Un 18% de pacientes de coronavirus analizados en un masivo estudio científico desarrolló problemas de salud mental en los tres meses siguientes al diagnóstico del coronavirus, con trastornos como ansiedad, depresión o insomnio.
El análisis de los investigadores de la Universidad de Oxford y el NIHR Oxford Health Biomedical Research Centre sugiere que es necesario tomar medidas para mitigar el costo de la salud mental de la pandemia. Según sus hallazgos, el 5% de los casos positivos no había tenido ningún antecedente similar cuando se les diagnosticó este tipo de cuadro psíquico.
Además, observaron que las personas con un diagnóstico de salud mental preexistente tenían un 65% más de probabilidades de ser diagnosticados con covid-19 que aquellos que no lo tenían, incluso teniendo en cuenta factores de riesgo conocidos como la edad, el sexo, la raza y las condiciones físicas subyacentes.
El estudio se realizó con el análisis de 69 millones de registros de salud electrónicos en los EEUU, incluyendo 62.000 casos leves de covid-19. La incidencia de cualquier diagnóstico de enfermedad mental en los 14 a 90 días posteriores al diagnóstico de covid-19 fue del 18,1%.
“Este hallazgo fue inesperado y necesita ser investigado. Mientras tanto, tener un trastorno psiquiátrico debería añadirse a la lista de factores de riesgo para el covid-19”, dijo el investigador Max Taquet, un académico clínico del NIHR y uno de los autores del análisis, citado por The Guardian.
Para determinar si este salto de diagnósticos estaba vinculado al Covid-19, los investigadores también compararon los datos con otras afecciones en el mismo período, como la gripe, infecciones respiratorias y a la piel, cálculos renales o una fractura de un hueso grande. Pero la aparición de trastornos mentales por primera vez fue casi el doble entre los pacientes de coronavirus, mientras que para aquellos con un historial de enfermedad mental, el contraer el coronavirus hizo más probable que recaigan o reciban otro diagnóstico psiquiátrico.
Paul Harrison, profesor de psiquiatría de la Universidad de Oxford, comentó que existía la posibilidad de que el entorno estresante general de la pandemia desempeñara un papel en estos resultados, publicados en la revista Lancet Psychiatry.
Las investigaciones señalan que las personas de antecedentes socioeconómicos más pobres tienen más probabilidades de sufrir una mala salud mental. La pobreza también aumenta la exposición al coronavirus, debido a factores como el hacinamiento en las viviendas y las condiciones de trabajo inseguras. Sin embargo, no descartan que la propia enfermedad tenga efectos en el cerebro.
“No estamos seguros de qué lo está causando”, dijo Taquet a Sky News. Según indicó, es “plausible” que la covid-19 pueda estar afectando al cerebro - ya sea directamente como algunos virus, o debido a la dilatación de los vasos sanguíneos cuando el cuerpo tiene una respuesta inflamatoria. Por el momento, no está claro el papel que juegan los factores circunstanciales, como el tener que autoaislarse durante semanas en soledad. “También podría ser que lo que estamos viendo no esté directamente relacionado con un cambio en el cerebro sino más bien con un cambio en la psicología del individuo”, añadió.
Adrian James, presidente del Colegio Real de Psiquiatras, dijo a Sky News, advirtió que hay cada vez más pruebas de la amenaza que el covid-19 representa a la salud mental: “La respuesta a la creciente crisis de salud mental exige medidas urgentes y debe situarse en el centro de la respuesta del gobierno ante la pandemia”.
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