Secuelas post COVID-19: el calvario de una joven española que sufre una tos persistente y poco común

Desde que se contagió, esta adolescente de 16 años tose cada dos segundos y padece fuertes dolores de cabeza y musculares. Un equipo médico estudia si su problema es neurológico

Guardar
Verena García, la adolescente de 16 años que no para de toser (Europa Press)

Una adolescente en España de 16 años contrajo COVID-19 en octubre de 2020, y hace siete meses que no para de toser, en todo momento.

Se trata de Verena García, una joven oriunda de la región de San Javier, Murcia, quien fue diagnosticada con coronavirus el 27 de octubre último y desde ese día uno de los síntomas que manifestó en la fase aguda de la enfermedad sigue presente. Asegura que sufre una tos espasmódica cada dos o tres segundos durante las 24 horas del día y tiene muchas más secuelas, como mareos, e incluso inflamación articular. “No hay un diagnóstico claro de lo que tengo”, lamentó a medios españoles.

Este cuadro le provocó también la pérdida de audición y de vista parcial, además de frecuentes dolores de cabeza y una creciente ansiedad, alimentada por la cantidad de días y meses que lleva sin saber con exactitud o precisión qué le sucede. “Todos los médicos me mandan a casa sin proponer estudios ni exploraciones”, narró García al diario La Verdad, un periódico local de Murcia.

Mi vida ha cambiado completamente. No puedo ir al cine, salir con mis amigas, ir a comer. Tengo que pasarme el día en casa. No puedo ir a clase, solamente me conecto online”, detalló la joven. Y lamenta ante las cámaras: “No puedo hacer todo lo que me gustaría”.

La tos es uno de los síntomas más comunes por COVID-19 y a su vez una de las secuelas presentes (Foto: Shutterstock)
La tos es uno de los síntomas más comunes por COVID-19 y a su vez una de las secuelas presentes (Foto: Shutterstock)

La vida de Verena se convirtió literalmente en un infierno desde que contrajo coronavirus, según cree su familia, debido a que unos padres llevaron a sus dos hijos con COVID-19 al instituto Sagrado Corazón de San Javier. Desde entonces, la “maldita tos”, una secuela frecuente en un porcentaje importante de pacientes recuperados por COVID-19, le puso la vida en stand by, mientras un equipo médico estudia si el problema es neurológico.

“El COVID-19 le ha dejado una secuela extraña a mi hija: tose cada segundo y medio, a veces sufre ataques tan fuertes que pierde el conocimiento”, relató desesperado Nacho, el padre de la menor. “No puede llevar una vida normal”.

De acuerdo al infectólogo y epidemiólogo Hugo Pizzi (MN 54.101), muchas personas que transcurrieron la enfermedad creyeron que todo había pasado y, sin embargo, “algunos de ellos tuvieron reinfecciones y un 30% secuelas”.

La “maldita tos”, una secuela frecuente en un porcentaje importante de pacientes recuperados por COVID-19 le puso la vida en stand by a una joven española de 16 años (Shutterstock)
La “maldita tos”, una secuela frecuente en un porcentaje importante de pacientes recuperados por COVID-19 le puso la vida en stand by a una joven española de 16 años (Shutterstock)

Según un estudio de investigadores independientes con expertos de varios países, el COVID-19 puede dejar hasta 55 secuelas y al menos cinco síntomas persistentes como la fatiga, dolor de cabeza, trastorno de atención, caída del cabello y disnea.

“Encontramos que hasta el 80% de los pacientes tenían al menos un síntoma hasta 10 meses después de haber padecido COVID-19”, precisó la doctora Talia Wegman-Ostrosky, coautora del estudio.

En la investigación, basada en más de 18.000 publicaciones de análisis médicos, se estimó la prevalencia de 55 efectos a largo plazo en 47.910 pacientes.

Según el estudio, la fatiga es el síntoma más predominante después de que una persona se recuperó del nuevo coronavirus, ya que estuvo presente en 58% de los casos.

Le siguen el dolor de cabeza con 44%, trastorno de atención con 27%, la caída del cabello con 25%, y la disnea (ahogo o dificultad para respirar) con 24%.

La fatiga es el síntoma más predominante después de que una persona se recuperó del nuevo coronavirus, ya que estuvo presente en 58% de los casos (Shutterstock)
La fatiga es el síntoma más predominante después de que una persona se recuperó del nuevo coronavirus, ya que estuvo presente en 58% de los casos (Shutterstock)

Aunque pareciera que todavía es demasiado pronto para determinar cómo será la recuperación completa de estos pacientes, Wegman-Ostrosky aseguró que esto implica un gran reto para los sistemas de salud.

Aunque la mayoría son problemas cardíacos, respiratorios, neumológicos, también están las afectaciones psiquiátricas como depresión, ansiedad y por eso es importante pensar en la prevención y la atención de estas secuelas”, manifestó.

Asimismo, indicó que algunos de los pacientes que estuvieron conectados a respiradores reportan dificultades para tragar o hablar alto, una consecuencia normalmente temporal de las lesiones o la inflamación que provoca el tubo respiratorio que pasa por las cuerdas vocales.

Por el momento, la tos persistente que padece la joven española sigue siendo en estudio por parte de los especialistas que siguen el caso.

SEGUIR LEYENDO:

Guardar