Si ya tuve COVID-19, ¿es necesario que me vacune con dos dosis?

Un estudio publicado en la revista científica Nature Medicine, advierte que las personas que se recuperan generan el mismo nivel de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 después de una dosis de una vacuna que aquellas que nunca se han infectado y reciben las dos dosis recomendadas

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Los resultados no son sorprendentes,
Los resultados no son sorprendentes, ya que la inmunidad generalmente funciona en lo que los científicos en el campo llaman un “modelo de impulso primario" (REUTERS)

Si bien hay vacunas seguras y efectivas autorizadas para proteger contra el COVID-19, todavía hay mucho sobre la inmunidad de la vacuna que los investigadores aún están tratando de descubrir. Una pregunta tiene que ver con los millones en el mundo que se han infectado con SARS-CoV-2 y se han recuperado. ¿Tienen inmunidad natural debido a su infección? y, de ser así, ¿todavía necesitan vacunarse? ¿Cuánta protección adicional les brindan las vacunas?

En un estudio publicado el 1 de abril en la revista científica Nature Medicine, los investigadores dirigidos por un equipo del Centro Médico Cedars-Sinai informan que las personas que se recuperaron del COVID-19 generaron el mismo nivel de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 después de una dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech como personas que nunca se han infectado y reciben las dos dosis recomendadas de la inyección.

Los datos plantearán preguntas sobre por qué las personas que se han recuperado de COVID-19 necesitan dos dosis, pero los Centros para el Control de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) continúan recomendando que las personas reciban dos dosis de inyecciones de Pfizer-BioNTech y Moderna, que fueron diseñadas y probadas como vacunas de regímenes de dos dosis.

FOTO DE ARCHIVO: Una enfermera
FOTO DE ARCHIVO: Una enfermera sostiene una bandeja de jeringas médicas con dosis de la vacuna de AstraZeneca contra la COVID-19 en Huelva, Andalucía, España, el 24 de marzo de 2021. REUTERS/Marcelo del Pozo

De alguna manera, los resultados no son sorprendentes, ya que la inmunidad generalmente funciona en lo que los científicos en el campo llaman un “modelo de impulso primario”: las células inmunes deben estar preparadas o expuestas a un virus, en este caso con un primer dosis de una vacuna, para luego reconocerla como extraña y diseñar los anticuerpos adecuados y otras defensas dedicadas a bloquearla o destruirla. Una vez que se concentran estas fuerzas, un refuerzo, una segunda dosis, activa el sistema y pone en movimiento la respuesta inmunitaria. La infección natural, pensaron algunos expertos, podría servir como un cebo eficaz y una dosis de vacuna como un refuerzo para una protección adecuada contra el COVID-19. Y los últimos datos parecen apoyar esa teoría.

En este contexto, en diálogo con Infobae, el infectólogo Lautaro de Vedia, ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología, aseveró: “Con una dosis de la vacuna, la gente que ya tuvo coronavirus aparentemente tiene títulos o niveles de anticuerpos superiores a los que logramos el resto incluso con dos dosis. Es interesante porque permitiría, en algunas situaciones, ahorrar la segunda dosis. Por ahora, no hemos visto ninguna determinación concreta del Ministerio pero claro que es una posibilidad”.

Puede que las respuestas inmunitarias
Puede que las respuestas inmunitarias de personas mayores hospitalizadas por COVID-19 y recuperadas no sean tan sólidas, por lo que es posible que necesiten la segunda dosis para reforzar su protección (REUTERS)

El estudio incluyó a casi 1000 trabajadores de la salud que fueron vacunados en Cedars-Sinai; aproximadamente la mitad proporcionó muestras de sangre antes de ser vacunados, y algunos continuaron proporcionando muestras de sangre después de su primera y segunda dosis de vacuna.

La doctora Susan Cheng, directora del Instituto de Investigación sobre el Envejecimiento Saludable de Cedars-Sinai y coautora del estudio, dice que el equipo no se propuso ninguna idea preconcebida sobre lo que encontrarían en este grupo vacunado. “Sabíamos que iba a haber una variación en las respuestas a las vacunas y queríamos comprender esa heterogeneidad”, asegura. Y agrega: “Estábamos preparados para cualquier cosa; íbamos a tomar todos los datos y ver si había diferencias entre las personas más jóvenes y las mayores, los hombres y las mujeres, o combinaciones de afecciones preexistentes“.

Su grupo de estudio incluyó a 78 personas que se habían recuperado de COVID-19, y resultó que proporcionaron la señal de datos más interesante. “Salió como una pistola humeante que no pudimos ignorar”, sostiene Cheng. Entre este grupo, 35 proporcionaron muestras de sangre después de recibir su primera dosis de la vacuna Pfizer-BioNTech. Cuando el equipo de Cheng los examinó para detectar anticuerpos contra el SARS-CoV-2, encontraron que los niveles eran similares a los de las personas que nunca se habían infectado pero que recibieron dos dosis de la vacuna.

“Si yo fuera una persona sana y por lo demás más joven que se recuperó con éxito del COVID-19, entonces estaría bastante seguro de que una dosis de la vacuna probablemente sea suficiente”, subraya Cheng. Eso no significa necesariamente que cualquier persona que haya tenido COVID-19 deba omitir la segunda dosis de su vacuna si se lo recomienda. “Se trata de sincronización”, advierte Cheng. “Si esta pandemia dura dos años y alguien tuvo una infección hace dos años, según nuestros datos, no podemos decir si estaría bien con una dosis o dos”. Y puede que las respuestas inmunitarias de personas mayores hospitalizadas por COVID-19 y recuperadas no sean tan sólidas, por lo que es posible que necesiten la segunda dosis para reforzar su protección.

No hay forma de saber
No hay forma de saber si la inmunidad natural protege contra las variantes (REUTERS)

Los datos tampoco abordan las nuevas variantes de SARS-CoV-2 que han surgido desde principios de año. Cheng reconocer que no está claro cuándo la mayoría de las personas en el estudio se infectaron, pero es probable que se hayan recuperado de la infección con las variantes no mutantes, por lo que no hay forma de saber si la inmunidad natural protege contra las variantes.

La investigadora y su equipo planean hacer un seguimiento del estudio para comprender mejor cómo es la inmunidad al SARS-CoV-2, ya sea por vacunas o por una infección natural. Un área que espera comprender mejor es qué partes del sistema inmunológico son estimuladas por las vacunas. Los primeros datos sugieren que los anticuerpos son solo una parte de la respuesta inmunitaria general, y que los agentes inmunes conocidos como células T proporcionan una protección más duradera.

Por su parte, el doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de los Estados Unidos, es uno de los expertos en salud pública que han dicho que la segunda dosis recomendada de vacunas elaborada por Pfizer-BioNTech, Moderna y otros puede ser fundamental para despertar y construir esta respuesta de células T.

También hay otras preguntas que continúan sin obtener una respuesta: “¿Cuánto tiempo puede pasar una persona sin los refuerzos de vacunas y no infectarse? Sabemos que las personas se infectan incluso después de vacunarse. Pero, ¿quiénes son esas personas y por qué les sucede eso? Solo el tiempo responderá estas grandes preguntas”, concluye la experta. Por ahora, los funcionarios de salud de los EEUU continúan recomendando dos dosis de las vacunas de Pfizer-BioNtech y Moderna, como la mejor manera de protegerse contra la enfermedad COVID-19, independientemente de si una persona ha estado infectada o no.

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