El coronavirus además de muchos cambios también ha introducido conceptos desconocidos para los no científicos. Uno de ellos es el “período ventana” relacionado con los “falsos negativos”, ambos en el contexto de las pruebas de detección del COVID-19.
El período ventana se conoce en el ámbito médico como el tiempo que transcurre entre que una persona se infecta/contagia (de coronavirus u otra enfermedad de carácter infeccioso) y las pruebas diagnósticas detectan la infección.
En una prueba PCR este periodo de tiempo puede ser breve, ya que esta prueba detecta material genético del virus que se está buscando. En cambio, este tiempo puede variar cuando se habla de los test serológicos ya que el sistema inmune de cada persona es diferente. Así, tardará diferente tiempo en responder correctamente, crear defensas para luchar y derrotar a cualquier microorganismo invasor. Según estudios coincidentes, la producción de anticuerpos puede ser detectable a partir de los 7-10 días de infección; sin embargo, la correcta detección de los anticuerpos dependerá de la sensibilidad de las pruebas diagnósticas realizadas.
Es aquí donde aparece la posibilidad de falsos negativos. Si se realiza la prueba en los primeros días de infección/contagio puede que el resultado de la prueba sea negativo; sin embargo, este resultado no descarta una infección. Puede ser que el sistema inmunitario aún no haya producido defensas suficientes para ser detectadas por la prueba realizada.
Teniendo en cuenta el período ventana y que cada sistema inmune es diferente y actúa diferente, se recomienda: realizar una prueba PCR cuando se tienen síntomas o cuando se considera contacto estrecho, porque podría ser una persona contagiada asintomática. Utilizar los test de anticuerpos cuando se tiene alta sospecha de haber pasado la enfermedad hace un tiempo.
La seguridad incierta
Considerando lo expuesto, una prueba de COVID-19 puede dar una falsa sensación de seguridad, dicen los líderes de salud pública. La cuarentena extendida ha generado desesperación de encontrar modos con amparo de seguridad para reuniones de todos tipos, y las personas, en ocasiones, se realizan pruebas como una forma de despejar dudas y poder asistir a sin necesidad de usar máscaras o mantener la distancia.
“Eso es absolutamente incorrecto”, declaró al Los Angeles Times Barbara Ferrer, directora de salud pública del condado de Los Ángeles.
Ferrer dijo que los adultos jóvenes se hacen la prueba del coronavirus un jueves con la esperanza de obtener los resultados negativos el sábado por la mañana y luego celebrar una fiesta el sábado por la noche. Pero tales pruebas brindan una falsa sensación de seguridad, y participar en esta práctica aún puede hacer que la cena se convierta en un evento de súper propagación que puede transmitir ampliamente el virus.
“Eso es en realidad una falsa sensación de seguridad. Es una narrativa falsa -dijo Ferrer. El resultado de la prueba que obtuvo el sábado por la mañana fue del jueves cuando se hizo la prueba, y decía: ‘El jueves, resultó negativo’”. No dice nada sobre si se sigue siendo negativo el sábado”. Las pruebas pueden proporcionar resultados engañosos.
Si una persona se hace la prueba poco después de infectarse, pero antes de que el virus haya reproducido suficientes copias de sí mismo, una prueba podría no detectar el virus y producir un resultado falso negativo. También es posible que una persona pueda estar expuesta al virus justo después de hacerse una prueba un jueves y ser contagiosa cuando se celebre la fiesta el sábado.
Un gran porcentaje de personas pueden infectarse con el coronavirus, ser altamente contagiosas pero nunca mostrar síntomas de enfermedad.
Los adultos de 18 a 29 años comprenden la mayor proporción de casos de coronavirus recién diagnosticados en el condado de Los Ángeles. En el último mes -según estadísticas publicadas por el periódico-, la tasa de casos para los residentes del condado de Los Ángeles de 18 a 29 años se ha más que duplicado, de 11,5 casos por 100.000 residentes en este grupo de edad a 25 casos por 100.000 residentes en este grupo de edad.
El grupo de edad con la segunda tasa de casos más alta son los adultos de 30 a 45 años, que casi se han duplicado durante el último mes, de 9,4 casos por 100.000 habitantes en este grupo de edad a 18 casos por 100.000 habitantes en este grupo de edad, informó el mismo medio.
A medida que aumenta el número de casos, los funcionarios enfatizan que es esencial que los residentes sigan los protocolos de prevención de infecciones: máscara en público, lavado de manos con regularidad, quedarse en casa cuando se esté enfermo, mantener distancia física y evitar reuniones.
La locura de los tests
En tanto, un análisis de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos) ha evidenciado que los pacientes con COVID-19 mantienen sus positivos durante un promedio de tres semanas, y que la repetición de pruebas en pacientes que inicialmente eran negativos muy rara vez conducía a un resultado positivo.
En su trabajo, publicado en la revista Infection Control & Hospital Epidemiology, los investigadores revisaron los resultados de más de 30.000 pruebas de COVID-19 realizadas a pacientes adultos. Las pruebas se realizaron entre el 3 de marzo y el 3 de mayo de 2020. De esas pruebas, 485 se repitieron al menos una vez.
Entre los 74 pacientes que inicialmente dieron positivo y fueron reexaminados, cerca de la mitad eran todavía positivos y la otra mitad eran negativos. El tiempo medio entre un positivo inicial y una repetición del positivo fue de 18 días, mientras que el tiempo medio entre un positivo inicial y una prueba negativa fue de 23 días, lo que sugiere que las pruebas de PCR pueden seguir siendo positivas hasta algún punto intermedio, alrededor de 21 días.
La razón más común de la repetición de las pruebas en alguien que inicialmente dio positivo fue determinar si era necesario continuar los protocolos de prevención de infecciones cuando el paciente fuera dado de alta.
De los 418 pacientes que inicialmente dieron negativo y se volvieron a hacer las pruebas, el 96,4 por ciento todavía eran negativos al volver a hacerlas. La detección asintomática preoperatoria fue la razón más común por la que se volvieron a realizar pruebas a los pacientes negativos, seguida de la sospecha clínica de que la primera prueba fue un falso negativo. Para los 15 pacientes que pasaron de negativo a positivo, la media de tiempo entre las pruebas fue de ocho días.
“Aunque nuestro análisis no puede proporcionar una guía clínica definitiva con respecto a la repetición de pruebas para COVID-19, sí señala varias áreas interesantes para una mayor investigación, como la identificación de predictores de falsos negativos iniciales y la provisión de una mejor estimación del tiempo que alguien que da positivo podría transmitir el virus a otros”, explica la autora principal, Amy Kennedy.
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