En las últimas semanas, las cifras diarias de casos de COVID-19 y muertes por la enfermedad en los Estados Unidos han ido bajando, en parte gracias a la campaña de vacunación, que parece estar cumpliendo con las expectativas planteadas por el presidente del país, Joe Biden. Sin embargo, los epidemiólogos afirman que se requieren tres métricas específicas para obtener una comprensión clara de la respuesta general de los países contra la pandemia: la cantidad de hospitalizaciones por COVID, el número de reproducción del virus y la cifra de vacunas administradas.
Hospitalizaciones
Durante meses, los científicos se han basado en la cantidad de pruebas positivas de COVID-19 tomadas en una comunidad en particular, conocida como “porcentaje de positividad”, para tener un indicador de la gravedad de la pandemia.
Pero a medida que pasa el tiempo, esa estadística puede perder importancia. Según el Dr. Thomas Giordano, jefe de enfermedades infecciosas del Baylor College of Medicine en Houston, en declaraciones a NBC News, el porcentaje de positividad cambiará según la cantidad de personas que se sometan a la prueba. El número de pruebas “disminuirá a medida que vacunamos a más personas” y “la gente estará menos dispuesta a hacerse el test”.
Por eso, una forma de solucionar el problema es centrarse en las hospitalizaciones relacionadas con COVID-19.
“La tasa de hospitalización es la cifra más rápida”, señaló el experto en enfermedades infecciosas Cameron Wolfe, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke, a NBC News.
“No importa lo que hayamos hecho durante el año pasado, no hemos hecho una gran mella en las posibilidades de que una persona que se infecta de coronavirus necesite ser hospitalizada”, dijo Wolfe. Eso significa que las hospitalizaciones continúan siendo una buena representación de los casos generales en cualquier comunidad.
Además, los hospitales también continúan realizando pruebas para detectar COVID-19, lo que proporciona otra instantánea de la propagación comunitaria.
“Todos los hospitales del país están evaluando a cada paciente que ingresa por COVID-19”, sin importar qué fue lo llevó al paciente al hospital, que podría ser un ataque cardíaco, indicó el Dr. Timothy Brewer, experto en enfermedades infecciosas y profesor de epidemiología en la UCLA Fielding School of Public Health, a NBC News.
“Las personas que están lo suficientemente enfermas como para ir al hospital van a ir, sin importar si están preocupadas o no por el COVID”, añadió.
Número de reproducción
El número de reproducción de un virus indica cuántas personas puede infectar una sola persona enferma.
Los científicos generalmente calculan el número basándose en varios factores: cuántas personas siguen siendo susceptibles a una enfermedad, cuántas están infectadas actualmente y cuántas tienen algún nivel de inmunidad, ya sea por infección o inmunización.
El número de reproducción se puede calcular en diferentes poblaciones, por ejemplo, a nivel de estado o ciudad, y puede fluctuar con el tiempo.
Cuanto menor sea el número, mejor, y debajo de 1 es lo ideal.
Un número de reproducción superior a 1 significa que es probable que una persona enferma transmita el virus al menos a otra persona, explicó a NBC el Dr. Richard Medford, director asociado de informática médica del Centro Médico UT Southwestern en Dallas. (Un número de reproducción de 2, por ejemplo, significa que una persona infectada transmitirá el virus a otras dos personas).
Eso representa un problema, porque indica que el brote seguirá empeorando. “Nos preocupa si vemos que aumenta el número de reproducción”, dijo Medford.
Por el contrario, si el número es menor a 1 indica que es poco probable que una sola persona transmita el virus a uno o más individuos.
Vacunas
A largo plazo, la métrica que mejor indicará el progreso de un país es el número de vacunas administradas.
Hasta el miércoles, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) informaron que en el país se habían realizado 111 millones de inyecciones. Pero los científicos dicen que es importante profundizar más allá del número bruto de aplicaciones.
“No se pueden observar las tasas generales de vacunación sin asegurarse de que todas las poblaciones tengan el mismo nivel de vacunación. De lo contrario, es posible que haya pequeños rebrotes”, expresó el Dr. Peter Chin-Hong, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de California, San Francisco.
Puede haber variaciones significativas en la distribución de vacunas en diferentes áreas del país, así como en comunidades étnicas. Esos detalles proporcionarán un contexto crítico para que los epidemiólogos interpreten las cifras de vacunación en los próximos meses.
Medford añadió que también es importante analizar las vacunas por edad. “Cuando se mira la gravedad en términos de cuántas personas han sido hospitalizadas o cuántas personas han muerto a causa de esta enfermedad, lo más importante es vacunar a nuestros ancianos”, precisó.
Y cuanto más rápido se implementen las vacunas, mayores serán las posibilidades de que los países puedan adelantarse a las nuevas variantes del coronavirus, especialmente la B.1.1.7, que se descubrió en el Reino Unido.
“Esta nueva variante, que se está apoderando de Estados Unidos, es más transmisible”, manifestó Murphy. “Eso aumenta la proporción de personas que deben estar inmunizadas”.
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