El rover Perseverance aterrizó en el cráter Jezero de Marte el jueves a las 20.56 horas (GMT), según la NASA, tras casi 470 millones de kilómetros recorridos en siete meses en una misión que tiene el objetivo de buscar signos de vida antigua en el planeta rojo y recolectar muestras de roca y regolito (roca rota y polvo) para un posible regreso a la Tierra.
Así, el cráter Jezero, donde hace unos 3500 millones de año hubo abundante agua, se convirtió en el nuevo hogar del robot. Precisamente, la NASA lanzó un mapa que permite conocer la ubicación real del Perseverance.
El área de aterrizaje está marcada con una elipse azul y es la zona a la que apunta la NASA.
El registro se compone de dos capas: un mapa del cráter Jezero en escala de grises y otro base de color verdadero. El base en escala de grises se creó con imágenes de la cámara HiRISE del Mars Reconnaissance Orbiter de la NASA, mientras que el base en color es de la cámara estéreo de alta resolución Mars Express de la Agencia Espacial Europea.
Los ingenieros de la NASA crearon esta experiencia con software utilizado por el equipo de la misión que decide dónde explorará Perseverance y cómo llegar allí. Cada punto representa el punto final de un viaje y está etiquetado con el día, o sol, en Marte, en que se detuvo el rover.
El cráter Jezero, el sitio seleccionado por su potencial científico, es el sitio más peligroso que la NASA jamás haya intentado aterrizar un rover. Pero la recompensa de obtener respuestas sobre los orígenes de la vida misma, valió el riesgo de la misión de más de 2700 millones de dólares de costo.
“Es uno de los deltas mejor conservados de la superficie de Marte”, según la científica de la NASA Katie Stack Morgan. En la Tierra, se han encontrado fosilizados microbios de miles de millones de años en rocas de deltas similares.
En busca de rastros de vida concretos
El planeta rojo una vez tuvo los ingredientes de la vida: agua, compuestos orgánicos y un clima favorable. En las muestras que recolectará Perseverance, los científicos esperan encontrar fósiles de bacterias o de otros microbios y confirmar que la vida existió en Marte. También está destinado a ser el primer paso en una ambiciosa misión de dos partes que, algún día, devolverá muestras marcianas a la Tierra.
La misión tiene dos objetivos principales: buscar rastros de vida pasada y recolectar muestras que serán selladas herméticamente en tubos dentro del vehículo explorador. Pero Perseverance probablemente no podrá decir si una roca contiene microbios antiguos. Para tener certeza, será necesario que las muestras sean finamente diseccionadas en la Tierra para eventualmente distinguir rastros microscópicos de organismos antiguos.
El rover desenterrará partes de la superficie del planeta y recolectará muestras que, con suerte, serán recogidas por otra nave espacial que sea capaz de transportar dichos materiales de regreso a nuestro mundo.
La NASA todavía está a muchos años de crear y lanzar los vehículos necesarios para llevar esas muestras de regreso a nuestro planeta, pero al menos el rover Perseverance habrá desenterrado polvo y rocas para que la futura nave espacial pueda recuperarlas recién en 2031.
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