Un inusual caso de estudio en Australia podría ayudar a echar luces sobre el por qué los niños parecen ser menos propensos a contraer la enfermedad del COVID-19, señaló un reciente estudio publicado en la revista Nature Comunications.
El caso en cuestión analizó a una familia de cinco miembros en Melbourne (Australia) en la que los dos padres se enfermaron de COVID-19 después de asistir a una boda fuera de su estado a la que acudieron sin sus hijos. Sin embargo, los síntomas en ambos no se manifestaron sino días después de que regresaron del viaje.
Como habían traído sin saberlo el SARS-CoV-2 a su casa, sus tres hijos terminaron expuestos al virus por varios días hasta que sus padres presentaron síntomas y salieron positivos en la prueba.
“Fue asombroso porque habían pasado una semana y media con nosotros mientras éramos COVID-positivos”, dijo Leila Sawenko, la madre, a ABC News.
Sawenko explicó que después de los primeros síntomas detectados en ella y su esposo, como tos, cogestión nasal, fiebre y dolor de cabeza, toda la familia se sometió a la prueba pero solo los padres resultaron portadores del virus.
Lo más sorprendente fue que después de los primeros resultados los trabajadores de salud pidieron a la familia repetirse las pruebas y nuevamente los niños dieron negativo para el SARS-CoV-2, aunque dos de los niños (de 9 y 7 años) presentaban síntomas leves.
Por su parte, la menor de las hijas, que tiene 5 años, nunca presentó síntomas, pese a que con frecuencia dormía en la misma cama de sus padres durante la enfermedad y las precauciones de distanciamiento físico no eran sostenibles dentro del hogar durante la cuarentena más estricta.
Esta situación anómala llevó a los investigadores australianos a pedirle a la familia que participaran en un estudio donde se les tomaron muestras de sangre, saliva, heces y orina, además de tomar hisopos de nariz y garganta cada dos o tres días.
Los resultados mostraron algo asombroso: los niños tenían en su sistema anticuerpos específicos para combatir el SARS-CoV-2 pero nunca dieron positivo en las pruebas PCR tomadas en cadena.
Estos anticuerpos fueron detectados en la saliva de todos los miembros de la familia gracias a pruebas serológicas detalladas.
Es decir, aunque no fueron contagiados con el virus, cierto nivel de exposición al mismo desencadenó una respuesta inmune dentro de ellos que aparentemente fue capaz de contrarrestar la infección.
“El niño más pequeño, que no mostró ningún síntoma, tuvo la respuesta de anticuerpos más fuerte”, dice la inmunóloga Melanie Neeland del Murdoch Children’s Research Institute (MCRI).
“A pesar de la respuesta activa de las células inmunitarias en todos los niños, los niveles de citosinas, mensajeros moleculares en la sangre que pueden desencadenar una reacción inflamatoria, permanecieron bajos. Esto era consistente con sus síntomas leves o nulos”, agregó.
Todavía es un misterio para los investigadores qué hay detrás de la respuesta inmunitaria de los niños, pero averiguar cómo y por qué se activó esta respuesta podría arrojar luces sobre qué tan susceptibles son los niños en general al COVID-19.
“Este estudio es una especie de nuestro primer paso para observar realmente en profundidad el sistema inmunológico de los niños y ver qué componentes pueden estar respondiendo al virus”, dijo el primer autor del estudio, el pediatra Shidan Tosif de la Universidad de Melbourne.
Que estos niños pudieran apagar el virus y ni siquiera haber dado positivo en la prueba sugiere que su sistema inmunológico es capaz de responder y lidiar con la enfermedad de manera efectiva sin presentar mayores síntomas.
La hipótesis sugerida por los conductores del estudio es que en efecto los niños se infectaron con el virus pero sus sistemas inmunológicos de alguna manera pudieron montar una respuesta y vencerlo, a diferencia de sus padres.
Tan efectiva fue su respuesta inmune que redujo la carga viral a un nivel tan bajo que la prueba PCR no lo detectó, un tema que requiere más análisis según el equipo.
“La discordancia entre los resultados de la PCR virológica y las pruebas serológicas clínicas, a pesar de una respuesta inmune evidente, destaca las limitaciones de la sensibilidad de la PCR nasofaríngea y la serología diagnóstica actual en los niños”, escriben los investigadores .
La familia que participó del estudio se recuperó totalmente y no requirió de ninguna intervención médica más allá de las pruebas practicadas. En declaraciones entregadas a medios se mostraron felices y emocionados de haber contribuido a mejorar nuestro entendimiento sobre el coronavirus.
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