El jueves 18 de febrero la sala de control del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL, por sus siglas en inglés), en Pasadena, California, vibró con los ingenieros espaciales gritando, aplaudiendo y literalmente saltando de sus asientos, todos festejando con inmensa alegría la llegada de un nuevo rover a la superficie de Marte: Perseverance.
¡Y cómo no hacerlo! Razones sobraban. Después de casi 470 millones de kilómetros recorridos en siete meses y con una inversión de 2700 millones de dólares, la NASA se jugaba muchas cosas en la misión científica más ambiciosa al planeta rojo, un lugar complejo de llegar y muy difícil para aterrizar sano y salvo un vehículo de 3 metros y casi una tonelada de peso, que entró a la atmósfera marciana a 20.000 kilómetros por hora.
Como parte de la misión MARS 2020, el nuevo robot de la Agencia Espacial de Estados Unidos tiene un gran desafío por delante en los próximos dos años (es la duración de la misma, aunque siempre se extiende mucho más), con diversos experimentos científicos en la superficie del planeta rojo. Concretamente en el cráter Jezero, donde hace unos 3500 millones de año había un lago con abundante agua.
“Es uno de los deltas mejor conservados de la superficie de Marte”, según la científica de la NASA Katie Stack Morgan. En la Tierra, se han encontrado fosilizados microbios de miles de millones de años en rocas de deltas similares.
Concretamente, el rover rastreará signos de vida microbiana antigua en Marte, recolectará y almacenará rocas y regolitos marcianos (roca y polvo) para que futuras misiones los traigan a la Tierra, caracterizará la geología y el clima del planeta y allanará el camino para la exploración humana en un futuro cercano.
Pero el rover que llegó el jueves último a Marte todavía no se movió desde donde fue depositado por una enorme grúa con cables y 8 retrocohetes. Los científicos que lo manejan pasaron los últimos días marcianos, o soles, poniendo a Perseverance al día. ¿Por qué soles? Un sol dura 24 horas y 40 minutos, solo un poco más que un día terrestre.
“El equipo científico estabilizará los sistemas de energía, térmicos y de comunicaciones del robot de seis ruedas para que esté listo para cambiar a un nuevo software de vuelo adaptado a la superficie”, dijo la subdirectora del proyecto Mars 2020, Jennifer Trosper, durante una conferencia de prensa posterior al aterrizaje. Y agregó: “A medida que avanza este trabajo de infraestructura crítica también estamos haciendo controles de funcionamiento de otros instrumentos. En el transcurso de los tres o cuatro soles de estas primeras actividades, realizaremos todas las comprobaciones del estado de los instrumentos y cargaremos la batería del rover”.
El mástil que lleva Perseverance (o Percy, como fue apodado) y está cargado de instrumentos también se desplegará en estos primeros soles, lo que permitirá capturar imágenes nuevas y geniales. Concretamente, el sistema de cámara MastCam-Z del rover está programado para tomar sus primeras panorámicas de color en el sol 3. Es decir hoy, domingo. El cambio de software comenzará en el sol 4, si todo va según lo planeado. Y ese importante paso tardará algún tiempo en completarse.
“Una vez que empezamos a hacer eso, pasamos unos cuatro días al nuevo software. Lo hacemos con mucho cuidado. Primero vemos todo, nos aseguramos de que nada salga mal, y al final es cuando comenzamos la siguiente serie de comprobaciones donde desplegaremos el brazo y haremos nuestro primer impulso de rodamiento - unos cinco metros hacia adelante y hacia atrás”, agregó la científica.
En busca de rastros de vida concretos
El planeta rojo una vez tuvo los ingredientes de la vida: agua, compuestos orgánicos y un clima favorable. En las muestras que recolectará Perseverance, los científicos esperan encontrar fósiles de bacterias o de otros microbios y confirmar que la vida existió en Marte. También está destinado a ser el primer paso en una ambiciosa misión de dos partes que, algún día, devolverá muestras marcianas a la Tierra.
La misión tiene dos objetivos principales: buscar rastros de vida pasada y recolectar muestras que serán selladas herméticamente en tubos dentro del vehículo explorador. Pero Perseverance probablemente no podrá decir si una roca contiene microbios antiguos. Para tener certeza, será necesario que las muestras sean finamente diseccionadas en la Tierra para eventualmente distinguir rastros microscópicos de organismos antiguos.
El rover desenterrará partes de la superficie del planeta y recolectará muestras que, con suerte, serán recogidas por otra nave espacial que sea capaz de transportar dichos materiales de regreso a nuestro mundo. La NASA todavía está a muchos años de crear y lanzar los vehículos necesarios para llevar esas muestras de regreso a nuestro planeta, pero al menos el rover Perseverance habrá desenterrado polvo y rocas para que la futura nave espacial pueda recuperarlas recién en 2031.
