Los restos de un bebé ancestral serían la clave para resolver un misterio que por años ha intrigado a los antropólogos: ¿el hombre del neandertal enterraba a sus muertos?
La respuesta simple es sí, pero para llegar a ella pasaron décadas, y aunque hubo indicios en el pasado y una primera hipótesis, sólo hasta un reciente estudio dirigido por un equipo de investigadores del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS) y el Muséum National D’histoire Naturelle de Francia, se dio con la conclusión definitiva.
El dilema no era menor, pues que los neandertales enterraran a sus muertos le quita la exclusividad de esta práctica al Homo Sapiens, lo cual muestra que estos parientes ancestrales del hombre primitivo eran más cercanos en costumbres de lo que pensábamos.
Para llegar a confirmar la hipótesis, los científicos retomaron el análisis de los restos desenterrados en un famoso sitio arqueológico en el suroeste de Francia, llamado La Ferrassie, donde se han encontrado varios huesos de neandertales.
Entre 1970 y 1973 se descubrieron los huesos que ahora fueron revisados por los antropólogos. La duda, dicen los expertos, consiste en las antiguas técnicas arqueológicas y el mantenimiento de los registros utilizados en el pasado, las cuales no son 100% confiables.
El cuerpo del bebé en cuestión está dentro de este grupo y es denominado simplemente como LF8, y previamente había sido poco documentado por lo que fue un foco de atención en el nuevo estudio.
“El descubrimiento y el contexto de este esqueleto en general se ha considerado poco documentado, pero de hecho esta deficiencia se debe a la falta del procesamiento necesario de la información y los materiales de La Ferrassie relacionados con la penúltima fase de excavación (1968-1973)”, escriben los investigadores en su nuevo artículo .
“Nuestros resultados muestran que LF8 es intrusivo dentro de una capa sedimentaria más antigua (y arqueológicamente estéril). Proponemos que los neandertales cavaron intencionalmente un pozo en sedimentos estériles en el que se colocó el niño LF8”, agregan.
Entonces concluyeron que el entierro es la explicación más certera para el destino de LF8, el cual se determinó que no llegó a cumplir dos años de edad.
La disposición de los huesos, el ángulo en que fueron encontrados que no respondía a la inclinación natural del terreno, y la ausencia de marcas de carnívoros u otros animales, fueron determinantes para señalar que había sido un entierro predeterminado, y que muy probablemente el neandertal que lo hizo cavó con sus manos un hueco en la tierra, colocó el cuerpo allí y lo cubrió después de hacerlo.
“No podemos encontrar ningún proceso natural (es decir, no antrópico) que pueda explicar la presencia del niño y elementos asociados dentro de una capa estéril con una inclinación que no sigue la inclinación geológica del estrato. En este caso, proponemos que el cuerpo del niño LF8 se colocó en un pozo excavado en el sedimento estéril “, se reafirmaron.
El equipo de antropólogos franceses que lideró esta investigación afirmó que se deben hacer nuevas investigaciones con los restos excavados en La Ferrassie y en otros lugares arqueológicos y así tener un mejor entendimiento de cómo fueron enterrados.
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