En 1975 Wallace S. Broecker tituló un estudio "Climate Change: are we on the brink of a pronounced global warming?" ("Cambio climático: ¿Estamos al borde de un calentamiento global pronunciado?"). El trabajo, que alertaba sobre el efecto que podría tener el aumento del dióxido de carbono en la atmósfera, utilizó por primera vez la expresión que, cuatro décadas más tarde, es de uso común.
La predicción acertada del histórico profesor de la Universidad de Columbia, quien murió a los 87 años en Nueva York, luego de varias semanas con problemas de salud, le valió reconocimientos como la Medalla Nacional de la Ciencia en 1996 y el ingreso a la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos.
Su hallazgo, sin embargo, tuvo menos éxito entre los gobiernos del mundo. Poco antes de la muerte del geólogo, la Organización Meteorológica Mundial informó que las temperaturas del planeta llevaban ya cuatro años consecutivos de récords.
Ya en 2018 la Organización de las Naciones Unidas (ONU), mediante su Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), advirtió que si en los próximos 12 años no se logra estabilizar el aumento de la temperatura global en 1,5ºC, se harán mucho más graves los riesgos de sequía, inundación, calor extremo y pobreza. Medio grado de diferencia podría causar ese desastre si no se controla el fenómeno causado por el ser humano.
Los autores del informe histórico del IPCC urgieron a los gobiernos del mundo a que realicen cambios realmente importantes y sin precedentes, muchos de los cuales fueron acordados, aunque no se cumplieron, en el Acuerdo de París sobre Cambio Climático.
"Se ha trazado una línea, que advierte a nuestra especie que este es el momento y que debemos actuar", dijo Debra Roberts, una de las directoras del grupo que trabajó en el texto. "Este es el llamado de atención más fuerte de la comunidad científica y espero que movilice a la gente y haga mella en el ánimo general de complacencia".
En 1975 Broecker propuso también una fórmula para combatir el peligro de que el planeta se calentara a gran velocidad: el secuestro y almacenamiento de carbono. Entre otras pruebas, estuvo a cargo durante un periodo de Biósfera 2, un ambiente experimental de vida que se convirtió en un laboratorio de investigaciones.
Nacido en Chicago, en 1931, Broecker también fue el primero en utilizar la expresión "cinta transportadora oceánica", que alude a las corrientes marinas que intervienen en la constitución del clima. El agua salada y fría del Atlántico Norte, al descender, permite que se cree una corriente desde América del Norte hasta Europa, gracias a la cual las aguas superiores son cálidas y el clima europeo no es un perpetuo frío.
Sin embargo, los estudios del geólogo advirtieron que esa cinta transportadora es "el talón de Aquiles del sistema climático". Su fragilidad radica en que una ligera suba en la temperatura impediría que el agua fría se hundiera, y detendría la corriente y, con ella, sus efectos benéficos.
Hace 10 años, el científico que trabajó en el Instituto de la Tierra de Columbia, la universidad a la que ingresó como profesor en investigador en 1959, dijo que no había pensado demasiado en la expresión "calentamiento global". Buscó, simplemente, "palabras para un título", comentó. "En ese artículo alertaba de que estábamos al borde de un calentamiento pronunciado, y era 1975. Un año después realmente empezó a detectarse, así que fue una predicción muy interesante".
Pero no fue fácil de popularizar. "Me llevó mucho tiempo convencer a los ciudadanos de que estamos ante un problema grave y global", agregó entonces. Sólo con el comienzo del siglo XXI, observó, "hubo un gran cambio y la gente empezó a admitir que hay un calentamiento, y que si la emisiones siguen en aumento el planeta se calentará más".
Michael Man, profesor de la Universidad Estatal de Pensilvania, dijo a AP que "Broecker, por sí mismo, popularizó la idea de que esto podría llevar a un momento crítico espectacular para el cambio climático y, de manera más general, ayudó a comunicar al público y a las autoridades sobre el potencial para un cambio climático abrupto y las sorpresas desagradables que podrían resultar".
En 1997 Broecker declaró: "Vivimos en un sistema de clima que puede saltar abruptamente de un estado a otro". Al permitir que aumente la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera, agregó, "estamos realizando un experimento que podría tener efectos devastadores".
No obstante, hoy la Tierra tiene una temperatura 1ºC más alta que en tiempos pre-industriales. Se dan también fenómenos extraños, como señaló el informe de IPCC, que hablan de las consecuencias de ese aumento: huracanes devastadores en el Caribe y los Estados Unidos, sequías récord en Ciudad de Cabo, incendios forestales en el Ártico.
Tras analizar 6.000 estudios, el IPCC concluyó que hasta medio grado de aumento puede causar una gran alteración: "Podemos ver que se produce una diferencia, y que es sustancial". Por ejemplo, con un aumento de 1,5ºC, la cantidad de gente expuesta a problemas por el ascenso del nivel del mar podría ser la mitad que aquellos que los sufrirían si la temperatura subiera 2ºC.
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