(Video: AFP)
Aunque parece un gato de tamaño superior a la media y silvestre, no lo es. El ghjattu-volpe, afirman investigadores franceses, es una nueva especie felina hallada en una remota zona montañosa de Córcega.
Entre otros de los indicios que indican sobre un nuevo espécimen se encuentran características visibles como orejas más grandes, pelo más denso y colmillos más desarrollados a los de un gato normal.
Pierre Benedetti, responsable de la investigación en Córcega de la Oficina Nacional de la Caza y la Vida Silvestre (ONCFS, por sus siglas en francés) mencionó que están seguros de que no se trata de un gato doméstico, pues sus características y su ADN distan mucho del de esa especie.
"Es el ancestro del gato doméstico. Se parece a un gato", explicó Benedetti a una cadena de televisión local. Además, el investigador que le ha seguido la pista al ghjattu-volpe, mencionó que "tiene un fenotipo bien particular y muy homogéneo. Su aspecto, su color, su peso determinan el fenotipo".
Los especialistas señalan que más que un descubrimiento, se trata de una "revelación", pues esta especie ya se encontraba en los relatos de los pastores de la región desde hacía mucho tiempo, por lo que podría considerarse como "el tatarabuelo del gato doméstico europeo".
Fue gracias a esas historias que los responsables de la investigación se pusieron a trabajar en la búsqueda de la especie a partir de 2008: "Logramos, poco a poco en estos último diez años, determinar que el animal existía todavía. Finalmente, lo fotografiamos con cámaras infrarrojas nocturnas y, por fin, al cabo de varios años, logramos también capturarlo", relató Benedetti.
A lo largo de la misión, Benedetti y Carlu-Antone Cecchini, han logrado localizar a 16 gatos-zorro en el valle de Asco, que es un territorio montañoso en el norte de Córcega. Su ubicación, además, está "lejos de la presencia humana" y es un lugar donde "hay agua y una cobertura vegetal que los protege del águila real, su principal enemigo", explicaron a la AFP.
2012 fue uno de los años más fructíferos para los investigadores, ya que durante ese año lograron establecer su genoma y distinguir su ADN del gato salvaje europeo, aunque Benedetti sostuvo que su identidad exacta está aún por determinarse.
El gato-zorro llegó a esa zona de Córcega en la época de "la segunda colonización humana, la cual se remonta a 6.500 años antes de nuestra era" y su nombre común se debe a su longitud de 90 centímetros desde la cabeza a la cola.
Ahora que el espécimen ha sido descubierto, el objetivo de la ONCFS es que este gato sea "reconocido y protegido" para preservar su especie durante mucho tiempo más.