Hace tres años un enorme y tenebroso asteroide se acercó a la Tierra, justo en la víspera de Halloween, lo que causó una sensación impactante en toda la comunidad científica y los aficionados a la astronomía.
Cuando la NASA lo fotografió no podía creer lo que estaba viendo: un asteroide con forma de calavera. No tardaron en apodarlo el 'asteroide de la muerte' o el asteroide de Halloween.
Pero no se trata de un efecto visual o de un asteroide moldeado como una calavera. El nombre oficial de este objeto, tan oscuro como el carbón y que muchos científicos afirman que no es asteroide, sino un cometa muerto, es 2015 TB145.
Se descubrió en 2015 con el telescopio Pan-STARRS ubicado en Hawái, en EEUU y pronto llamó la atención de los astrónomos porque vieron que iba a pasar muy 'cerca' de la Tierra, en términos cósmicos, la noche del 31 de octubre, a tan solo 486.000 km. Eso supone 1,3 veces ,la distancia que nos separa de la Luna.
"Tiene dos abolladuras que podrían interpretarse como ojos", dijo Rüdiger Jehn, del Centro Europeo de Operaciones Espaciales (ESOC) de Darmstadt, en el oeste de Alemania. "Sin embargo, hay que echarle mucha imaginación", agregó.
El asteroide tiene un diámetro de 600 metros y los dos cráteres son de unos 100 metros cada uno, detalló. A pesar de su proximidad, el 2015 TB145, que se acercó por primera vez a la Tierra hace tres años, no es peligroso. Afortunadamente, no volverá a pasarnos 'rozando' en los próximos 500 años.
El objeto se traslada a una distancia de unos 40 millones de kilómetros de La Tierra y sólo puede verse como un punto de luz incluso con grandes telescopios, explicó. "Sin embargo, puede seguir sirviendo a los aficionados a la ciencia ficción como base para divertirse", agregó el experto de la Agencia Espacial Europea (ESA).
El presidente de la Asociación de Amigos de las Estrellas, Sven Melchert, en Heppenheim, en el sur de Hesse también subrayó que sólo una "representación reconstruida basada en observaciones de radar", a partir de lo registrado en octubre de 2015 da fe de la similitud con un cráneo.
Dado que el tiempo que el asteroide tarda en orbitar alrededor del Sol es de tres años y 17 días, se espera que vuelva a pasar en 2021, aunque no volverá a estar relativamente cerca de la Tierra hasta 2085.
"Debido a su poco brillo y lejanía hace que esta vez solo sea visible con telescopios grandes, como los de rastreo rutinarios de la NASA o la ESA", explica a la Agencia Sinc el astrónomo Pablo Santos-Sanz, del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) y coautor de un estudio sobre 2015 TB145
Como ocurre con los cometas y asteroides, éste también se formó hace 4600 millones de años, durante la creación del Sistema Solar, por lo que estudiarlo puede aportar pistas acerca de la génesis de nuestro vecindario cósmico y cómo ha evolucionado en este periodo.
SEGUÍ LEYENDO:
Dos "exploradores" espaciales se preparan para posarse en un asteroide y traer muestras a la Tierra
El video de la sonda japonesa Hayabusa-2 que muestra la superficie del asteroide