Los seres humanos están haciendo de la Tierra un planeta roto y cada vez más inhabitable debido al cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación. Por ello, el mundo debe realizar cambios drásticos en la sociedad, la economía y la vida cotidiana, según un nuevo informe de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
El informe elaborado por el Programa para el Medio Ambiente de la ONU (PNUMA), que fue presentado por el secretario general de la ONU, António Guterres, y la directora ejecutiva de PNUMA, Inger Andersen, plantea que el esfuerzo de la humanidad por transformar la naturaleza ha conducido a la actual crisis existencial del planeta por lo que es imperativo cambiar la relación con la naturaleza.
Además, destaca que los cambios medioambientales amenazan el progreso realizado durante siglos al causar descomunales pérdidas económicas y millones de muertes prematuras y que el bienestar de las futuras generaciones está en peligro a menos que en la próxima década se reduzcan las emisiones de dióxido de carbono en un 45 % para 2030, comparadas con los niveles de 2010, y que para 2050 se alcancen emisiones netas cero.
A diferencia de los informes anteriores del organismo internacional, que se centraban en un solo tema y evitaban indicar a los líderes las medidas que debían tomar, el informe difundido este jueves combina tres crisis medioambientales interrelacionadas y plantea a la comunidad internacional lo que se debe modificar. En ese sentido, señala que se deben cambiar los impuestos de los gobiernos, la forma en que las naciones valoran la producción económica, cómo se genera la energía, y la forma en que la gente se desplaza, pesca y cultiva, así como lo que come.
“Sin la ayuda de la naturaleza, no prosperaremos. Ni siquiera sobreviviremos (...) Durante mucho tiempo, hemos estado librando una guerra insensata y suicida contra la naturaleza. Las consecuencias de nuestra imprudencia ya son visibles en el sufrimiento humano, en enormes pérdidas económicas y en la acelerada erosión de la vida en la tierra. El resultado son tres crisis medioambientales interconectadas”, aseguró Guterres.
El título del informe, de 168 páginas, es contundente: “Hacer la paz con la naturaleza”.
“Nuestros hijos y los suyos heredarán un mundo de fenómenos meteorológicos extremos, aumento del nivel del mar, una drástica pérdida de plantas y animales, inseguridad alimentaria y del agua, y una creciente probabilidad de futuras pandemias”, alertó el autor principal del informe, Sir Robert Watson, que ha presidido anteriores informes científicos de la ONU sobre el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.
“La emergencia es, de hecho, más profunda de lo que pensábamos hace sólo unos años”, agregó Watson, quien ha sido un científico de alto nivel en los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña.
Este año “es un año decisivo porque el riesgo de que las cosas se vuelvan irreversibles está ganando terreno cada año”, remarcó Guterres. Y añadió: “Estamos cerca del punto de no retorno”.
El informe destacó lo que la coautora del informe, Rachel Warren, de la Universidad de East Anglia, denominó “una letanía de estadísticas aterradoras que no se han reunido realmente”. En ese sentido, subrayó que la Tierra va camino a registrar un calentamiento adicional de 3,5 grados (1,9 grados centígrados), lo que representa un valor mucho mayor a los objetivos internacionales acordados en el acuerdo de París.
El reporte de la ONU informó, además, que cerca de nueve millones de personas al año mueren a causa de la contaminación, mientras que cerca de un millón de los ocho millones de especies de plantas y animales se encuentran en peligro de extinción.
Por su parte, anualmente se vierten en las aguas hasta 400 millones de toneladas de metales pesados, lodos tóxicos y otros residuos industriales. En tanto, más de 3.000 millones de personas se ven afectadas por la degradación del suelo, y sólo el 15% de los humedales de la Tierra permanecen intactos.
El informe sostiene que alrededor del 60% de las poblaciones de peces se pescan al máximo, al tiempo que la contaminación del mundo marino por plásticos se ha multiplicado por diez desde 1980. También hay más de 400 “zonas muertas” sin oxígeno.
“Al final nos afectará (...) No es lo que les pasa a los elefantes. No es lo que está ocurriendo con el clima o el aumento del nivel del mar. Todo va a repercutir en nosotros”, explicó el biólogo Thomas Lovejoy, que fue asesor científico del informe.
Warren advirtió que los problemas del planeta están tan interconectados que hay que trabajar en conjunto para solucionarlos. Y muchas de las soluciones, como la eliminación del uso de combustibles fósiles, “combaten múltiples problemas, entre ellos el cambio climático y la contaminación”.
El informe reclama el fin del uso de los combustibles fósiles y sostiene que los gobiernos no deben gravar el trabajo o la producción, sino el uso de los recursos que dañan la naturaleza. “Los gobiernos siguen jugando más a explotar la naturaleza que a protegerla. A nivel mundial, los países gastan entre 4 y 6 billones de dólares al año en subsidios que dañan el medio ambiente”, enfatizó Guterres.
El reporte también indica que los países deben valorar la naturaleza además del producto bruto interno a la hora de calcular la marcha de una economía. “Conseguirlo implica cambios por parte de los individuos, los gobiernos y las empresas, pero no tiene por qué implicar sacrificios”, dijo la directora del Programa de Medio Ambiente de la ONU, Inger Andersen.
“Hay un país que lleva 25 años en ese camino: Costa Rica. Sí, son tiempos difíciles, pero cada vez son más los líderes que intervienen”, reconoció.
Con información de AP y EFE
Seguir leyendo: