El Reino Unido ha autorizado la realización de pruebas para determinar si el DMT, una droga con efectos alucinógenos, tiene usos positivos en los tratamientos de pacientes con depresión.
La Dimetiltriptamina (DMT) es una droga psicodélica con fuertes efectos alucinógenos. Causa experiencias introspectivas y los científicos creen que, en dosis controladas y con acompañamiento psicoterapéutico, podría ayudar a tratar algunos padecimientos psicológicos o psiquiátricos.
Tomar el medicamento antes de entrar a una sesión de terapia causa en el cerebro un efecto similar al de sacudir una bola de vidrio con “copos de nieve” adentro: remueve todo en su interior, pero luego los copos se asientan. La analogía fue usada por Carol Rutledge, la directora científica y médica de Small Paherma, una de las compañías que lidera los ensayos en colaboración con el Imperial College de Londers.
“La droga psicodélica rompe todos los procesos de pensamiento rumiativos en el cerebro - literalmente deshace lo que ha sido hecho por el estrés que ha pasado o los pensamientos depresivos que tiene el paciente - y aumenta enormemente la creación de nuevas conexiones”, explicó.
“Creemos que este podría ser un tratamiento para una serie de trastornos depresivos además de la depresión mayor, incluido el trastorno de estrés postraumático, la depresión resistente al tratamiento, el trastorno obsesivo compulsivo y posiblemente algunos tipos de abuso de sustancias “, agregó.
También conocido como la “molécula espiritual”, el DMT se encuentra en varias plantas y es uno de los elementos activos de la ayahuasca, una bebida de sabor amargo que es consumida por los chamanes de varias culturas ancestrales de América del Sur y otras regiones para entrar en trance durante los rituales sagrados.
Sin embargo, en las calles del Reino Unido esta droga se obtiene con relativa facilidad, aunque está clasificada como sustancia de clase A y quienes sean detenidos con ella en su poder pueden recibir penas de prisión de hasta siete años o sentencias de cadena perpetua por su venta.
Pero este lunes la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA por sus siglas en inglés) aprobó el primer ensayo y se espera que pronto el Ministerio del Interior de su visto bueno.
De ser este el caso, los ensayos empezarían en enero. El primer objetivo será establecer la dosis más baja de DMT que sea suficiente para provocar una experiencia psicodélica. En esa primera etapa participarán 32 voluntarios sanos que nunca antes hayan tomado drogas psicodélicas, u otras como el éxtasis o la ketamina. Después se hará un ensayo con 36 pacientes con depresión clínica.
El tratamiento se basará en los estudios de los efectos de la psilocibina en pacientes con depresión. Este es un ingrediente psicodélico presente en los ‘hongos mágicos’ con el que se ha establecido un procedimiento médico.
Primero el paciente ingiere la droga en una sesión de “entorno” en la cual se prepara para la experiencia psicodélica estando cómodo y relajado. Después se le suministra la droga y tras el “viaje” el paciente se somete inmediatamente a una sesión de psicoterapia.
Estas sesiones requieren de largas horas y compromiso por parte de los médicos y del paciente, pues los efectos pueden durar varias horas.
El DMT, no obstante, genera más rápido la experiencia psicodélica llega más rápido y es más intensa, por lo que también termina antes. Según los expertos, si se lograra estandarizar este tipo de tratamientos, las sesiones podrían durar menos de dos horas.
“Esperamos que el DMT sea de acción rápida, equivalente o tal vez incluso mejor que la psilocibina, por lo que a las pocas horas de una sesión obtendrá un alivio rápido (del síntoma depresivo). También esperamos que el efecto se mantenga durante un período de tiempo similar “, señala la doctora.
Hay resultados alentadores en la investigación sobre el efecto de los alucinógenos en los pacientes depresivos. Los primeros ensayos con psilocibina y psicoterapia mostraron una reducción de los síntomas cuatro semanas después de tomar el medicamento.
Estudios similares con ayahuasca también han arrojado resultados que sugieren un efecto antidepresivo. Con el LSD pasa algo similar.
No obstante, el componente psicodélico del DMT es mucho más fuerte que las sustancias mencionadas, por lo que aún tiene un largo camino por recorrer antes de determinarse que sus efectos pueden ser terapéuticos para la depresión.
“El DMT desencadena un fuerte viaje psicodélico donde las personas experimentan lo que llaman ‘las entidades’: conocen seres que parecen ser reales, es como estar en un sueño. Pero puede hacerse cargo de uno “, dijo a The Guardian Amanda Feilding, fundadora y directora de la Fundación Beckley, que asesora al gobierno británico en su política de drogas.
El DMT sería la última droga psicodélico o psicoactiva en entrar al selecto grupo de sustancias que son estudiadas para entender sus potenciales propiedades medicinales. En ella también se encuentra el cannabis (marihuana) con la que se podría tratar la epilepsia, dolor crónico, esclerosis múltiple, trastorno de estrés postraumático, síndrome de Tourette, trastorno de ansiedad o incluso el abuso de otras sustancias.
También está la mencionada psilocibina que, además de tener potencial para tratar la depresión, podría ser usada para hacer que las personas dejen de fumar.
El LSD, en tanto, en pequeñas dosis muestra ser una alternativa no adictiva para el manejo del dolor. Y el MDMA (éxtasis) está siendo probado en un ensayo con psicoterapia para tratar pacientes con Trastorno de Estrés Postraumático.
La ketamina, en su forma de fármaco aplicable con aerosol, también está siendo probada en Reino Unido para tratar la depresión severa.
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