¿Hay que ponerle límites a la producción de bebés editados genéticamente?

Una comisión de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere que se haga un registro de las investigaciones sobre edición genética. Mientras que los investigadores que impulsaron esa tecnología piden que se fije una moratoria de al menos 5 años para prevenir daños en la especie humana

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El debate alrededor de los
El debate alrededor de los bebés “editados” genéticamente recién comienza y aún necesita consenso científico: por ahora acordaron que se establezca una moratoria global para que no se utilice la edición genética en embriones durante los próximos cinco años

Por Valeria Román 

El escándalo por el nacimiento de bebés editados genéticamente en China "gatilló" la propuesta de medidas urgentes para controlar el uso de esa tecnología por el riesgo que implica para la especie humana.

Varios de los científicos que la desarrollaron están preocupados y pidieron que se establezca una moratoria internacional para que no utilice la edición genética en embriones durante los próximos cinco años. Mientras que un panel de expertos de la Organización Mundial de la Salud consideró esta semana que hoy la aplicación de la edición genética en embriones es "irresponsable". Para controlarlo, quieren un marco regulatorio fuerte y un registro de las investigaciones en curso y futuras.

La nueva metodología representa una
La nueva metodología representa una bisagra en la manipulación de embriones y aún debe demostrar que no implicará riesgos para la especie humana. El Ministerio de Salud de China publicó directivas para frenar el uso no aprobado de tecnologías biomédicas a partir de las primeras bebas  nacidas por edición genética en China. (iStock)

La cascada de propuestas se produce a raíz del escándalo por el anuncio del nacimiento de las primeras bebas por edición genética en noviembre pasado en la China. El científico He Jiankui pasó por alto las normas habituales para llevar a cabo un ensayo clínico, alteró embriones y produjo las primeras bebas por edición genética, de acuerdo con sus propios anuncios por YouTube. En ese momento, He Jiankui argumentó que hizo la experimentación para que las bebas nacieran con una modificación que les impidiera desarrollar la infección por virus del sida que tiene uno de sus padres. Pero encendió las alertas mundiales: el riesgo de usar la edición genética en embriones es hoy mucho mayor que su potencial beneficio, porque la tecnología podría conducir a secuelas inesperadas en los descendientes. Por el uso de la edición genética en embriones, por su falta de transparencia y por no informar adecuadamente a los padres de las bebas sobre la experimentación, He Jiankui fue duramente cuestionado por la comunidad científica mundial. En febrero pasado, fue despedido de la universidad donde investigaba. El Ministerio de Salud de China publicó directivas para frenar el uso no aprobado de tecnologías biomédicas en la clínica.

Como reacción ante el escándalo, varios de los científicos que impulsaron la tecnología y expertos en bioética pidieron ahora que se adopte una moratoria global para evitar la producción de bebés genéticamente editados. Son la francesa Emmanuelle Charpentier, el estadounidense Eric Lander, el chino-estadounidense Feng Shang, la canadiense Françoise Baylis, y otros catorce investigadores que representan a siete países, y están preocupados por el riesgo de que se use la edición genética en espermatozoides, óvulos y embriones cuando aún la tecnología no brinda seguridad ni eficacia.

El llamado a la “moratoria
El llamado a la “moratoria global” fue publicada en la prestigiosa revista Nature y realizado por un grupo de científicos que impulsaron la tecnología y expertos en bioética para evitar la producción de bebés genéticamente editados.

Hicieron el llamado a través de un artículo que se publicó el 14 de marzo en la revista Nature. "Por moratoria global no entendemos una prohibición permanente", aclararon en el segundo párrafo. Hacemos un llamado para el establecimiento de un marco internacional en el que las naciones, mientras retienen su derecho a tomar sus propias decisiones, voluntariamente se comprometan a no autorizar el uso de la edición genética de línea germinal clínica hasta que se cumplan ciertas condiciones".

Pidieron que los gobiernos de las naciones se comprometan a que al menos durante los próximos cinco años no permitan la oferta de la edición genética con embriones humanos en centros de salud u hospitales.

Los científicos que impulsaron la “moratoria global”  enfatizaron en que sí se debe permitir el uso de la tecnología para la investigación científica, que no implica la implantación de un embrión modificado en el útero de una persona. Tampoco la moratoria aplicaría para los casos en que se usa la edición genética en pacientes, que dan el consentimiento informado y “las modificaciones del ADN no son heredables”.

En cambio, el panel de expertos de la OMS no estaría tan de acuerdo con una moratoria transitoria, sino con una acción global de regulación de la tecnología. Margaret Hamburg, una de las integrantes del panel que también es parte de la Academia de Medicina de Estados Unidos, consideró que "una moratoria vaga no es la respuesta a lo que se necesita hacer ahora". El panel difundirá lineamientos sobre el uso de edición genética en embriones y en pacientes en los próximos 18 meses. Sugirieron hacer el registro de investigaciones que incluyan la edición genética para dar más transparencia.

Desde 2012 en adelante se empezaron a debatir las implicancias de la tecnología de edición genética. En 2015, un equipo de científicos editaron el ADN de embriones en China y se sembró la polémica. En 2018, el anuncio del nacimiento de las bebas editadas, que se dio en el marco de una cumbre sobre la tecnología en Hong Kong, rompió los titubeos de la comunidad científica para tomar decisiones más firmes.

Desde 2012 en adelante se
Desde 2012 en adelante se empezaron a debatir las implicancias de la tecnología de edición genética. (Shutterstock)

En el texto que ahora publican los científicos en Nature, como Lander y Charpentier , se menciona que ya hay 30 naciones que tienen normas que limitan el uso de la edición genética en embriones, y que podrían dejar la moratoria de manera indefinida o establecer su prohibición. Pero ellos llaman a un marco global, y no se olvida de personas que no son científicas pero que sí pueden estar interesados en el desarrollo de la tecnología.

Uno de los potenciales riesgos es que su aplicación en embriones genere aún más desigualdad entre los grupos sociales que accedan a la tecnología si fuera segura y eficaz en el futuro.

Consultado por Infobae, Hugh Whittall, director del Consejo de Bioética Nuffield, una prestigiosa organización no gubernamental con sede en Londres, que investiga y analiza los dilemas éticas que se plantean con la actividad científica, opinó: "Aunque se haga o no una moratoria global, apoyamos fuertemente la conclusión de que ningún intento más en el uso clínico de la edición del genoma debería hacerse antes de que haya realizado un amplio debate en la sociedad sobre su aceptación. Tampoco debe usarse la técnica en embriones hasta que la investigación haya reducido la incertidumbre considerable sobre los riesgos del uso clínico a un nivel aceptable. No sabemos todavía si la edición del genoma brindará seguridad suficiente para el uso clínico, o cuáles uses podrían ser adecuados. Pero no deberíamos esperar hasta que eso esté listo para movernos antes de que consideremos si deberíamos hacerlo de todos modos".

Con respecto a la regulación de la tecnología, el doctor Whittall, puntualizó que "en muchos países, el uso clínico de la técnica de edición genética no está legislado hoy. Diferentes países están teniendo sus propios debates sobre la edición genética. En nuestro último reporte del año pasado, recomendamos una acción internacional para garantizar que la política sobre este tema pueda desarrollarse en todos los países en modos en que se respeten los derechos humanos".

La tapa de la revista
La tapa de la revista TIME, que abordó el tema de los riesgos de la edición genética de bebés con un extenso informe , experimento CRISPR.

En la Argentina, todavía no hay normas sobre la tecnología de edición genética de embriones humanos para prevenir enfermedades o para mejorar la especie. Sí, fue el primer país en el mundo que reguló el uso de edición genética en la experimentación con animales y vegetales. Desde setiembre de 2018, rige una norma para evaluar terapias por edición de células del cuerpo de un ser humano después del nacimiento como medicamentos biológicos.

En diciembre del año pasado, se hizo un encuentro de divulgación pública por expertos, en el Centro Cultural de la Ciencia, en Buenos Aires, organizado por la Secretaría de Gobierno de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, la Secretaría de Agroindustrias, el Conicet, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos Nacionales de Salud (ANLIS). En cambio, la edición genética en células germinales humanas todavía no está regulada por el Congreso, ni por algún organismo del Poder Ejecutivo.

Como parte de la Asociación para la Investigación Responsable e Innovación en Edición genética, la abogada argentina Fabiana Arzuaga sostuvo que "la UNESCO debería modificar la declaración sobre el uso del genoma humano y aclarar que el uso de la edición genética en embriones no debe ser permitido hasta tanto no demuestre seguridad y eficacia, y después de un amplio debate".

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