Nueve de cada diez pacientes hospitalizados por COVID-19 que participaron en un estudio del Grupo Asesor Científico para Emergencias del Reino Unido (SAGE) sufren síntomas persistentes durante al menos 3 meses después de ser dados de alta.
De 325 sobrevivientes británicos, el 93 por ciento informó haber sufrido al menos un síntoma de “COVID-19 prolongado” al menos tres meses después de recuperarse.
Los síntomas más comunes fueron fatiga (77%) y dificultad para respirar (54%), pero casi una cuarta parte sufrió problemas más graves con la vista, la memoria o la función cerebral.
La investigación, dirigida por la Universidad de Glasgow, fue presentada al SAGE del Gobierno inglés el 25 de febrero último. El organismo dijo que el estudio mostró que había tres síndromes diferentes asociados con el nuevo coronavirus prolongado.
“El primero de estos grupos incluye fatiga, falta de aliento por el esfuerzo, dolor de cabeza, mareos, dolor muscular, dolor en las articulaciones, alteración del equilibrio y debilidad de las extremidades”, precisaron, mientras que “el segundo está anidado dentro del primero e incluye dolor muscular, dolor en las articulaciones, alteración del equilibrio y debilidad de las extremidades y el tercero incluye pérdida de olfato, gusto, dificultad para orinar, pérdida de peso y alteración del apetito”.
El grupo de expertos advirtió que la muestra pequeña habría tenido más probabilidades de responder a la encuesta si ya sintieran que estaban sufriendo un COVID prolongado, sesgando los resultados.
“Long COVID” o coronavirus de largo plazo es el término que se le da a la fatiga, la “confusión mental” y otros efectos secundarios persistentes de la enfermedad, que pueden durar meses. En algunos casos, los efectos pueden ser tan debilitantes que las personas afirman que no pueden volver a la vida normal.
Hasta una quinta parte de todos los sobrevivientes sufren síntomas a largo plazo, según el Grupo Parlamentario de Todos los Partidos (APPG) sobre Coronavirus, mientras que otras estimaciones son ligeramente más bajas.
El alto porcentaje de pacientes que sufrieron COVID prolongado en este estudio se debió en parte al hecho de que solo revisó a los pacientes que estaban hospitalizados y, por lo tanto, tenían peores episodios del virus.
Los pacientes que recibieron oxígeno en el hospital tenían cuatro veces más probabilidades de informar una recuperación incompleta. Los pacientes que reciben oxígeno normalmente sufren episodios de enfermedad bastante graves.
Las mujeres eran ligeramente más propensas a sentir que no se habían recuperado del virus, -57%-, mientras que los hombres, 54% manifestó no sentirse del todo bien.
Se observó también que las mujeres más jóvenes de 50 años o menos tenían cinco veces más probabilidades que el promedio de sufrir problemas de visión y movilidad después de la hospitalización y de no haberse recuperado por completo meses después.
Casi una cuarta parte (24%) de todos los encuestados informaron sufrir un deterioro a largo plazo en la vista, el caminar, la memoria, el cuidado personal o el habla. Los pacientes más jóvenes mostraron más probabilidades de informar síntomas persistentes y dificultades continuas. Sin embargo, el estudio no explicó esta tendencia.
El estudio analizó a los pacientes que ingresaron en el hospital entre el 5 de febrero y el 4 de octubre del año pasado. La mayoría de los encuestados eran hombres, un 59 por ciento, con una edad promedio de 59 años.
La mitad de los que respondieron la encuesta se habían recuperado del tratamiento hospitalario hace entre seis y nueve meses.
Pero los científicos advirtieron que aquellos que sintieran que estaban sufriendo de COVID prolongado tendrían más probabilidades de responder a la encuesta, lo que “puede explicar las altas tasas de síntomas persistentes y los malos resultados en estos datos”.
El hallazgo se da en el marco del reclamo de diversos pacientes y parlamentarios que instaron al primer ministro británico Boris Johnson a declarar al COVID prolongado como una enfermedad ocupacional el mes pasado.
El Grupo Parlamentario de Todos los Partidos sobre Coronavirus sostiene que el personal de primera línea que dice que no puede regresar al trabajo porque tiene dolor en los pies, piernas débiles y huele olores ‘falsos’ meses después de haber sido infectado con coronavirus debe recibir una compensación.
El grupo quiere que el Gobierno británico siga los pasos de Francia, Alemania, Bélgica y Dinamarca, que han reconocido formalmente al coronavirus como una enfermedad profesional.
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