La NASA probó este martes con éxito un sistema de interrupción de emergencia del lanzamiento de su cápsula Orion, diseñada para llevar astronautas estadounidenses a la Luna. Se trata de un paso clave de cara a las próximas misiones tripuladas a nuestro satélite.
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A una altitud de 9.500 metros, 55 segundos después de su lanzamiento, una torre propulsada situada encima del modulo de la tripulación encendió sus motores para separar rápidamente la cápsula Orion del cohete.
En solo 15 segundos, el módulo donde viajarán los tripulantes ganó más de tres kilómetros de altitud. En ese momento, la torre orientó la cápsula para preparar el descenso y su posterior separación.
En condiciones reales, se hubieran abierto unos paracaídas que ayudarían a la cápsula en la que viaja la tripulación a caer en el Atlántico.
La NASA evitó la prueba de los paracaídas porque el material es muy caro y porque ya se han probado muchas veces.
La cápsula cayó al agua y, después de expulsar su caja negra, la NASA la dejó hundirse.
El ensayo de cancelación de lanzamiento imitó algunas de las condiciones más difíciles que la cápsula enfrentará si se produce una emergencia durante la fase de ascenso, dijo Mark Kirasich, gerente del programa Orion.
Este test "nos acerca al primer vuelo de Artemisa, que enviará gente a la Luna", agregó.
La última falla de cohete documentada es la del Soyuz en octubre del 2018, el vehículo tripulado por el astronauta ruso Alexey Ovchinin y el estadounidense Nick Hague se averió de un refuerzo aproximadamente dos minutos después del despegue. El sistema de aborto de lanzamiento salvó sus vidas.
Este fue el segundo incidente registrado en los últimos 34 años, pero sirvió como recordatorio de la importancia de los mecanismos de escape efectivos para cualquier lanzamiento tripulado.
Las pruebas de estos mecanismos consisten en lanzar un vehículo de tripulación multiuso de Orion sin pasajeros, luego comienza la secuencia de aborto durante la primera parte del ascenso con la cual se comprueba que la cápsula sea capaz de alcanzar una distancia segura lejos del cohete.
La muestra de hoy forma parte de la preparación para la próxima misión Artemisa de la NASA, con la cual Estados Unidos busca volver a poner humanos en la Luna. El proyecto fue nombrado como la diosa griega gemela de Apolo, nombre de las misiones que a mediados de siglo llevaron al primer hombre al satélite natural de la Tierra.
La agencia espacial planea aterrizar y pisar la superficie lunar en 2024. Para ello necesitan un cohete que aún está en desarrollo. El cohete, bautizado como SLS y desarrollado por la NASA y Boeing, va con retraso.
Los primeros vuelos sin tripulación del programa lunar están previstos para junio de 2020 pero probablemente sean retrasados.
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El sistema de aborto de lanzamiento Orion se conforma de dos partes. La primera es un revestimiento externo para proteger la cabina del calor, el flujo de aire y las excesivas vibraciones durante el lanzamiento. La segunda son motores de cancelación, control de nivelación y lanzamiento.