El gobierno de Alemania ha tenido una respuesta muy activa a la crisis del nuevo coronavirus: es de los que más análisis ha realizado para rastrear luego los contactos de los infectados, y tiene una de las tasas de mortalidad más bajas. Y parece también querer ubicarse entre los primeros en volver a la normalidad de una manera que sea segura para la población: planea averiguar cuántas personas han desarrollado anticuerpos contra el causante del COVID-19 para entregarles documentos, por el momento apodados “pasaportes de inmunidad”, para que puedan reintegrarse a la vida económica.
El estudio, que está en las etapas finales de su financiación, espera haber completado a finales de abril la primera fase masiva de análisis, a unas 100.000 personas. Aquellos que tengan anticuerpos porque estuvieron infectados, con síntomas o sin ellos, y su sistema inmunológico los desarrolló para combatir al patógeno, recibirán “una especie de pasaporte de vacunación que les permita, por ejemplo, estar exentos de las restricciones a sus actividades”, dijo a Der Spiegel Gérard Krause, profesor de la Escuela Médica de Hanover y titular del Centro Helmholtz para la Investigación de las Infecciones, en Braunschweig.
Además de las autoridades sanitarias que responden a la canciller Angela Merkel, participarán de la iniciativa el Instituto Robert Koch, el Instituto de Virología del hospital universitario Charité de Berlín y el centro Helmhotlz.
Por ahora, Alemania se encuentra en un cierre total con cuarentenas estrictas en varios lugares del país. El proyecto que co-dirige Krause apunta a identificar a aquellos que ya no pueden contagiar ni se pueden contagiar y que podrían volver a, por ejemplo, dar clases en las escuelas sin poner en riesgo a los niños o las familias. Un resultado positivo puede permitir que una persona regrese a sus actividades normales; miles de resultados positivos en una zona permitirían una planificación adecuada del cese de las restricciones allí, como por caso la reanudación de los partidos de fútbol en grandes estadios.
Dada la posibilidad de que los estudios arrojen falsos positivos, por detectar anticuerpos a otros coronavirus más comunes, para la política de salud pública se repetirán regularmente, además de abarcar a una cantidad creciente de la población. Otra duda que plantearon los científicos, y que solo se resolverá con el tiempo, es hasta qué punto una infección pasada sirve para prevenir la reinfección. La vacuna contra la gripe, por ejemplo, es anual, y varía con los cambios en las cepas.
Anthony Fauci, el experto principal en epidemiología de los Estados Unidos y director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas desde 1984, dijo que “apostaría cualquier cosa a que la gente que se recupera queda realmente protegida contra la reinfección”. Ese es el mecanismo habitual de estas patologías.
Alemania es el país europeo que ha hecho más análisis para identificar a los portadores del coronavirus, aislarlos y rastrear sus contactos: 500.000 personas por semana, con la expectativa de seguir aumentando los tests hasta llegar a 200.000 por día. Con 71.000 contagiados al 31 de marzo, tuvo 682 muertes, lo cual está por debajo del 1%, en lugar del 2% o 3% que se registra en otros lugares. En parte eso se debe a que ha encontrado más casos asintomáticos y pre-sintomáticos.
El representante de la oposición en el Ministerio de Salud británico, Jonathan Ashworth, dijo a The Guardian: “Alemania parece estar marcando el camino en testeo, y tenemos mucho que aprender de su enfoque. En varias ocasiones he solicitado más análisis y rastreo de contactos en el Reino Unido, y tendríamos que seguir de cerca las iniciativas como esta", agregó en relación al pasaporte de inmunidad.
En una columna para The Wall Street Journal (WSJ), el senador republicano de Louisiana Bill Cassidy, quien también es médico, propuso una acción similar en los Estados Unidos: “Para reactivar la economía, el gobierno necesita establecer registros de inmunidad al coronavirus”.
El texto, que escribió junto con Christopher Mores, profesor de Salud Pública en la Universidad George Washington que participó del control del ébola en África, reveló que “un informe reciente de China halló que el 100% de los pacientes analizados dos semanas después de que desaparecieran sus síntomas [de COVID-19] tenían anticuerpos contra el coronavirus”.
Agregaron: “La recuperación de una infección de coronavirus conocida o una prueba de anticuerpos positiva probablemente indica una inmunidad que durará al menos un tiempo. A los que demuestren ser inmunes se les puede permitir volver al trabajo. Toda la comunidad es más libre cuando se logra la inmunidad de la manada”.
Esa expresión, que alude al momento en que la mayoría de la población tiene los anticuerpos contra un patógeno, marca también el momento en que “la sociedad y la economía pueden comenzar a regresar a la normalidad”. Dieron como ejemplo: “Cuando una enfermera sabe que es inmune, puede cuidar de pacientes rutinarios de COVID-19 sin utilizar una mascarilla. Un barman puede servir a sus clientes sin temor a la exposición. Un agente de seguros inmune puede tener reuniones sin infectarse”.
En los Estados Unidos hay experiencia en el registro de la inmunidad, agregaron. Actualmente alcanzan a una variedad de enfermedades que se pueden prevenir con vacunas, y así una escuela puede, por caso, buscar los registros de vacunación de un estudiante. Eso, ampliado al nuevo coronavirus, permitiría un camino similar al que busca Alemania.
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