España sufre “una segunda ola” de la epidemia de covid-19, que podría llegar al resto de Europa en los próximos días, alerta un estudio de un hospital y una universidad de la región española de Cataluña (noreste).
El Hospital Universitario Germas Trias i Pujol (Can Ruti), de Badalona (Barcelona), y la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) han enviado ya el informe a la Comisión Europea, fechado el 2 de septiembre y conocido este domingo.
Estos centros de investigación explican que la segunda ola es el “efecto de bares y restaurantes podría tener grandes repercusiones en la evolución de las epidemias”, donde las medidas se respetan mucho menos que en otras circunstancias, como la distancia interpersonal de seguridad y el uso de mascarilla.
Con el título “Análisis y predicción del covid-19 para UE-EFTA-Reino Unido y otros países”, el estudio advierte a las autoridades europeas de que el momento actual es crucial para detener la segunda ola y que, en caso contrario, se podría volver a una situación parecida a la de marzo, cuando estalló la transmisión descontrolada del coronavirus.
Los investigadores se preguntan por qué España encabeza en número de casos la segunda ola, un país de altas temperaturas en el verano, cuando se hace más vida al aire libre, pues la tasa de contagio es 20 veces más baja en este caso que en espacios cerrados.
La clave está en que España levantó las restricciones de movilidad, especialmente entre provincias, antes que otros países de la Unión Europea en un momento en que “la tasa de casos positivos podría ser tres veces superior a la que realmente se estaba detectando” y la actividad social se incrementó notablemente, según los investigadores.
Esta apertura temprana explicaría que España haya sufrido antes que otros países los momentos más duros de esta segunda ola, caracterizada por un aumento de casos positivos asintomáticos y una cifra más baja de hospitalizaciones y muertes, aunque los científicos recuerdan que “el virus no ha cambiado y el número de personas inmunizadas es probablemente muy bajo”.
Todo el país permaneció en estado de alarma más de tres meses, desde mediados de marzo pasado, con fuertes limitaciones de movimiento de personas, que se suavizaron gradualmente al final, hasta desaparecer totalmente el día 21.
Las cifras muestran un descenso de los casos positivos en España en los últimos días, aunque los investigadores se muestran reticentes a asegurar que es un cambio de tendencia y esperan que “no se trate de un efecto debido a retrasos en el registro de los datos”.
Es que España sigue distanciada entre los países europeos por número de casos desde que comenzó la pandemia (más de 500.000), seguida por el Reino Unido (más de 340.000) y, sobre todo, por incidencia en los últimos 14 días por cada cien mil habitantes, 216,8 contagios, por delante de Francia (98,2), Rumanía (69,9), Ucrania (65,7), Bélgica (49,2) y Países Bajos (40,4). España también lideraba el 1 de septiembre la incidencia acumulada total por cien mil habitante en Europa, con 1.002 afectados, seguida de Suecia (837), Bélgica (737), Portugal (571), Rumanía (461), Italia (447), Francia (438), Países Bajos (415) y Alemania (292).
El estudio, además, afirma que distintos países están siguiendo el mismo camino español y, en las últimas dos semanas, han experimentado un importante repunte de los casos, como son Francia, con una índice de los últimos 14 días de más de 100 positivos por 100.000 habitantes, Bélgica de 60 y los Países Bajos, que supera los 50 casos, mientras que en España la cifra está por encima de los 200 pacientes.
Los científicos han dividido la evolución de la epidemia en cuatro fases: la importación del virus; un rápido crecimiento de los contagios “con efectos devastadores a nivel humano, social y económico” contenido con duras medidas de distanciamiento; una fase de estabilización y relajación del control; y un incremento de nuevos casos a partir del mes de julio, que ha desencadenado la denominada segunda ola.
Con información de EFE
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