Los padres podrían ser culpables de que sus hijos tengan penes más cortos, esto debido al uso de sartenes con antiadherente, concluyó un estudio realizado por la Universidad de Padua, Italia, y publicado en el Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism.
Los científicos encontraron que los miembros masculinos se reducen hasta la mitad de una pulgada, es decir 1,25 centímetros, si los padres se exponen a niveles de químicos presentes en los sartenes antiadherentes y envases de comida rápida mientras el bebé se encuentran en el útero materno.
Se cree que los productos de perfluorocarbonos (PFC), interfieren en las hormonas masculinas y por lo mismo pueden desarrollar penes más pequeños que los que no han sido expuestos a estos químicos.
Este estudio encontró que los otros hombres que no eran expuestos a estos contaminantes tenían un miembro 12% más grande.
Pero esto no sólo puede suceder cuando el hombre se encuentra en el útero materno, sino que esto también puede ocurrir durante la adolescencia, cuando se está en pleno proceso de crecimiento.
Estos químicos, que también se encuentran en la ropa impermeable y en los empaques a prueba de grasa para los alimentos, entran en el torrente sanguíneo y reducen los niveles de testosterona.
Los científicos también descubrieron que los hombres jóvenes que crecieron en un área contaminada con PFC tienen penes hasta 6,3% más delgados que los hombres sanos. El hallazgo se dio luego de medir los penes de 383 hombres con una edad promedio de 18 años.
En esta zona cercana a Venecia se encuentra una de las cuatro áreas del mundo con mayores niveles de contaminación por PFC, el cual solía usarse en el recubrimiento de teflón que se eliminó en 2013.
Estos químicos también son peligrosos para la salud en lugares como Dordrecht en los Países Bajos, Shandong en China y Virginia Occidental en EEUU.
Así es como estos químicos desordenan el crecimiento
Los investigadores italianos encontraron que los PFCs se unen a los receptores de testosterona que reducen los niveles de la hormona sexual masculina que utiliza el cuerpo.
Como resultado, los hombres crecen con penes más pequeños y los espermatozoides que producirán serán menos saludables, con menor movilidad, por lo que será un signo de menor fertilidad.
"El primer informe sobre la contaminación del agua por PFC se remonta a 1977, la magnitud del problema es alarmante", dijeron los investigadores, dirigidos por Andrea Di Nisio. "Afecta a toda una generación de individuos jóvenes, a partir de 1978".
Estos químicos vienen en cientos de formas y se usan para hacer una amplia gama de productos cotidianos para procurar durabilidad de estos artículos.
Estos se encuentran en envases de comida rápida, platos de papel, alfombras resistentes a las manchas, líquido limpiador de parabrisas, espuma contra incendios y ropa impermeable.
También se hallan en algunos pegamentos, cosméticos, medicamentos, productos electrónicos, productos de limpieza, pulimentos y ceras, insecticidas y pinturas.
Aunque ya era conocido que causan efectos tóxicos o son potencialmente cancerígenos, esta clase de estudios son apenas un acercamiento y no tienen referencias definitivas.
Estos estudios han relacionado la sustancia química con la menopausia temprana, bajo peso al nacer, menor fertilidad, problemas de tiroides, colesterol alto, cáncer de vejiga y una función disminuida del sistema inmunológico.
Dichos químicos ingresan al cuerpo gracias a los alimentos y el agua o por ser inhalados del medio ambiente y ser absorbidos por los intestinos.
De ahí pasan directamente al torrente sanguíneo y pueden ser transmitidos al feto, al ser consumidos por las madres o bien por los adolescentes que se encuentran sufriendo cambios hormonales.
En algunos hombres, la exposición al PFC mientras están en el útero materno puede traer como resultado el incrementar los niveles de hormonas femeninas en la edad adulta y así desarrollar penes más pequeños.
En el estudio se encontró que los penes de 212 hombres que crecieron en un área con alta exposición al PFC y los 171 que se desarrollaron lejos de esta área.
Todos ellos provenían de la región de Veneto en Italia, pero se clasificaron según la zona en la que se encontraban, roja si estaban más cercana al área más contaminada por PFC, amarilla si estaban a una distancia media y verde si casi no se encontraban expuestos a estos.
Los hombres no expuestos (zona verde) tenían una longitud promedio del pene en estado de reposo de 10 cm (3.9 pulgadas), medida desde la parte superior del cuerpo hasta la punta, mientras que los hombres en las áreas contaminadas tenían solo 8.75 cm (3.4 pulgadas) de largo.
Sus penes también eran más delgados, pero con un margen más pequeño y no tan representativo, los sanos medían 10.3 cm (4 pulgadas) en circunferencia en comparación con 9.65 cm (3.7 pulgadas) para los penes contaminados.
La doctora Di Nisio y su equipo dijeron que no se puede hacer mucho sobre el problema hasta que los PFC se encuentre cien por ciento prohibidos o eliminados, e incluso es probable que el problema continúe por los efectos que se han legado en los hombres ya contaminados.
El PFC es una sustancia tan estable que se prevé que los que ya se han liberado permanezcan por mucho tiempo en el ambiente e incluso más de lo que la especia humaba podría subsistir.
DuPont y Chemours, los fabricantes de teflón, tuvieron que pagar un acuerdo de USD 671 millones el año pasado luego del derrame de PFC en un río en Virginia Occidental.
La fuga supuestamente contaminó los suministros locales de agua y se relacionó con enfermedades que incluyen cánceres de testículo y riñón.
Actualmente, Chemours fabrica recubrimientos antiadherentes con un químico llamado PTFE (politetrafluoroetileno), que dice que no tiene ningún PFC.
A pesar de que algunas compañías han eliminado gradualmente el uso de PFC, todavía se utilizan en el mundo los productos importados que la contienen, según reportó la Agencia de Protección Ambiental.
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