Tres astronautas regresaron este jueves a la Tierra tras un turbulento periodo en la Estación Espacial Internacional (ISS) marcado por un escape de oxígeno y el fracaso del lanzamiento de un cohete que debía transportar a una nueva tripulación.
"El aterrizaje tuvo lugar […] Los tripulantes de la nave Soyuz MS-09 regresaron sin incidentes a la Tierra después de 197 días" en el espacio, dijo en Twitter la agencia espacial rusa, Roscosmos.
ЕСТЬ ПОСАДКА! Добро пожаловать домой, «Алтаи»! Экипаж пилотируемого корабля #Союз МС09 благополучно вернулся на Землю спустя 197 суток полёта!
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TOUCHDOWN! Welcome home, Sergey, @Astro_Alex and @AstroSerena! pic.twitter.com/HUXbsjFx3o— РОСКОСМОС (@roscosmos) December 20, 2018
La nave que transportaba al alemán Alexander Gerst, de la Agencia Espacial Europea (ESA); la estadounidense Serena Auñón-Chancellor, de la NASA; y el ruso Serguéi Prokopiev, de Roscosmos, aterrizó un poco antes de lo previsto, a las 8H02 de Moscú (5H02 GMT), indicó la agencia espacial rusa en su sitio web.
"La tripulación se siente bien tras su regreso a la Tierra", señaló Roscosmos.
La densa niebla que cubría la estepa kazaja impidió ver el aterrizaje de los astronautas en la transmisión en directo de las páginas web de la NASA y Roscosmos.
La Nasa anunció que los helicópteros de búsqueda y recuperación habían llegado al lugar y se preparaban para extraer a los miembros de la tripulación.
Cuando los astronautas despegaron, en junio, eran uno de los equipos con menos experiencia en viajar a la Estación Espacial Internacional: Alexander Gerst era el único que había realizado una misión en la ISS, en 2014.
El primer incidente de importancia tuvo lugar el 30 de agosto, cuando se descubrió un escape de oxígeno debido a un pequeñísimo agujero en su nave Soyuz acoplada a la ISS.
El agujero se reparó con éxito, pero Rusia abrió una investigación después de que Dimitri Rogozin, el jefe de Roscosmos, aludiera a la hipótesis de un sabotaje y de un posible "acto premeditado" en la Tierra o en el espacio.
Rogozin afirmó después que los investigadores desecharon la pista de una falla de fabricación.
La semana pasada, Serguéi Prokopiev y el también cosmonauta ruso Oleg Kononenko realizaron una salida al espacio para inspeccionar el agujero, que había provocado una ligera despresurización de la estación orbital en agosto, y tomar muestras de los residuos hallados en el casco e imágenes de la zona.
El agujero se encontraba en una sección de la nave que iba a desprenderse y combustionar en la atmósfera al aterrizar, por lo que se hacía necesario recopilar las pruebas en el espacio.
Los tripulantes regresaron a la Tierra con las evidencias.
El regreso a la Tierra de Serguéï Prokopiev, Serena Auñón-Chancellor y Alexander Gerst estaba previsto en un principio el 13 de diciembre, pero tuvo que retrasarse después del fracaso del lanzamiento de un cohete Soyuz el 11 de octubre y el agitado regreso a la Tierra de sus dos ocupantes, el estadounidense Nick Hague y el ruso Alexéi Ovchinin.
Fue el primer lanzamiento abortado de la era postsoviética.
El 3 de diciembre se llevó a cabo con éxito un nuevo vuelo habitado, que permitió al ruso Oleg Kononenko, a la estadounidense Anne McClain y al canadiense David Saint-Jacques trasladarse a la ISS.
La Estación Espacial Internacional, un infrecuente ejemplo de cooperación entre Rusia y Estados Unidos en un contexto de tensiones sin precedentes desde la Guerra Fría, está en órbita desde 1998, a una velocidad de 28.000 km/hora.
En ella participan 16 países, pero su costo total de 100.000 millones de dólares lo pagan fundamentalmente Estados Unidos y Rusia.
(Con información de AFP)
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