La Academia Sueca otorgó este jueves el premio Nobel de Física al británico Roger Penrose, el alemán Reinhard Genzel y la estadounidense Andrea Ghez por sus investigaciones sobre los agujeros negros.
Penrose fue distinguido por descubrir que la formación de un agujero negro es una predicción robusta de la teoría general de la relatividad. El profesor de la Universidad de Oxford “inventó ingeniosos métodos matemáticos para explorar la teoría general de la relatividad de Albert Einstein y mostró que la teoría lleva a la formación de agujeros negros, esos monstruos que capturan todo lo que entra en ellos”.
Por su parte, Genzel y Ghez fueron galardonados por el hallazgo de un objeto supermasivo y compacto en el centro de nuestra galaxia. Cada uno de ellos lideró un grupo de astrónomos que desde los años 90 investiga una región llamada Sagitario A*. Su trabajo pionero dio la evidencia más solida hasta la fecha sobre un agujero negro al centro de la Vía Láctea.
Ghez es apenas la cuarta mujer en ganar el premio de Física, tras 109 años de historia y más de 200 galardonados. Antes de ella, lo recibieron la canadiense Donna Strickland en 2018; Maria Goeppert-Mayer, en 1963; y la legendaria Marie Curie, en 1903. “Espero poder inspirar a otras mujeres para que se adentren al campo (de la física). Hay mucho por hacer”, declaró en la teleconferencia tras el anuncio.
El secretario general de la Academia explicó que hubo una demora en el anuncio porque no se había logrado contactar a los ganadores.
“Los descubrimientos de los laureados de este año han abierto nuevos caminos en el estudio de objetos compactos y supermasivos. Pero estos objetos exóticos todavía plantean muchas preguntas que piden respuestas y motivan futuras investigaciones. No solo preguntas sobre su estructura interna, sino también preguntas sobre cómo probar nuestra teoría de la gravedad bajo las condiciones extremas en la proximidad inmediata de un agujero negro”, dice David Haviland, presidente del Comité Nobel de Física.
Los agujeros negros supermasivos son un enigma de la astrofísica, sobre todo por la manera en que llegan a ser tan grandes, y su formación centra muchas investigaciones. Los científicos piensan que devoran, a una velocidad inaudita, todos los gases emitidos por las galaxias muy densas que les rodean. Como son invisibles, solo se pueden observar por contraste, viendo qué fenómenos generan a su alrededor. Una primera imagen revolucionaria fue revelada al mundo en abril de 2019.
En 2019, el Nobel de Física fue para tres cosmólogos, el canadiense-estadounidense James Peebles, que siguió los pasos de Einstein para aclarar los orígenes del universo, y los suizos Michel Mayor y Didier Queloz, quienes revelaron la existencia de un planeta fuera del sistema solar.
Los Nobel se anuncian esta semana como estaba previsto, pero el nuevo coronavirus ha provocado la cancelación de la ceremonia de entrega de los premios el 10 de diciembre en Estocolmo. Los galardonados, que se reparten cerca de un millón de euros por cada disciplina, recibirán el premio en su país de residencia.
El lunes, el de Medicina confirmó la superioridad de los estadounidenses en el palmarés de las disciplinas científicas al recaer en Harvey Alter y Charles Rice, junto con el británico Michael Houghton, por su papel en el descubrimiento del virus causante de la hepatitis C.
Le seguirá el miércoles el de Química. La Academia Sueca anunciará el jueves el premio de Literatura, el más esperado junto con el de la Paz, que se conocerá el viernes en Oslo.
La única recompensa no prevista en el testamento del inventor sueco, el premio de Economía “en memoria de Alfred Nobel”, creado en 1968, cerrará la temporada el próximo lunes.
(Con información de AFP)
MÁS SOBRE ESTE TEMA: