Al ser el vecino más cercano a la Tierra, Marte siempre ha sido un planeta que ha despertado la fascinación de los científicos, mucho más ahora que sus recientes descubrimientos indican que en su superficie hubo agua líquida en la que se pudo gestar la vida tal cual la conocemos.
De hecho, sabemos que debajo del páramo inhóspito que es ahora el planeta existe buena parte de esa agua que está congelada y que incluso se podría minar para obtener una nueva fuente del líquido.
Pero además, cada vez hay más evidencia de que en un pasado esa agua fluyó, indicando que hace miles de años Marte no era el terreno frío y árido que es hoy.
¿Cómo Marte pudo ser lo suficientemente caliente como para tener agua líquida en un tiempo en el que el Sol era más joven y por lo tanto más frío? En su reciente estudio el científico planetario Lujendra Ojha de la Universidad de Rutgers en New Brinswick se propuso resolver esta paradoja.
“Incluso si los gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono y el vapor de agua se bombean a la atmósfera marciana temprana en simulaciones por computadora, los modelos climáticos todavía luchan por mantener un Marte cálido y húmedo a largo plazo”, explicó Ojha sobre la complejidad de su propósito.
“Mis coautores y yo proponemos que la paradoja del Sol joven y débil puede reconciliarse, al menos en parte, si Marte tuvo un alto calor geotérmico en el pasado”, agrega.
Dicha paradoja está dada por la contradicción entre la presencia de agua líquida en el Sistema Solar primitivo y la debilidad del Sol durante esos mismos años. Lo que conocemos sobre la evolución de las estrellas nos indica que después de que se formó hace 4.600 millones de años, el Sol tuvo una producción de calor y luz que solo llegaría al 70% de su capacidad actual.
Hace entre 4,1 y 3,7 mil millones de años Marte pasaba por un período denominada Noé en el que los científicos creen que en la superficie del planeta había abundante agua. Pero los modelos climáticos aún no pasan de temperaturas superiores a -0,15 grados Celsius, muy frio para corroborar la teoría.
Una posibilidad es que el planeta se haya calentado desde adentro, manteniendo el agua subterránea líquida por largo tiempo.
Entonces, Ojha y su equipo investigaron la posibilidad de que esto pudiera haber ocurrido en Marte durante el Noé. Modelaron la evolución termofísica del hielo y calcularon cuánto calor se requeriría para producir agua de deshielo y lagos subglaciales en un Marte frío y helado.
Los datos los compararon con varios conjuntos de otros datos de Marte para determinar si esta hipótesis hubiera sido factible en el planeta hace 4 mil millones de años. Lo que encontraron fue que las condiciones para derretir el agua subterránea habrían sido omnipresentes en ese momento, y que otros fenómenos como el vulcanismo y los impactos de meteoritos habrían ayudado a proveer fuentes de calor adicional para hacer esto posible.
“A tales profundidades, la vida podría haber sido sostenida por la actividad hidrotermal (calentamiento) y las reacciones roca-agua. “Por lo tanto, el subsuelo puede representar el entorno habitable más longevo de Marte”, dijo Ojha.
Los científicos creen que esto lagos subterráneas podrían existir aún hoy en marte, como sugiere reciente evidencia recolectada por medio de un sonar. De ser así, estos serían extremadamente salados, lo que reduce el punto de congelación del agua.
En esos mares podrían esconderse los secretos de la vida por fuera de la Tierra y darnos luces de cómo ha sido la historia de Marte, nuestro planeta vecino. Pero se requieren mayores estudios para avanzar en este terreno, lo cual no es fácil debido a las dificultades de la exploración interplanetaria.
En febrero del próximo año volverán a la Tierra tres misiones que salieron hacia el planeta vecino en julio pasado, quizá ellas nos traigan algunas respuesta.
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