La primera prueba de un proyecto respaldado por el multimillonario Bill Gates para rociar millones de toneladas de tiza en la estratosfera, en un intento de “atenuar el sol” y enfriar la Tierra, podría llevarse a cabo en junio.
Los expertos de la Universidad de Harvard probarán el sistema enviando un gran globo a 19 kilómetros sobre la ciudad sueca de Kiruna para que este arroje 2 kilogramos de polvo de tiza a la estratosfera, según Daily Mail.
El objetivo de la misión, estimada en 3 millones de dólares, es que la tiza desvíe una parte de la radiación del sol, evite que golpee la superficie y enfríe el planeta.
La idea ha sido muy criticada desde el comienzo, y el director del proyecto, Frank Keutsch, incluso calificó la necesidad de esta escala de geoingeniería como “aterradora”.
Respaldada por una serie de donantes privados, entre ellos Gates, la misión de prueba se lanzará desde Suecia, dado que el país ya está preparado para hacerlo a fines del verano europeo.
El globo de prueba elevará 600 kg de equipo científico a 19 kilómetros sobre la superficie de la ciudad ártica de Kiruna y, si todo marcha bien, se liberarán alrededor de 2 kilogramos de polvo.
Esto luego creará una columna de polvo de varios kilómetros de longitud, aunque no lo suficientemente grande como para tener algún efecto en la intensidad de los rayos del sol que golpean la Tierra.
Durante esa primera prueba, el equipo se encargará de recopilar información sobre cómo reaccionan las partículas de polvo con el aire para introducirla en modelos informáticos capaces de determinar qué sucedería si la operación se llevara a cabo a mayor escala.
Keutsch declaró al diario británico The Times que buscan determinar los verdaderos efectos, ya que los modelos actuales “pueden ser demasiado optimistas” y hacer que la técnica parezca atractiva, según recoge Daily Mail.
Se necesitarían toneladas de polvo y columnas de varios cientos de kilómetros para marcar la diferencia, y la teoría es que el polvo crearía una sombrilla masiva.
Esto reflejaría algunos de los rayos del sol y el calor de regreso al espacio, atenuando los que atraviesan y protegiendo así a la Tierra de los estragos del calentamiento climático.
Keutsch, cuyo laboratorio de Harvard lidera el proyecto, sostiene que la estrategia solo se implementaría ante la desesperación de evitar que lugares del planeta se vuelvan inhabitables.
Si no se hicieran esfuerzos para detener el cambio climático, como reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de los combustibles fósiles y otros contaminantes, distintas partes del mundo podrían ver aumentar considerablemente sus temperaturas.
Críticas al proyecto de la comunidad científica
Los críticos de la nube de polvo creen que el proyecto otorga a los políticos una excusa para no tomar las medidas necesarias para abordar de manera adecuada el cambio climático.
El profesor de la Universidad de Edimburgo Stuart Haszeldine manifestó a The Times que bloquear el sol no haría nada para eliminar la principal causa del calentamiento global.
“Refrescaría el planeta al reflejar la radiación solar, pero una vez que te das cuenta de eso, es como tomar heroína: tienes que seguir consumiendo la droga para seguir teniendo el efecto”, explicó.
Agregó que sin abordar la contaminación, primero habría que seguir levantando más polvo en la estratosfera, lo que cambiaría el cielo diurno a blanco y si alguna vez se detuviera, habría un aumento en las temperaturas globales nuevamente.
David King, de la Universidad de Cambridge, dijo a The Times que debería haber una moratoria sobre el despliegue de la técnica.
Según él, podría ser desastroso para los sistemas meteorológicos en formas que nadie puede predecir, por lo que los datos deben recopilarse mediante modelos y otras técnicas.
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