Se sabe que la letra chica suele contener el detalle asombroso de los contratos, y se sabe también que la originalidad de Elon Musk lo pone en ocasiones al borde del disparate. La combinación de ambos factores acaba de dar por resultado la siguiente pieza de jerga legal:
“En cuanto a los servicios prestados en Marte, o en tránsito hacia Marte a bordo del Starship u otra nave de colonización, las partes reconocen que Marte es un planeta libre y que ningún gobierno con sede en la Tierra tiene autoridad o soberanía sobre las actividades marcianas. En consecuencia, las disputas se resolverán mediante principios de autogobierno, establecidos de buena fe, en el momento del asentamiento en Marte”.
El artículo está en los Términos de Servicio del proyecto de internet Starlink, un ambicioso plan de conexión por una red de satélites que el fundador y CEO de Tesla y SpaceX lanzó en 2019, probó (en beta) en 2020 y quiere tener funcionando en el mundo entero en 2021. Starlink ya tiene una flota de 800 satélites que orbitan la Tierra y, según el contrato que ha enviado a sus usuarios, respetará las leyes de California a la hora de resolver conflictos con quienes quienes usen sus servicios en este planeta y en la Luna. Pero Marte es otra cosa.
Si da la impresión de que Musk se adelanta un poco, pues probablemente sea así: eso hacen los adelantados. A finales de noviembre de 2020 el empresario reveló sus planes para crear una ciudad auto sustentable en Marte, aunque se detuvo antes de dar precisiones sobre el cronograma de tal desarrollo. Pero, cuando suceda, no se regirá según las leyes terrícolas, sino sobre las que los colonizadores de Marte se sepan dar en el lugar.
La publicidad del texto causó hilaridad en Twitter y Reddit, pero según recordó el ingeniero de sistemas Erwan Beauvois a The Independent, Musk parece estar citando, o al menos estar en línea con, la fundación sin fines de lucro Earthlight, dedicada a prepara la expansión humana más allá de la Tierra, cuya Declaración de Derechos y Responsabilidades de la Humanidad en el Universo estableció que el espacio se debe considerar “libre, para todos, por todos y de todos”.
La mención a Starship, la nave reutilizable de SpaceX, confirmó que Musk sigue decidido a comenzar los primeros viajes de carga a Marte en los próximos años y convertirse en el visionario que logre enviar a los primeros humanos allí. En su análisis del artículo del contrato, Inverse recordó que ya en marzo de 2018, en una entrevista con el medio, Musk había hablado de la clase de gobierno diferente que le gustaría que surgiera en Marte, una suerte de democracia directa:
“Todo el mundo vota sobre todos los asuntos. Yo recomendaría algunas cosas: mantengan las leyes cortas, por ejemplo. Hay algo sospechoso cuando las leyes son largas”.
En cualquier caso, Inverse apostó a que se trata de una broma: “Como muchos de los proyectos de Musk, parece que Starlink incluye algunas referencias irónicas también”. Y de una estrategia de marketing eficaz: “¿Cuántos otros proveedores de banda ancha satelital conocen ustedes que logren que la gente comparta sus Términos de Servicio en Twitter?”, agregó el texto con su propia dosis de sarcasmo, ya que la calidad de la internet satelital es bastante mala todavía.
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