Científicos del Reino Unido han puesto en marcha unos ensayos para establecer la efectividad de suministrar dos vacunas distintas contra el COVID-19 entre la primera y la segunda dosis, informaron este jueves las autoridades británicas.
El objetivo, según los expertos, es contar con más flexibilidad en el plan de inmunización iniciado el pasado 8 de diciembre en el Reino Unido, dado que actualmente se están suministrando las dos dosis con la misma vacuna, con un espacio de tiempo máximo entre ellas de 12 semanas.
Pese a todo, el ministro responsable del programa de vacunación, Nadhim Zahawi, ha dejado claro que no habrá un cambio en el actual suministro de los preparados -Pfizer y AstraZeneca-.
El ensayo, denominado Com-Cov y que está a cargo del llamado Consorcio Nacional de Evaluación de la Inmunización, cuenta con un aporte de 7 millones de libras (unos 9,5 millones de dólares) del Gobierno.
El objetivo de este análisis, según los expertos, es ayudar a lidiar con eventuales problemas en el suministro de las vacunas. La actual recomendación del Comité Conjunto sobre Vacunación (JCVI, en inglés) establece que quien haya recibido una de las dos vacunas en la primera dosis deberá recibir la misma en la segunda.
En este estudio participarán más de 800 voluntarios mayores de 50 años residentes en Inglaterra. Unos recibirán el preparado de Oxford/AstraZeneca seguido del de Pfizer/BioNTech y viceversa, con un espacio de tiempo entre ambos de 12 semanas.
“Este estudio nos dará mayor conocimiento sobre cómo podemos usar las vacunas para mantenernos totalmente en control con respecto a esta horrible enfermedad”, dijo Jonathan Van Tam, subsecretario médico de Gran Bretaña.
Zahawi declaró este jueves a la BBC que combinar las dosis “es algo que se ha hecho” en el pasado con otras vacunas, como contra la hepatitis, la polio, el sarampión, las paperas y la rubeola.
El investigador de la Universidad de Oxford Matthew Snape declaró a Radio 4 de la BBC que se trata de unos ensayos “tremendamente emocionantes”, puesto que suministrarán información vital sobre los planes de vacunación en el Reino Unido y el mundo.
Snape agregó que estudios en animales han demostrado “una mejor respuesta de anticuerpos con una mezcla (de dosis)”.
Todas las vacunas contra el COVID-19 entrenan al cuerpo a reconocer al coronavirus, principalmente a la proteína puntiaguda que lo recubre. Las de AstraZeneca y Pfizer utilizan tecnologías distintas. La de AstraZeneca usa un virus del resfriado común para introducir al cuerpo el gen de la proteína puntiaguda. La de Pfizer coloca una pieza de código genético llamada ARN mensajero — las instrucciones para esa proteína puntiaguda — dentro de una pequeña esfera de grasa.
Según algunos detalles de los ensayos divulgados hoy, los voluntarios serán cuidadosamente observados para saber si hay efectos secundarios y se les hará pruebas de sangre para establecer cómo responde el sistema inmunológico.
Los ensayos se prolongarán durante aproximadamente 13 meses y también se probarán intervalos distintos entre las dosis, pero los científicos esperan poder comunicar los resultados preliminares para el próximo mes de junio.
Si las inoculaciones pueden ser utilizadas en forma intercambiable, “esto incrementará enormemente la flexibilidad en la entrega de vacunas”, señaló en un comunicado. “Podría proporcionar pistas en torno a cómo incrementar la amplitud de la protección contra nuevas variantes del virus”.
El Reino Unido ha superado ya los 10 millones de personas que han recibido al menos la primera dosis de una vacuna contra el coronavirus, y confía en vacunar a 15 millones de personas (las que están en los grupos más vulnerables) para este 15 de febrero.
El Gobierno ha decidido retrasar la segunda dosis de la vacuna hasta doce semanas después de la primera a fin de maximizar el número de personas que tienen cierta inmunidad cuanto antes. EFE
(Con información de EFE y AP)
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