Tras seis ensayos, la OMS alertó que el uso de hidroxicloroquina contra el COVID-19 “probablemente aumenta el riesgo de efectos adversos”

Los expertos, que ya habían descartado que tenga una reducción de la mortalidad, también trazaron una “firme recomendación” para no utilizar el fármaco como profilaxis para evitar un contagio

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El medicamento hidroxicloroquina se muestra
El medicamento hidroxicloroquina se muestra en la Farmacia Rock Canyon en Provo, EEUU, 27 mayo 2020. REUTERS/George Frey

El uso de la hidroxicloroquina como medida de profilaxis para prevenir el COVID-19 ha sido “fuertemente” desaconsejado por un grupo de expertos de la Organización Mundial de la Salud.

Ese fármaco ha dejado de ser “una prioridad de investigación” y los recursos deberían centrarse en otros más prometedores para prevenir la enfermedad, según un artículo que publica este martes British Medical Journal (BMJ) y elaborado por expertos internacionales del Grupo de Desarrollo de Directrices de la OMS.

La “firme recomendación” emitida por los expertos se basa en “pruebas de alta certeza” procedentes de seis ensayos controlados aleatorios con más de 6.000 participantes, con y sin exposición conocida a una persona infectada por el SARS-Cov-2.

La hidroxicloroquina, según lo que los expertos califican pruebas de alta certeza, “no tuvo un efecto significativo sobre la muerte y el ingreso en el hospital”. Además, las pruebas de certeza moderada mostraron que este fármaco “no tuvo un efecto significativo” sobre la infección por COVID-19 confirmada en el laboratorio y “probablemente aumenta el riesgo de efectos adversos”.

Esta directriz se aplica a todos los individuos que no tienen COVID-19, independientemente de su exposición a una persona con infección por la enfermedad.

Jair Bolsonaro y Donald Trump
Jair Bolsonaro y Donald Trump impulsaban el uso de la hidroxicloroquina. El gobierno brasileño compró millones de dosis (EFE)

La recomendación es la primera versión de una “directriz viva” sobre los medicamentos para prevenir el COVID-19, desarrollada por la OMS, con el objetivo de proporcionar “una orientación fiable” sobre la gestión de la enfermedad y ayudar a los médicos a tomar mejores decisiones con sus pacientes.

Las directrices vivas son útiles en áreas de investigación que evolucionan rápidamente, como el COVID-19, porque permiten a los investigadores actualizar los resúmenes de evidencia previamente examinados y revisados por otros científicos, explica el BMJ.

El uso de la hidroxicloroquina fue propuesto al inicio de la pandemia para tratar a pacientes de coronavirus, e impulsado por líderes como Donald Trump y Jair Bolsonaro, pero el pasado junio la OMS anunció el fin definitivo de los ensayos clínicos, tras demostrar varias investigaciones que no reducía la mortalidad. Ahora desaconseja también su uso para prevenirla.

(Con información de EFE)

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