sus escombros y la activación de diferentes servicios de vigilancia espacial.
De acuerdo con la última predicción realizada por The Aerospace Corporation, la reentrada del cuerpo del cohete sería el domingo a las 3:46 (GMT), aunque con una ventana de error de 16 horas.
El sitio Space-Track.org, que proporciona datos críticos de conocimiento de la situación espacial para la comunidad espacial mundial, llegó a la conclusión, a través de cuentas matemáticas, de que la posibilidad de que el cohete caiga cerca de una zona poblada es “realmente pequeña”. “Hemos calculado que hay una probabilidad de 1 entre 196,9 millones (o 0,000000005%) de que caiga a menos de un kilómetro de cualquier lugar de la Tierra. Por favor, mantenga la calma y siga adelante”, publicó la organización en su cuenta de Twitter.
“Tienes más posibilidades de ser comido por un tiburón que de ser alcanzado por este cohete. Preocúpate por eso”, agregó.
Por su parte, el Servicio de Vigilancia y Seguimiento Espacial de la Unión Europea (EUSST), que monitorea el cohete chino fuera de control, ve poco probable que caigan restos de aquel en zonas pobladas de la Tierra.
Desde hace varios días, este consorcio internacional, del que forman parte varias agencias espaciales y organismos públicos de numerosos países europeos, está monitoreando el retorno a la atmósfera terrestre del gigantesco objeto espacial chino, que tiene una masa estimada de entre 17 y 21 toneladas y un tamaño de aproximadamente 30 metros, y ha observado que esas dimensiones lo convierten en uno de los trozos más grandes que vuelven a la Tierra y que por lo tanto “merece un monitoreo cuidadoso”.
La red de sensores y radares de este servicio de vigilancia espacial está observando el objeto “de cerca” y ha comprobado que está cayendo, y ha reducido su ventana de entrada a la atmósfera terrestre a un período comprendido entre los días 8 y 9 de mayo.
Los datos que ha publicado en abierto este consorcio revelan que el objeto lleva una inclinación que sugiere en principio que los restos o “escombros” caerían en una región de la Tierra cubierta en su mayor parte por el océano o áreas deshabitadas, y ha aseverado que la probabilidad estadística de un impacto en suelo en áreas pobladas “es baja”.
Precisó también que las predicciones son todavía muy inciertas ya que el objeto está descontrolado, y las estimaciones más aproximadas sobre el lugar donde caerían esos restos solo será posible hacerlas unas pocas horas antes del reingreso real del objeto en la atmósfera terrestre.
El ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, ha asegurado en su cuenta de Twitter que la mayoría de los restos “se desintegrarán durante su reentrada a la atmósfera”, y ha explicado que España está proporcionando datos de su radar en la base de Morón de la Frontera (Sevilla) al consorcio encargado de realizar el seguimiento del cohete.
(Con información de EFE)
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