La vacuna experimental contra el coronavirus de AstraZeneca, desarrollada por la Universidad de Oxford, probablemente proporcionará protección contra el contagio de COVID-19 durante un año, según adelantó el máximo ejecutivo de la compañía.
El fabricante británico lleva adelante uno de los estudios más avanzados en la carrera mundial contra el coronavirus: ya ha comenzado los ensayos en humanos de la vacuna, con un ensayo de fase I en Reino Unido que terminará pronto y un ensayo de fase III ya iniciado, dijo Pascal Soriot a la emisora belga Bel RTL.
“Creemos que protegerá durante aproximadamente un año”, dijo Soriot. De esta forma, sería una inmunización similar a la de la gripe estacional, cuya fórmula de vacuna se renueva anualmente.
La compañía, que el sábado anunció la firma de contratos con Francia, Alemania, Italia y los Países Bajos para suministrar a la Unión Europea hasta 400 millones de dosis de la eventual vacuna, comenzaría la distribución este mismo año.
“Si todo va bien, tendremos los resultados de los ensayos clínicos en agosto/septiembre. Estamos fabricando en paralelo. Estaremos listos para entregar a partir de octubre si todo va bien”, dijo Soriot.
AstraZeneca también ha llegado a acuerdos con Reino Unido y Estados Unidos.
La “sustancia activa” de la eventual vacuna será producida en Bélgica, según un comunicado publicado el lunes por la firma Novasep. “La producción se realizará en la planta belga de Novasep en Seneffe”, explicó la empresa, que podrá “apoyarse en el ecosistema biofarmacéutico local para movilizar rápidamente los recursos humanos suplementarios necesarios”.
Novasep explicó en el comunicado que el acuerdo prevé suministrar la vacuna a Europa durante 2021.
La Comisión Europea defendió el viernes la idea de que los países de la UE se congreguen para garantizar el acceso privilegiado a la futura vacuna y aboga por contratos anticipados de compra.
Cuando los laboratorios tratan de encontrar una vacuna en tiempo récord -12 a 18 meses, frente a varios años normalmente-, estos anticipos de pago les facilitarían invertir en las capacidades de producción, aunque los ensayos clínicos en humanos no hayan terminado.
Este compromiso daría el derecho a los Estados miembros a comprar cierto número de dosis a un precio específico cuando esté disponible la vacuna, a cambio del riesgo tomado en materia de inversiones.
(Con información de Reuters y AFP)
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