A simple vista, la rata topo desnuda parece poco más que una salchicha con piernas y dientes. Pero su arrugada piel rosada esconde una extraña biología que la hace prácticamente inmune al cáncer, indiferente a algunas formas de dolor y hasta diez veces más longeva que otras ratas.
Conocida también como rata topo lampiña, se trata de un mamífero que a diferencia de la mayoría de los ejemplares de su clase carece casi por completo de pelo y vive bajo tierra en complejas redes de túneles en el este de África. El ambiente en el que se desenvuelve, térmicamente estable, hace que necesite apenas uno pocos pelos corporales y bigotes faciales, que la ayudan a orientarse. Además, al carecer de presión evolutiva para regular la temperatura de su cuerpo, también son el único mamífero de sangre fría conocido en el planeta.
Las ratas topo desnudas se aparean y se organizan socialmente de modo más parecido a ciertas especies de insectos que a los mamíferos. Al igual que algunas abejas y hormigas, son "eusociales" y viven en grupos de 100 ejemplares encabezadas por una hembra de raza única, la reina. Pero mientras los insectos comandan sus colonias con feromonas, la reina de las ratas topo desnuda usa la agresión física para mantener a sus grupos cavando túneles, forrajeando y defendiendo las entradas.
Una herramienta clave tanto para la excavación como para el combate son sus dientes. Sus incisivos son exteriores a sus labios, de modo que cada vez que muerden a través de un suelo duro, no reciben un bocado de tierra. Las ratas topo desnudas también pueden mover sus incisivos inferiores para manipular objetos, y tienen una gran área sensorial de sus cerebros dedicada a sus dientes de la misma manera que el de los humanos tiene una espacio cerebral dedicado a las manos.
Su comportamiento también es peculiar, pero lo que las hace realmente interesantes es el potencial que tiene algunas de sus increíbles características biológicas para lograr avances biomédicos.
La resistencia de la rata topo desnuda al cáncer es algo que ha atraído el interés de los investigadores: los científicos intentan determinar por qué hay solo unos pocos casos documentados en todo el mundo de ratas topo desnudas con cáncer, porque sospechan que de esa investigación puedan surgir nuevas formas de prevenir o tratar la enfermedad en humanos.
Por el momento no existen certezas respecto de qué es lo que les da su resistencia. Algunas evidencias sugieren que poseen una diferencia clave en una de las redes de sustancias que brindan apoyo estructural y nutricional a las células, lo que evita que se reproduzcan de forma incontrolable. Pero algunos han puesto en duda esas investigaciones, por lo que el misterio permanece.
Las ratas topo desnudas también son insensibles a algunos estímulos químicos que normalmente causarían una agonía, como la capsaicina (la sustancia que hace que los chiles se sientan calientes) y el ácido.
Su insensibilidad al ácido se debe a una diferencia sutil en una molécula particular de los nervios que perciben el dolor que convierte el ácido en un anestésico. Es decir, en lugar de estimular los nervios que detectan el dolor, en realidad los adormece. Este "superpoder" solo funciona, sin embargo, con estímulos químicos específicos: el calor y la presión son tan dañinos para estos animales como lo son para los humanos.
Los científicos están estudiando más a fondo la rata topo desnuda intentar reproducir en humanos la inmunidad al ácido, algo que podría ser útil para quienes padecen cáncer y artritis, para quienes las acumulaciones de ácido en el tejido corporal pueden contribuir de manera importante al dolor crónico.
Las ratas topo desnudas también son muy resistentes a las condiciones de bajo oxígeno. Sus células nerviosas pueden funcionar durante casi una hora en ausencia total de oxígeno, al usar fructosa para potenciar la producción de energía. Al estudiar esta notable capacidad, los investigadores esperan descubrir nuevos tratamientos para prevenir el daño cerebral en pacientes con accidente cerebrovascular.
Las ratas topo desnudas también son famosas por su longevidad. En términos generales, un cuerpo más grande equivale a una vida más larga en los mamíferos. Los ratones de laboratorio estándar pesan alrededor de 35 gramos y generalmente viven un máximo de dos a tres años. Las ratas topo desnudas pueden ser hasta dos veces más pesadas, por lo que se puede esperar que vivan de cuatro a seis años, pero en realidad pueden sobrevivir durante más de 30 años en cautiverio. Eso es más largo que la expectativa de vida de los osos polares y las jirafas. Y mientras los humanos experimentan muchos problemas de salud asociados con el envejecimiento, las ratas topo desnudas parecen envejecer sin problemas. La investigación sobre los procesos de envejecimiento de las ratas topo desnudas podría tener múltiples implicaciones para el tratamiento de enfermedades relacionadas con el envejecimiento en los seres humanos.