Perseverance tiene un año en Marte o unos 687 días terrestres para realizar su trabajo principal en el cráter Jezero, lugar que albergaba un gran lago y un delta de un río en el pasado antiguo. Pero luego de su trabajo científico los ingenieros de la NASA estiman que la misión espacial se extenderá, tal como lo sigue haciendo su predecesor y casi gemelo, el robot Curiosity que llegó a Marte en 2012 y todavía sigue funcionando gracias a al sistema de propulsión nuclear dentro del cráter Gale.
Los dos rovers comparten muchas características básicas, como el mismo tipo de fuente de energía (generadores termoeléctricos de radioisótopos), y ambos aterrizaron utilizando una estrategia de “grúa aérea”. Pero Perseverance tiene instrumentos científicos mucho más avanzados para trabajar, e inclusive una gran novedad: un helicóptero que se le desprende.
Un helicóptero marciano
El rover podrá expandir su capacidad de recorrido e investigación gracias a un helicóptero que lleva en sus entrañas. “Llevar Perseverance al helipuerto, y luego apartarse de manera segura, podría requerir unos 10 soles, y se espera que los vuelos de demostración tomen un total de 30 soles”, enfatizó la científica Trosper. Una vez realizado ese trabajo, el equipo actualizará la capacidad de navegación automática del rover, y Perseverance comenzará a conducir hacia su primer sitio científico principal, que el equipo de la misión identificará en los próximos días y semanas.
Entonces, el período de tiempo esperado, dijo Trosper, en la preparación del helicópteros y los vuelos ocurrirá en la primavera boreal, y el trabajo científico comenzará en serio en el verano. Pero “esas cosas pueden cambiar. Pueden ir más rápido. O si tenemos que conducir, atravesar, a diferentes lugares que toman un período de tiempo más largo, pueden ir más lento”, enfatizó.
“Marte está a punto de tener su momento de los hermanos Wright”, tituló hace unos meses el prestigioso matutino The New York Times para presentar a Ingenio, el próximo helicóptero de la NASA que tendrá la difícil y arriesgada misión de sobrevolar la superficie de Marte, como parte de la misión Perseverance.
Aunque las leyes de la física dicen que es casi imposible levantar y dirigir un aparato volador en Marte, ingenieros estadounidenses han creado un helicóptero lo suficientemente ligero y rápido como para explorar el planeta rojo a vista de pájaro.
Volar en Marte es muy diferente a hacerlo en la Tierrra porque no hay mucho aire para empujar y generar la elevación suficiente de un aparato. En la superficie de Marte, la atmósfera es solo 1/100 de la densidad de la Tierra, aunque la menor gravedad, un tercio de lo que se siente aquí, ayuda a volar. Pero despegar de la superficie de Marte es el equivalente a volar a una altitud de 30 kilómetros en la Tierra. Ningún helicóptero terrestre ha volado tan alto, y eso es más del doble de la altitud a la que los aviones suelen volar.
Para J. Bob Balaram, jefe de ingeniería para el Helicóptero Explorador Marciano, volar en “otro planeta” esa nave sería un suceso “histórico” similar al que lograron los hermanos Wilbur y Orville Wright cuando en 1903 realizaron los primeros vuelos en avión en la Tierra.
La nave autónoma, que realizará vuelos programados desde la Tierra, está adosado en la “barriga” del robot Perseverance. El nuevo helicóptero es para la NASA, la contraparte aérea del rover Sojourner, una demostración de una tecnología novedosa que podría usarse más ampliamente en misiones posteriores.
El cuerpo del aparato es aproximadamente del tamaño de una pelota de softball con cuatro patas delgadas que sobresalen. Dos juegos de cuchillas, cada una de aproximadamente de 1,20 metros de punta a punta y giran en direcciones opuestas. Pesa solo 2 kilos y mide aproximadamente 50 centímetros de alto.
Aproximadamente dos meses después de que Perseverance aterrice en Marte, comenzarán las pruebas de Ingenio. El rover encontrará un lugar adecuadamente plano, dejará caer el helicóptero al suelo y luego se alejará al menos a 100 metros de distancia. “El helicóptero nunca regresará al rover”, aseguran los científicos de la NASA.
Durante 30 días, el helicóptero realizará hasta cinco vuelos. Gran parte del tiempo estará parado esperando que los paneles solares recarguen sus baterías para luego levantar vuelo y deleitarnos con sus hermosas vistas desde el cielo de Marte. Algo nunca antes visto.
Pero antes de esperar el formidable vuelo en otro planeta, el robot hoy extenderá su brazo robótico para tomar fotografías de alta resolución, hará su primer recorrido y se prepará para brindar una sorpresa el lunes, día en que los científicos de la NASA develarán un video de alta definición (¡con sonido! ) que Perseverance capturó durante su descenso perfecto a otro mundo.
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