Casi una cuarta parte de las muertes registradas por COVID-19 en el Reino Unido corresponden a personas que no mueren por la enfermedad, según cifras oficiales divulgadas por la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS, por sus siglas en inglés).
Las estadísticas muestran que el 23% de las muertes por coronavirus registradas son de personas que han fallecido “con” el virus y no “de” una infección, afirma el estudio citado por el diario británico The Telegraph.
Esto significa que, aunque la persona fallecida haya dado positivo de coronavirus, el contagio no fue la causa principal de su muerte registrada en el certificado de defunción.
Las cifras diarias de muertes por “fecha de fallecimiento” revelan que el Reino Unido no ha tenido más de 28 muertes al día desde principios de abril, aunque las muertes anunciadas por el gobierno han llegado a ser 60.
La razón puede explicarse en que el Gobierno ofrece una actualización diaria de las muertes basada en el número comunicado ese día, que puede incluir fallecimientos de días o semanas anteriores y, por tanto, puede no reflejar el verdadero descenso de las muertes.
Asimismo, la Universidad de Oxford sostiene que el número de personas hospitalizadas con una infección activa por COVID-19 es probablemente la mitad de la cifra diaria que se da a conocer. La cifra oficial del martes mostraba que había 2.537 pacientes con coronavirus en los hospitales, con 230 nuevos ingresos.
Según la ONS, las muertes por coronavirus representan ahora sólo el 4,9% de los fallecimientos registrados en Inglaterra y Gales, frente al 45% de mediados de enero.
Sin embargo, a pesar de las estadísticas positivas, el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, advirtió que los contagios y las muertes por coronavirus volverán a aumentar a medida que el país salga del confinamiento impuesto el pasado enero para contener la tercera ola de la pandemia, luego de que el lunes cientos de personas colmaran bares y restaurantes del país para celebrar la flexibilización de las restricciones.
En declaraciones a periodistas en su residencia y despacho de Downing Street (Londres), el jefe del Gobierno dijo que, aunque el programa de vacunación está teniendo efecto, “el grueso del trabajo para reducir la enfermedad lo ha hecho el confinamiento”.
“Por tanto, a medida que desconfinamos, el resultado será inevitablemente que veremos más contagios y, desafortunadamente, también más hospitalizaciones y muertes. La gente debe entenderlo”, afirmó.
El líder conservador destacó que el sistema nacional de salud (NHS, en inglés) haya conseguido el objetivo de vacunar con una primera dosis a los nueve grupos de población prioritarios -unas 32 millones de personas-, y ya pueda empezar a inocular a los menores de 50 años.
Sin embargo, llamó a los ciudadanos a ser “cautelosos” e insistió en que de momento “no hay ninguna razón” para cambiar el curso de la desescalada iniciada el 29 de marzo, que debe culminar con la eliminación de todas las restricciones el 21 de junio.
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